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This play by G. R. Rainer wich illustrates haw careless talk, however innocent it may seen at the time, might be pieced together by the enemy and give away a vital secret, will be broadcast again tonight at 10.0.

casa, seguramente por sus padres, y en segundo término por una joven doncella con delantal y cofia: a buen seguro ella es la espía, por joven y por empleada, por intrusa. Además de esas escenas, un avión abajo y otro arriba, éste muy cerca de una incomprensible furgoneta (quizá tapadera) que lleva pintado el rótulo de 'Lavandería'. 'No, no lo conocía', dije, y después de mirar la viñeta de Eric Fraser con detenimiento le di la vuelta al recorte, como hago siempre con los que son antiguos. Radio Times, 2

de mayo de 1941. Aparecía parte de la programación de aquellos días, de la BBC, supuse, que entonces era sólo radio. El título completo de la didáctica obra de aquel Mr. Rainier (parecía un nombre más alemán que inglés, o quizá fue un monegasco) era, según vi, Fifth Column: Information to the Enemy. Aquella expresión, quinta columna, se había originado en mi ciudad, yo creo, en Madrid, asediada durante tres años por Franco y sus tropas y sus aviadores alemanes y sus asaltantes moros, e infestada de quintacolumnistas suyos, habíamos exportado rápidamente ambos términos a otras lenguas y otros sitios: por entonces, mayo del 41, hacía sólo veinticinco meses que nos habíamos encontrado con la derrota unos y con la victoria otros, mis padres entre los unos, y yo también, cuando naciera (hay mucho más desperdicio y dura más entre los vencidos). Aquella programación radiofónica de hacía sesenta años largos incluía (a uno siempre se le van los ojos a las palabras en su propio idioma) la actuación de 'Don Felipe and the Cuban Caballeros, with Dorothe Morrow', estaba previsto que tocaran durante media hora, hasta el cierre a las once: Time, Big Ben: Close down'. Dónde estarían ahora, Don Felipe y los Caballeros de Cuba y aquella tan impropia Dorotea Mañana, probablemente la vocalista. Dónde si vivos y dónde si muertos. Quién sabía, de hecho, si habrían logrado actuar aquella noche o si se lo habría impedido algún bombardeo de la Luftwaffe, planeado y dirigido por quintacolumnistas y confidentes y espías de nuestro territorio. Quién sabía ni siquiera si habrían sobrevivido a la fecha.