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Bernal despertó sobresaltado y miró el reloj.

– Pero si hoy es domingo, Geñita. ¿Para qué quieres que me levante tan pronto?

– Porque hoy hay la misa de Gaudete, con ornamentos rosados, ¿recuerdas? Y tienes que ayudarme a llevárselos al padre Anselmo.

Bernal lanzó un gruñido y, de mala gana, puso los pies en la alfombra de piel de oso que, pese a estar comida por la polilla, era la única defensa contra el frío del suelo de baldosas.

El teléfono sonó mientras se afeitaba.

– Uno de tus colegas, Luis -le gritó Eugenia-, la señorita, la hija del constructor. Aún no comprendo por qué su padre le ha consentido entrar en una profesión tan sórdida como la tuya.

Bernal deseó que Elena no hubiese oído aquella observación, mientras se puso aprisa la bata de lana sobre los hombros y corrió al teléfono.

– Jefe, esta mañana ha salido el quinto mensaje Magos. No pude llamarle anoche.

– ¿Qué dice?

– «Magos Blanco N.5. El Escorial.»

– ¿«N.5»? ¿Estás segura?

– Totalmente, jefe. Ayer por la noche vi las pruebas revisadas de la primera edición.

– Está bien. Déjalo de mi cuenta. ¿Sabes algo de Ángel?

– No, jefe, aún no ha vuelto de Sevilla y el encargado de expediciones está muy enfadado con él. Ángel telefoneó para decirle que había sufrido una avería de importancia y que en el taller sevillano adonde había llevado la furgoneta todavía no habían conseguido averiguar de qué se trataba.

– ¿Sospechan algo?

– Creo que no. Nuestra falsa identidad sigue incólume, estoy segura.

Mientras Eugenia le servía el brebaje de bellotas tostadas, Bernal repasó el calendario litúrgico del misal romano de su suegra, bajo la mirada entre atónita y suspicaz de su mujer, que, pese a todo, prefería no hacer comentario alguno sobre aquella súbita e imprevista piedad de su marido.

Blanco N.5: aquello planteaba un problema. Debería referirse al 1 de enero, Circuncisión del Señor, según las estampas del misal de fray Nicolás. Enseguida dio Bernal con la solución. Contó los días en que se indicaba el empleo de ornamentos blancos, pero hacia atrás, a partir del 1 de enero, y vio que el primero era el día de Navidad. Naturalmente, N se refería al tiempo litúrgico de Navidad. El 25 de diciembre era N.l; la festividad de San Juan evangelista, día 27, era N.2; el 30, celebración de la infraoctava de Navidad, era N.3; y la festividad de San Silvestre, papa y confesor, día 31, era N.4. Todos estos días tenían ornamentos blancos. Así, la Circuncisión del Señor, 1 de enero, que era también blanco, era sin lugar a dudas Blanco N.5 en el código Magos. Una vez que se sabía la clave el problema era muy fácil; cualquier hijo devoto de la Iglesia podía resolverlo.

Tras dejar a Eugenia en la puerta de la sacristía con el cesto de vestiduras rosadas que ella y la portera habían limpiado tan cuidadosamente, Bernal tomó un taxi que lo llevó de Alcalá a Sol, en cuya cafetería Manila, uno de los pocos bares abiertos a aquella hora dominical, pidió un segundo y mejor desayuno. Mientras mojaba los churros calientes en el delicioso café, hojeó La Corneta y se detuvo en la sección de anuncios por palabras. Sí, Elena estaba en lo cierto, allí estaba el mensaje críptico: «Magos N.5. El Escorial.» Significaba que en los cuarteles controlados por los conspiradores, el día 1 de enero se pondría en marcha la quinta etapa preparatoria, es decir, el estado de excepción.

Buscó el editorial del día, que a veces insinuaba, bajo el tema principal, misteriosos pronunciamientos sibilinos. «Hoy es un día especial para prepararse. Los fieles cristianos se previenen durante el Adviento y se regocijan ante la inminente venida del Salvador. El día de Magos será particularmente memorable este año.» Pensó en lo curioso que resultaba que no pudieran resistir la tentación de jugar a las insinuaciones acerca de sus planes secretos. El «Salvador» podía ser también un personaje seglar; el teniente general Baltasar, por ejemplo. Dobló La Corneta y decidió leer la versión que El País ofrecía de los acontecimientos del día, en textos más sensatos y dirigidos al intelecto.

Cuando llegó al despacho, Navarro trabajaba ya.

– Ángel telefoneó anoche, jefe. Las octavillas y los carteles que tenía que llevar a Sevilla eran para entregarlos en un almacén de la calle de la Feria. Fue luego al Ayuntamiento y averiguó que lo tenía alquilado la Casa Apostólica, cuyo convento no estaba muy lejos del almacén. Miranda, tras haber seguido al marqués, se ha reunido con Ángel ya. Por cierto, el de la Estrella se llevó consigo al obispo; el Mercedes lo conducía un chófer.

– ¿Mandaste allí a Lista, como te dije?

– Sí, jefe. Ha ido a Santiponce a ver qué hay planeado para hoy.

– Mi hijo me comentó que iba a haber una especie de desfile o concentración en Itálica. Es un lugar bien extraño el que han elegido, pero supongo que el antiguo anfiteatro romano tendrá cabida para mucha gente; además, está apartado de las carreteras principales. Un mitin secreto apenas se notaría allí. Espero que Diego coja hoy el Talgo. No me gusta que se haya metido en este asunto. Ya sabes lo impulsivos que son los chicos como él.

– Parece que nos llega un informe por teletipo, jefe. Voy a ver de qué se trata.

Bernal se fumó un Káiser mientras esperaba. A pesar de su larga y variada experiencia, todavía se ponía nervioso ante la inminencia de la acción, aunque no se encontrase en el lugar mismo de los hechos.

– Es de la Interpol de Francfort, jefe -anunció Navarro.

Bernal se acercó al teletipo y los dos leyeron el mensaje que iba escribiéndose a rachas convulsivas, interrumpidas por accesos de hipo bastante largos, en el papel continuo a rayas verdes. El mensaje decía:

bernal DSE madrid stop ref su solicitud

11 dic movimiento apostólico fundado colonia 1932 stop registrado provisionalmente en vaticano papado pío XII stop creado en vinculación grupos nacionalistas en particular sa stop sin plena sanción vaticana stop actuales ramificaciones italia francia españa argentina chile stop jefatura casa española de la orden padre gaspar stop objetivo principal consolidación moral dirigentes políticos y militares stop orden dedicada veneración magia…

La máquina se detuvo bruscamente.

– ¿Que la orden se dedica a la magia? -exclamó Bernal con expresión de incredulidad.

Las convulsiones y los ataques de hipo se reanudaron:

corrección stop veneración magos o tres reyes oriente cuyas reliquias cosérvanse catedral colonia stop no constan antecedentes criminales pero la orden ha colaborado con elementos neofascistas en todos los países donde opera stop fin del mensaje.

– Eso explica el nombre religioso del padre Gaspar -dijo Bernal a Paco Navarro-. La orden está consagrada a los Reyes Magos y el prior simplemente adoptó el nombre de uno de ellos. También explica la insignia que utilizan: el puñal tricéfalo cuya empuñadura se parece a la Cruz de Hierro alemana. He consultado la Enciclopedia Espasa-Calpe, y técnicamente consiste en la parte superior y los trazos horizontales de una cruz patté. Lo que la Interpol no nos dice es de dónde le llueve el dinero a la orden. Si no ha obtenido sanción papal, está claro que la Iglesia no le da ni un céntimo, aunque la sede de Aranjuez, entre la compra y las ampliaciones, tuvo que costarle un riñón, y además parece que viven con cierto desahogo.

– ¿Y el marqués, jefe? Podría ser él el caballo blanco.

– Es posible, pero no me parece que su fortuna pueda permitirse tales cotas de generosidad. Tiene que haber alguien, o alguna organización, aún más rico y poderoso. Los militares complicados tampoco podrían costearla a ese nivel; además, ellos son el blanco de la Casa Apostólica, no su fuerza motriz.