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Mary parpadeó.

—¿Yo?

—No hay muchas científicas canadienses que hayan hecho algo realmente grande, pero usted sí. Incluso antes de que llegara Ponter, nos puso usted en el mapa. ¡El trabajo que ha hecho con el ADN antiguo! ¡De primera clase! ¡Absolutamente de primera clase! ¿Quién dice que las mujeres canadienses no pueden tomar el mundo al asalto?

—Um, gracias.

—Para mí ha sido todo un modelo. Usted, Julia Payette, Roberta Bondar …

Mary nunca se había considerado a sí misma en tan augusta compañía: Payette y Bondar eran astronautas canadienses. Pero, claro, ella había ido a otro mundo antes que ninguna de las otras dos …

—Gracias —repitió Mary—. Um, en realidad no tenemos mucho tiempo …

Verónica se sonrojó un poco.

—Lo siento, tiene usted razón. Déjeme explicar el procedimiento. El trabajo que estoy realizando se basa en las investigaciones iniciadas en los años noventa por Michael Persinger. No puedo apropiarme de la idea básica: pero la esencia de la ciencia es la reproducción, la repetición, y mi trabajo es verificar sus hallazgos.

Mary contempló el laboratorio, la habitual mezcla universitaria de equipo nuevo y flamante, equipo viejo y cascado y muebles de madera picada. Verónica continuó.

—Persinger obtuvo un ochenta por ciento de éxitos. Mi equipo es de segunda generación, una modificación de lo que el desarrolló, y estoy consiguiendo un noventa y cuatro por ciento.

—Resulta una verdadera coincidencia que esta investigación se esté realizando tan cerca del portal entre los mundos —dijo Mary.

Pero Verónica negó con la cabeza.

—¡Oh, no, Mary, en realidad no lo es! Todos estamos aquí por lo mismo: el níquel que quedó depositado cuando ese asteroide chocó contra la Tierra hace dos mil millones de años. Verá, al principio a Persinger le interesaba el fenómeno OVNI: los platillos volantes eran vistos con más frecuencia por tipos llamados Clete y Bubba allá en los años cuarenta.

—Bueno —respondió Mary—, se puede comprar cerveza en cualquier parte.

Verónica se rió más de lo que Mary consideraba que merecía su broma.

—Es cierto, pero Persinger decidió agarrar el toro por los cuernos. No es que él, ni yo, creamos en los platillos volantes, pero existe un verdadero fenómeno psicológico que hace que la gente crea que ha visto esas cosas, y Persinger se puso a cavilar por qué ese fenómeno se producía en el campo, sobre todo en sitios aislados. La universidad lleva a cabo muchos estudios sobre las minas, naturalmente, y cuando Persinger empezó a buscar causas probables para la experiencia OVNI en campos apartados, los ingenieros de minas de aquí sugirieron descargas piezoeléctricas.

El Acompañante de Ponter, Hak, había pitado un par de veces, indicando que no había comprendido algunas palabras, pero ni Ponter ni Mary interrumpieron a Verónica, que estaba lanzada. Sin embargo, al parecer no esperaba que Ponter entendiera el término «piezoeléctrico», y lo explicó por su cuenta.

—La piezoelectricidad es la generación de electricidad en cristales de roca que están siendo deformados o se hallan bajo tensión. Se obtienen descargas, por ejemplo, cuando una camioneta recorre terreno rocoso en el campo … el clásico escenario de avistamiento de OVNIS. Persinger consiguió reproducir ese tipo de efecto electromagnético en el laboratorio, y hacer que todos pensaran que habían visto a un alienígena.

—¿Un alienígena? —repitió Mary—. Pero había mencionado usted a Dios.

—Viene a ser lo mismo —dijo Verónica, con una sonrisa dentuda.

¿Cómo?

Verónica sacó un libro de la estantería: Por qué Dios no desaprovechó las bases biológicas de la fe.

Newberg y d'Aquili, los autores de este libro, realizaron escáneres del cerebro de ocho monjes tibetanos que meditaban y de un puñado de monjas franciscanas que rezaban. Esas personas mostraban, como es lógico, un aumento de actividad en las zonas del cerebro relacionadas con la concentración, pero también una mengua de actividad en el lóbulo parietal. —Se tocó la coronilla para señalar el emplazamiento del lóbulo—. El lado izquierdo del lóbulo parietal ayuda a definir tu propia imagen corporal, mientras que el derecho te ayuda a orientarte en un espacio tridimensional. Así que ambas partes son en conjunto responsables de definir el límite entre tu cuerpo y lo externo a él. Cuando el lóbulo parietal se toma un descanso, sucede exactamente lo que describen los monjes: hay un alejamiento del yo y aparece la sensación de unión con el universo.

Mary asintió.

—Leí un reportaje sobre eso en Time. Verónica negó amablemente con la cabeza.

—En realidad fue en Newsweek. De cualquier forma, su trabajo apoya el de Persinger y el mío. Estos dos autores descubrieron que el sistema límbico se ilumina durante las experiencias religiosas … y es el sistema límbico el que determina la importancia de las cosas. Puedes enseñarle a un padre un centenar de bebés, pero sólo reaccionará profundamente al ver el suyo. Eso se debe a que el sistema límbico ha marcado ese impulso visual concreto como importante. Bueno, con el sistema límbico encendido durante las experiencias religiosas, todo se considera enormemente importante.

»Por eso, contadas, las experiencias religiosas nunca resultan creíbles. Es como si yo dijera que mi novio es el tipo más guapo del mundo, y ustedes dicen sí, vale. Entonces abro el bolso y les enseño una foto suya porque creo que se convencerán y dirán guau, está macizo. Pero ustedes no dicen eso. Es guapo a rabiar para mí, porque mi sistema límbico ha marcado su aspecto como especialmente importante para mí. Pero no hay manera de que yo pueda expresado, ni con palabras ni con imágenes. Lo mismo pasa con las experiencias religiosas: no importa cuánto hable la gente sobre ellas, y cómo ese momento les cambió la vida, no se puede obtener la misma sensación.

Ponter había estado escuchando con atención, torciendo su enorme boca y alzando su ceja rubia por encima de su doble arco ciliar.

—¿Y usted cree —dijo—, que eso que ustedes tienen y nosotros no, esa religión está relacionada con el funcionamiento de su cerebro?

—¡Exactamente! Una combinación de la actividad del lóbulo parietal y del sistema límbico. Mire lo que sucede con los enfermos de Alzheimer: gente que ha sido devota toda la vida pierde el interés por la religión cuando desarrolla la enfermedad. Bueno, una de las primeras cosas que hace el Alzheimer es destruir el sistema límbico. —Hizo una pausa, y luego continuó—. Se sabe desde hace tiempo que las llamadas experiencias religiosas están relacionadas con la química cerebral, puesto que las drogas alucinógenas pueden inducidas … y por eso esas drogas forman parte de los rituales en muchas culturas tribales. Y hace tiempo que sabemos también que el sistema límbico podría ser una de las claves: algunos epilépticos con ataques restringidos al sistema límbico tienen experiencias religiosas increíblemente profundas. Por ejemplo, Dostoievsky era epiléptico, y escribió que había «tocado a Dios» durante sus ataques. San Pablo, Juana de Arco, santa Teresa de Jesús y Emanuel Swedenborg eran probablemente epilépticos también.

Ponter se había apoyado contra la esquina de uno de los archivadores, y se movía inconscientemente a derecha e izquierda rascándose la espalda.

—¿Eso son nombres de personas?

Verónica se sorprendió momentáneamente pero luego asintió.

—Personas muertas. Personas religiosas famosas del pasado.

Mary se apiadó de Ponter y le explicó lo que era la epilepsia. Ponter nunca había oído hablar de nada parecido, y Mary se preguntó (con el escalofrío que experimentaba cada vez que pensaba en ese tema) si los genes de la epilepsia eran otra de las cosas que los neanderthales habían purgado desapasionadamente de su dotación genética.