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—¡Pero la cosa mejora! A continuación, manipulé a frene y a Wammaker y a Lum y a todos los demás… ¡para que sabotearan mi propia fábrica! —Las palabras eran una confesión encantadora, estropeada por el sarcasmo de Kaolin—. ¿No ven lo absurdo que es? ¿Qué motivo podría tener yo?

Asentí, completamente de acuerdo con él.

—Sí. El motivo es la clave.

IdKaolin me miró, y luego continuó.

—Cierto, no me quedé sentado cuando Yosil y Beta se volvieron contra mí, robando tanto a HU como al Gobierno —le asintió a Clara—. Gané unas cuantas partidas. ¡Sin embargo, soy la víctima!

—Es difícil decirlo. Todas las maniobras…

—Disfraces y dobles juegos —añadió Clara—, incluso los beligerantes necesitaron un diagrama multidimensional.

—¿Y qué? ¡Los Maharal eran genios! Padre e hija, en todas sus manifestaciones. ¡Y estaban locos! ¿Qué podía hacer yo sino actuar en defensa propia?

Respondí en silencio: «Podías haberlo denunciado públicamente.

Recurriendo alos sistemas de limpieza de una sociedad abierta. Es decir, si no tuvieras una locura propia que ocultar.»

Clara intervino.

—Entonces, admite que libró una guerra clandestina contra sus antiguos aliados.

—¡Sería un idiota si lo negara después del arresto de mi ídem en el laboratorio de Yosil, disfrazado de Beta! —Kaolin sonrió entonces—. Lo estaba haciendo bastante bien. Seguro que le engañé, tanto en el idemburgo como en la moto, ¿verdad, Albert?

«No me llames Albert», estuve a punto de decir. Pero ¿qué sentido tenía?

Luego la expresión del magnate se ensombreció.

—No esperaba que me siguiera, que se agarrara a la Harley cuando despegó y… y es buena cosa. Impidió una catástrofe… toda la ciudad está en deuda con usted.

»Y en cuanto a esos malditos misiles bioquímicos, juro que no tenía ni idea de que Yosil planeara llevar las cosas tan lejos.

«La tercera ventana del segundo piso… la posición adecuada para una sala de espera.

»Comprueba con cuidado los detectores de movimiento y las coberturas sensibles al a presión. Vale, ahora aprieta la zarpa con su gel_ lente inteligente en un rincón y…

»¡Ja! Teníamos razón.

»Dentro: un cómodo salón. Sillones tapizados. Bebida en cantidad. El lugar ideal para que Kaolin entretenga ala gente en un momento embarazoso. ¡Corno cuando Clara y Gumby aparecieron, horas antes de lo esperado, interrumpiendo una reunión secreta! »Una convención de truhanes.»

Eso fue crucial, tanto en lo que se refiere al público como a la lev. ¿Podría Kaolin ser acusado de crímenes contra personas reales?

Todas las pruebas irrefutables apuntaban a que Yosil Maharal, impulsado por visiones de trascendencia, intentó hacer volar a Albert Morris en su casa, y luego robó armas bioquímicas para lanzarlas contra millones de personas. Quedaban por resolver múltiples detalles, que cayeron sobre la cabeza del grupito de dodecs que decidió ocultar esas bioarmas en vez de destruirlas según estipulaba el tratado.

Pero ¿de qué se podía acusar a Eneas? ¿De disparar a realRitu y real-Albert en una carretera del desierto? La acción era criminaclass="underline" poner en peligro a ciudadanos orgánicos. Pero cualquiera podría alegar que RE tu y Al se estaban buscando problemas al viajar disfrazados de grises.

Además, sobrevivieron a ese ataque. Como máximo, Kaolin pagaría una multa triple.

Igualmente, si se demostraba que participó en el imperio sidcuestrador de Beta… los abogados y contables estarían muy ocupados durante años, pero para eso estaban.

Oh, la tajada podría aumentar, empezando por un coche nuevo para Albert. Las reparaciones del edificio Teller y el apartamento de Pal en el idemburgo. Un suministro gratis de marfiles de alta sensibilidad para la maestra del Estudio Neo. Campamentos para Lum y Gadarene.

¿Y qué? Kaolin podía salirse de rositas de todo eso con calderilla.

Sabía que yo le consideraba responsable. «Demuéstralo —estaría pensando—. Expón un motivo que alguien pueda creer.»

¿Y la tira de película que idPal y yo encontramos en el Salón Arco Iris? ¿Por qué Kaolin, disfrazado de espiral-Beta, quiso que yo la transmitiera? ¿Para socavar mi reputación de investigador honrado?

¿O para enturbiar las aguas? Clara trató de explicármelo una vez, pero la retorcida lógica escapó a mi blando cerebro.

Es lo que me merezco por mezclarme en una guerra entre prodigios. Obtuve todas mis «victorias» por pura obstinación. Por eso y…

Al otro lado del prado, vi a realAlbert recoger algo del camino para enseñárselo a Pal.

Un guijarro tal vez, u otro milagro…

Por eso y por un poco de ayuda que nunca comprenderé.

No, la clave de todo aquello no se encontraría entre los retorcidos giros y quiebros. En una época en que todo el mundo tiene medios, oportunidad y coartadas demasiado fáciles, sólo una cosa sigue siendo elemental.

El motivo.

«Qué extraño es ver a través de un ojo inteligente en mi zarpa. No más extraño que tener zarpas, supongo. O un cerebro demasiado pequeño para hablar.

»Tras echar otra ojeada a través de esta ventana “opaca”, me siento como un depredador sigiloso y sonriente. Dentro, sentados o caminando nerviosamente de un lado a otro de la habitación, veo a un grupo de conspiradores.

»Son fáciles de reconocer. La reina de la perversión, Gineen Wammaker. Y James Gadarene, que predica que la gente debería volver a vivir una vida única. Esos dos son fáciles porque son reales. Y Farshid Lum, el “manci” fanático que dice que las criaturas efímeras como yo deberíamos poder votar. Su duplicado lleva una copia sincera de su propia cara.

»Otros tres vinieron hoy como ídems vulgares, pero ya conocemos sus nombres: agitadores y manipuladores que quieren ayudar a controlar los inminentes cambios en la idemtecnología.

»¿A cuál de ellos merece la pena que observe antes de continuar mi camino?

» ¡Fácil! La maestra cruza sus largas piernas, luciéndose seductoramente ante el puritano, que se aparta horrorizado. ¡Pero segundos después no puede evitar volver a mirar!

»Rojo de vergüenza, ha caído bajo su hechizo, pobrecillo santurrón.

»Oh, por algo ella es la maestra. En cada provocativa observación y cada sabroso gesto, reina del lado ardiente de la ciudad, dando a entender con sutileza emociones sadomasoquistas implícitas que sus fans atesoran.

» ¿Y yo, babeando en la ventana? ¡También lo estoy saboreando!»

—Esos misiles cargados de virus lo cambiaron todo —dijo Kaolin.

—No joda —replicó Clara—. Seis dodecs en activo y retirados en prisión. Todo el sistema de defensa…

—No, aquí —el ídem platino indicó la casa, haciendo énfasis hacia arriba.

—Oh, se refiere a escaleras arriba. Su real…

—Mi estilo de vida ha sido ridiculizado por los bobos criticones durante más de una década. Pero desde esa situación con los cohetes, miles han seguido mi consejo. Estoy pensando en iniciar un nuevo negocio.

—¿Ayudar a la gente a aislarse del inundo? —preguntó Clara.

—Podría expresarse así. No se ofenda, mayor, pero su misión de restaurarla confianza pública está condenada. Nuestra huida por los pelos del loco plan de Yosil para liberar almas reveló una verdad esencial.

—¿Qué verdad?

—La jactanciosa tecnología de la humanidad ahora nos amenaza con la aniquilación.

—Siempre ha sido así. ¿Y qué?

—Nos han despertado de nuestra complacencia. ¡La carne orgánica es vulnerable, como debería saber usted mejor que nadie! —Kaolin me señaló con un dedo. Un orgánico se habría acalorado; su ídem brilló con intensidad, revelando una fina pauta de mocitas que reconocí rápidamente.