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—Mm, bueno, escapé, por los pelos. Y el martes por la mañana regresé con el inspector Blane y algunos reforzadores de la AST para hacer una redada en el lugar. Eso salió bien. Lo malo vino más tarde, en la parte trasera del edificio. Me encontré con un amarillo deteriorado que decía ser tú, y murmuraba algo sobre cómo un competidor se estaba quedando con su negocio. ¿Tienes idea de quién ha estado haciendo todo esto?

—Al principio sospeché de ti, Morris. Luego me di cuenta de que tenía que ser alguien realmente competente —Beta me miró, pero yo no mordí el anzuelo y mantuve mi cara de póquer. El sardónico ídem continuó—: Alguien capaz de localizar mis centros de copias clandestinas, uno a uno, a pesar de todas las precauciones. Como medida desesperada, usé mis mejores métodos evasivos para introducir medidas de emergencia en los hornos portátiles secretos, programados para descongelarse después de cierto retraso.

— ¿Es usted una de esas copias preimprintadas ? —preguntó Lum—. ¿Qué tiempo tienen sus recuerdos? ¿Cuándo fue fabricado? El ídem de Beta sonrió.

— ¡Hace más de dos semanas! Podría haber continuado dormido en ese hueco diminuto para siempre, si la noticia de Albert no hubiera llegado, disparando la reanimación. En ese punto, contacté con el señor Montmorillin aquí presente, quien amablemente me invitó a esta reunión —el golem de la espiral señaló a Pal.

Yo me enderecé.

—Has dicho «la noticia de Alberto…

La otra personarreal presente, James Gadarene, dio una paradita en el suelo.

—¡Buf! Primero establezcamos algo, esta persona Beta, una notable figura del submundo, estaba realmente confabulada en un plan con la «Reina» Irene y Gineen Wammaker…

—Todavía no hemos determinado si la maestra…

Gadarene me fulminó con la mirada. Recordando mi lugar, gruñí una disculpa y me callé.

—Bien —continuó—. Se espera que creamos que Beta e Irene y Wammaker realmente estaban planeando invadir HU en un esfuerzo a medias inocente por descubrir tecnologías ocultas. Aunque eso sea cierto, dudo que tuvieran en mente el beneficio público. ¡Más bien un negocio de extorsión) Un plan para chantajear a Eneas Kaolin para que comprara su silencio.

Beta lo admitió, encogiéndose de hombros.

—El dinero está bien. También queríamos la nueva técnica de extensión de ídems. Irene se estaba quedando sin memoria orgánica y necesitaba refrenar sus cargas. Wammaker y yo vimos beneficios comerciales para extender la duración de nuestras copias… las suyas legales y las mías pirateadas —Beta se echó a reír—. Nuestra alianza era de conveniencia temporal.

—Olvidemos eso —Gadarene se inclinó hacia delante—. Para llevar a cabo su misión de espionaje, planeó contratar a su némesis particular, el detective Albert Morris. ¿No fue un poco arriesgado? Beta asintió.

—Por eso fingí ser ese personaje, Vic Collins. Además, ¿por qué no contratar a Albert? El trabajo encajaba con sus habilidades.

—Sólo que algún enemigo lo cazó primero. Lo sustituyó, y luego cambió el objetivo de la misión. ¿Es eso lo que se supone que tenemos que creer?

Una versión aguda de la voz de Pal llamó desde una mesa cercana. El pequeño golem-hurón, idPal, manipulaba un holovisor.

—Tengo ese rollo que encontramos en el garito de Irene. ¿Preparado para mostrarles lo que has descubierto, Gumby?

Asentf. Las imágenes surgieron del visor, mostrando una serie de reuniones clandestinas en limusinas entre Irene y sus cómplices. Les conté a los demás mi análisis sobre las pautas de teñido que llevaba «Vic Collins”.

Beta sonrió por el cumplido cuando dije:

—Fue un buen truco eso de usar diminutos emisores de píxeles para cambiar en un instante los motivos de tu piel. Explica cómo escapaste de mí tantas veces. Al parecer, tu enemigo desconocía la técnica. O no le importó. Porque cuando entró en escena, sólo copió tu último teñido y entró en acción. Irene no se dio cuenta nunca.

»Fue pan comido, entonces, para tu enemigo alterar tu plan. Sustituir el equipo de espionaje que los tres intentabais plantar en el gris de Albert, insertar en su lugar una bomba, convertir el espionaje industrial en sabotaje. ¿No es así?

El golem de Beta se encogió de hombros.

—Mis recuerdos tienen dos semanas de edad, así que no puedo hablar de acontecimientos recientes… excepto para decir que concuerdan con lo queme temía. Mi némesis debe de haber completado su toma de toda mi operación —dio una palmada, furioso—. ¡Si al menos tuviera una pista de quién es!

¿Estaría mal confesar que me sentí recompensado viendo sufrir a Beta, de la misma manera que Albert había sufrido, durante años, preguntándose y preocupándose por la identidad de su archienemigo?

—Bueno, no puedo decir que sea competente, Beta. Pero si es una pista lo que quieres…

A. una señal, idPal pasó ala última imagen, que mostraba a un «Vic Collins» posterior, con su piel inamovible estilo tartán. Sólo cuando la imagen se acercó más, mucho más, vimos el micropelado donde la superficie del disfraz revelaba una coloración diferente debajo. Un destello metálico sólo que mucho más brillante que el acero. El golem verde de Lum se acercó, frotándose la barbilla como si tuviera una barba que rascar.

—Vaya, eso parece…

Su opuesto ideológico, Gadarene, terminó por él.

—Parece oro blanco o platino. Eh, no estará intentando decirnos que Eneas Kaolin… —el hombre se quedó boquiabierto—. Pero, ¿por qué querría un magnate mancharse las manos mezclándose con escoria corno ésta?

Gadarene señaló despectivamente a Beta, quien se irguió en su asiento, ofendido.

—Más concretamente —añadió Pal, rascando su muy real barba de dos días—. ¿Qué ganaría saboteando su propia fábrica?

— ¿Un timo a la compañía de seguros?—supuso Luna—. ¿Una forma de eliminar existencias obsoletas?

—No —dijo Gadarene, apretando los dientes—. Fue un plan para eliminar a todos sus enemigos a la vez.

Yo asentí.

—Consideren las múltiples culpas que tenemos aquí. Primero, al completar sus alocados túneles hasta el complejo HU, los grupos de ambos —indiqué a Laura y Gadarene— se metieron en una trampa. Los chivos expiatorios perfectos. Sobre todo después de que alguien enviara a esos ídems, disfrazados para parecerse al supuesto terrorista, a reunirse con ustedes la noche anterior. Aunque consiguieran evitar la cárcel o las multas, han sufrido una humillación importante. Desacreditados, parecen idiotas.

—Huh, gracias —gruñó Lum. Gadarene permaneció en silencio.

—Luego Kaolin tuvo que deshacerse de Albert también —dijo Pal—. ¿Por eso te hicieron volar, viejo amigo? ¿Para impedir que negaras tu implicación? ¡Qué basto! Para empezar, la policía se toma el asesinato mucho más en serio que acabar con un puñado de ídems.

Yo estuve de acuerdo.

—Esa parte sigue sin tener mucho sentido. ¿Qué le hizo el pobre Albert? Pero lo siguiente encaja con todo lo que hemos oído esta tarde. La Reina frene advirtió, en cuanto se enteró del sabotaje, que todo había salido tremendamente mal. Preparó una salida en sus propios términos, dejando a sus socios, Vic Collins y Gineen Wammaker, como cabezas de turco.

—E Irene dejó pruebas que indicaban que Collins era Beta —añidió idPal.

—Sí. Y ahí es donde tendría que haberse terminado la pista. Con un infame sidcuestrador y un reputado «pervertido» implicados en último término, pillados en una alianza tenebrosa que salió horriblemente mal. Un bonito paquete, que implica o deja en evidencia a gente que Kaolin odiaba… o simplemente consideraba irritante.

El golem espiral de Beta asintió.

—Y el plan podría haber funcionado, si no hubiera sido por esas imágenes que tomó Irene, y un astuto trabajo de didtective por tu parte. Sorprendentemente listo, Morris.