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«¿ Eh? —Creía que mi reproche imaginario había desaparecido—. ¿Has vuelto, entonces?»

¿Entonces? ¿Ahora?

Presente y pasado no cuentan.

Lo que cuenta es que vuelvas a moverte.

¿Queme moviera? ¿Adónde? Y lo más importante… ¿cómo?

Sin embargo, no tenía sentido protestar. De todas formas, ya sabía la respuesta. Pero no me gustaba.

De vuelta.

Bajar de nuevo aquellos horribles escalones de piedra. Sólo que ahora sin piernas, arrastrándome con un brazo cansado, con un poco de ayuda de la gravedad.

De vuelta al único lugar donde todavía podía servir de algo. Como si tuviera una mínima oportunidad de conseguirlo.

Bueno, al menos habría algo de iluminación esta vez, la que entraba por la ventana abierta de esta estrecha habitación. La luz de otro día que nunca esperé ver.

Eso es.

Mira hacia el lado brillante.

Ahora te sugiero que te muevas.

Si al menos pudiera haber estrangulado a mi regañón particular… Pero para eso me hacían falta dos manos… más un cuello físico donde envolverlas.

Así que hice lo único que podía hacer. Me moví.

66

E pluribus pluribus

…ahora, todos juntos…

Habían pasado menos de cuatro minutos desde que Ritu y Beta y realAlbert entraron en el laboratorio subterráneo para contemplar aquel circo almístico, completo con un número en cl trapecio, un frenético empresario-mago y un par de payasos chillones clavados como blanco en cada extremo. ¿Y en medio? Una creciente distorsión de tangibilidad hacía que el espacio pareciera ondular y fluir, como una especie de energía enjaulada, caminando de un lado a otro y preparándose para liberarse. Durante esos pocos minutos, se produjo una batalla para decidir qué personalidad imprintaría la nueva ondadiós.

¿Quién conseguiría el poder definitivo sobre el enorme, salvaje almapaisaje? ¿E! genio que descubrió el camino? ¿O uno cuyo elemental talento parecía hecho para la labor?

Los combatientes nunca consideraron una tercera posibilidad: que la nueva frontera no fuera tan yerma como creían.

Alguien podría estar ya allí.

Como la mayoría de los chirridos audibles con significado que usan los hombres orgánicos, «ya» está cargado de implicaciones. Tomemos por ejemplo los tiempos verbales presentes y pasados: trucos narrativos que ayudan a perpetuar el mito del tiempo lineal.

No para ti, sin embargo. Tú que fuiste/fui/soy/son/será Albea. Tu historia es compleja, retorcida, y fractalmente alojada. Hace falta un estilo flexible, confiado, predictivo.

Así que déjame decirte lo que preveo.

Antes de nada, renunciarás al miedo.

Así. ¿No ha sido sencillo?

El miedo es maravillosamente útil para los seres biológicos. No lo echarás de menos.

A continuación, te darás cuenta de que tu vida, tal como fue, ha llegado a su fin.

Sin duda no esperas sobrevivir ileso a todas estas experiencias, ¿no?

Ninguna mente anclada puede contemplar el almapaisaje y permanecer intacta.

Olvida esos síntomas que una vez pensaste que eran causados por la plaga, por algún virus de guerra. Pronto te darás cuenta de que no hay nada físicamente malo en el animal que te contuvo tan fielmente, durante tanto tiempo. Las sensaciones que confundiste con la enfermedad serán reconocidas como los estertores naturales de la separación.

El cuerpo vivirá. Sus instintos imbuidos ni siquiera se quejarán mucho cuando sigas tu camino.

¡Bueno, tenemos cosas que hacer! Como aprender sobre la naturaleza del tiempo.

Advertirás que parece congelado a nuestro alrededor. Incluso el llamativo péndulo de Yosil está detenido, suspendido a media oscilación, mientras la boca del ídem loco da forma a un grito de furia. Esto es el ortomomento. El ahora de la realidad palpable. La estrecha rendija móvil donde los seres orgánicos pueden moverse y actuar y percibir.

Los grandes pensadores siempre supieron que el tiempo debe ser una dimensión, con potencial inherente para viajar, como cualquier otro. Pero los organismos vivos no pueden explicar una paradoja, Albert. Las incongruencias de causa-y-efecto resultan ser tóxicas. ¿Cómo podría el genio creativo de la evolución operar su lento milagro —convertir gradualmente productos químicos puros en seres portadores de alma— sin enormes cantidades de prueba y error? El mundo «real» necesita consistencia e incontables fallos en el orden para que la selección natural haga su trabajo, sacando complejidad del caos.

Es la respuesta al Acertijo del Dolor.

¡Así que no debemos estirar mucho el tejido del tiempo, Albea! Sólo un tironcito, aquí y allá, mientras nos movemos en espiral adelante y-atrás, contribuyendo a crearnos a nosotros mismos.

¿Confundido? No lo estarás cuando demos nuestro primer pasito atrás… casi una semana…, hasta el lunes pasado por la noche.

No, no intentes navegar en términos normales. Sigue mejor las afinidades.

¡Allí! Sigue esa huella de complacencia, mezclada con cuatro partes de testarudez, más un poco de exceso de autoconfianza y una pizca de jugador romántico. Síguela y encontrarás al ídem verde que eras esa noche, herido y temerario mientras cruzaba la plaza Odeón, acosado por matones aburridos y perseguido por los furiosos amarillos de Beta, que te arrojaban piedras.

No trates de recordar. ¡Anticípate! Es mucho más fácil en este plano.

Pronto comprenderás la necesidad. «El verde debe sobrevivir», pero por su cuenta.

Servirá la más leve interferencia, suficiente para colapsar un poco las probabilidades. Algo sin importancia, fácilmente descartable.

Sí, adelante. Experimenta. Pronto, en un momento crucial, decidirás extenderte y empujar la mente de ese camarero de allí, el que sirve la cena en el restaurante del muelle, cuya repetida torpeza ofrecerá una distracción en un momento crucial…

¡Pero con cuidado! Pues incluso un empujoncito extiende ondulaciones, como verás. Algo en la forma en qué esos platos salen volando…

Más tarde molestará a uno de tus recelosos yoes. Se preocupará por eso, como un diente enfermo. Como dije, los animales listos se ponen nerviosos con las paradojas.

Yosil Marahal, con toda su brillantez y sus defectos, imaginaba que la materia prima para el almapaisaje sería barro simple que él moldearía, para darle la forma que quisiera. Pero verás, es mucho más sutil de lo que el pobre Yosil imaginó jamás.

Nuestra siguiente parada te parecerá aún más extraña, saltarnos adelante un día hasta un tramo de una carretera en el desierto, lejos de la ciudad, mientras alguien prepara un arma bulbosa para emboscar a los ocupantes de un coche que se acerca. Sí, el ídem plateado lleva una alma-imprintación de Eneas Kaolin. Advierte también el mordiente hedor del miedo.

Todo no está saliendo a su gusto.

¡No sondees demasiado profundamente! No te preocupes por misterios mundanos como quién o por qué o qué o dónde. Olvida motivos y crímenes. Deja el trabajo de detective del mundorreal para que lo resuelva tu sucesor.

Eso ya no es cosa tuya.

Esto es lo que predigo que elegirás hacer. Observarás cómo se desarrolla la emboscada.

Advierte y aprecia la gracia de mamífero salvaje del Albert Morras real mientras gira el automóvil, intentando evitar la colisión… y luego pisa el acelerador al ver que el platino apunta… ¡y dispara! Ah, todo sucedió hace días en tiempo lineal, y sin embargo la urgencia parece tan fresca…