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—Supongo que podría, sí —dijo Vissan por fin—. ¿Por qué no? Es mejor que alguien se beneficie de ello. —Una pausa—. Necesitará ayuda médica para extraer un óvulo de su cuerpo. Su haploide natural sería extraído y un médico añadiría un diploide completo de cromosomas creados usando el escritor de cojones. El óvulo sería entonces implantado en su vientre. A partir de ese momento, sería exactamente igual que un embarazo normal. —Sonrió—. Antojos de patatas con sal, vómitos matutinos y todo eso.

Mary se había sentido entusiasmada cuando todo era abstracto, una solución mágica. Pero ahora …

—Yo … no me había dado cuenta de que eliminaría mi ADN natural. Creía que tan sólo reestructuraríamos el ADN de Ponter para que fuera compatible con el mío.

Vissan alzó la ceja.

—Dijo usted que era química de la vida, Mare. Sabe que no hay nada de particular en el ácido desoxirribonucleico producido por su cuerpo, o por una máquina. De hecho, sería imposible distinguir una cadena natural de otra artificial. No hay ninguna diferencia química entre ellas.

Mary frunció el ceño. Había reprendido muchas veces a su hermana por pagar un suplemento por vitaminas «naturales» que eran químicamente indistinguibles de las producidas en laboratorio. Pero …

—Pero uno de ellos procede de mi cuerpo y otro de una máquina.

—Sí, pero …

—No, no, tiene usted razón —dijo Mary—. Llevo años diciéndole a mis alumnos que el ADN no es nada más que información codificada. —Le sonrió a Ponter— ya Mega—. Mientras sea nuestra información codificada, seguirá siendo nuestro bebé.

Ponter alzó la cabeza y asintió.

—Naturalmente, habrá que secuenciar nuestro material genético personal.

—Eso es fácil-dijo Vissan—. De hecho, el escritor de codones puede hacerlo también.

—¡Maravilloso! —dijo Mary—. ¿Está aquí el prototipo?

—No. No, lo escondí. Lo enterré, pero envuelto en plástico y metal para protegerlo. No está lejos. Puedo recuperarlo fácilmente.

—Significaría mucho para nosotros —dijo Mary. Luego se le ocurrió algo—. ¿Le gustaría venir conmigo? ¿A mi mundo? Puedo garantizarle que allí no prohibiremos su aparato, ni le impediremos que siga investigando en ese campo.

—¡Qué idea tan sorprendente! ¿Cómo es su mundo?

—Bueno, es diferente. Para empezar, tenemos una población mayor.

—¿Cómo de mayor?

—Seis mil millones.

—¡Seis mil millones! Me parece que entonces difícilmente les hace falta ningún aparato para ayudar a concebir …

Mary asintió, dándole la razón.

—Y varones y hembras viven juntos todo el tiempo.

—¡Qué locura! ¿No se ponen nerviosos los unos a los otros?

—Bueno … sí, a veces sí, pero … Como decía, es un lugar diferente. Y tenemos muchas cosas maravillosas. Tenemos una estación espacial… un hábitat permanente orbitando nuestro planeta. Tenemos edificios que se alzan hasta el ciclo … —«Aunque no tantos como solíamos tener» pensó Mary—. Y tenemos una cocina mucho más variada.

—Ponter, ¿ha estado usted allí?

—¡Mi papá ha estado allí ya tres veces! —dijo Mega.

—¿Me gustaría? —preguntó Vissan.

—Eso depende-contestó Ponter—. ¿Le gusta vivir aquí, en el bosque?

—Mucho. Me he acostumbrado.

—¿Le molestan los olores?

—¿Los olores?

—Sí. Para conseguir energía, ellos queman petróleo y carbón, así que sus ciudades apestan.

—Eso no me atrae mucho. Creo que me quedaré aquí.

—Lo que usted prefiera —dijo Mary—. Pero ¿podría enseñarnos a manejar el escritor de codones?

Vissan miró a Ponter.

—¿Qué le parece esto? Yo me he apartado voluntariamente de las trampas de la civilización, y por eso los Grises no tienen ninguna autoridad sobre mí. Pero usted …

Ponter miró a Mary y luego a Vissan.

—He desafiado antes a los Grandes Grises. Decidí desobedecer su orden de regresar a este universo para que el portal pudiera cerrarse. De hecho, todavía estaría en el universo de Mary si una embajadora no hubiera convencido a otros para que cruzaran. Y …

—¿Si?

—Y, bueno, a veces se esteriliza a gente injustamente, así que …

Ponter guardó silencio y Mary habló entonces.

—Se refiere a su hombre-compañero, Adikor. La primera vez que Ponter desapareció en mi mundo, pensaron que Adikor lo había asesinado y se había deshecho del cadáver. Iban a esterilizarlo. —Se volvió hacia Ponter—. ¿No es así, Ponter?

—¿Qué? —dijo Ponter; en un tono extraño—. Oh, sí. Sí, a eso me refería, por supuesto …

—Bueno, si se sienten contentos con tener el escritor de codones —dijo Vissan—, yo se lo dejaré con mucho gusto. —Indicó la puerta—. Iré a recogerlo. No le digan nunca a nadie, al menos en este mundo, que lo tienen.

22

Del mismo modo, algunos de nuestros primos barasts, nativos de Europa, llegaron al sur, a Gibraltar, con su famosa roca, ese maravilloso símbolo de permanencia y estabilidad. Y desde su punto de observación, los neanderthales vieron las tierras desconocidas de África…

—Jock, ¿puedo hablar contigo un momento?

Jock Krieger alzó la cabeza. Era, tal vez, un poco paranoico en lo referente a demostrar su aprecio por lo hermosa que era Louise. Sabía que era por una causa generacional (era treinta años mayor que Louise, al fin y al cabo), pero había visto a algunos de sus colegas de RAND meterse en líos por hacer comentarios supuestamente sexistas.

—Ah, doctora Benoit —dijo, poniéndose en pie, pues había modales que le habían inculcado sus padres y no podía reprimir—. ¿En qué puedo ayudarte?

—¿Recuerdas que hablamos de qué efecto sobre la conciencia podría tener un colapso del campo magnético planetario?

—¿Cómo iba a olvidarlo? —dijo Jock—. Dijiste que la conciencia humana había sido impulsada durante un colapso magnético.

—Eso es. Hace cuarenta mil años, cuando se produjo el Gran Salto Adelante. El campo magnético de la Tierra sufrió un colapso, como el que está comenzando ahora. En nuestro universo, el campo acabó con la misma orientación que había antes del colapso … cosa que sucede en la mitad de las veces, sin dejar rastro. Pero en el otro universo, la orientación fue al revés, y por eso quedó registrada en los anales geológicos. Como decía, no puede ser una coincidencia que la conciencia homínida apareciera durante un colapso de campo y …

—Y dijiste que esta vez podría tener nuevamente efectos sobre nuestra conciencia, e incluso causar un caos.

—Exactamente. Pero la primera vez que sugerí eso, fue sólo por la coincidencia de que el Gran Salto Adelante tuviera lugar durante un momento en que el campo magnético de la Tierra se colapsaba. Obviamente, había una relación entre campos magnéticos y conciencia. Pero desde entonces he estado tratando de encontrar qué investigaciones se han llevado a cabo sobre la naturaleza electromagnética de la conciencia … y, sinceramente, Jock, estoy aún más preocupada que antes.

—¿Por qué? Los neanderthales han experimentado un colapso desde entonces, el que empezó hace un cuarto de siglo en su mundo, y no les ha causado ningún problema.

A Jock le había sorprendido, cuando leyó los estudios de Cae y Prévot que, de hecho, la geología terrestre probara que los colapsos de campo tenían lugar en cuestión de semanas, no de siglos.

—Si ellos salieron bien de su colapso, ¿por qué no íbamos a hacerla nosotros?

—Por mucho que me gusten los barasts —al parecer ya no era políticamente correcto llamar neanderthales a los neanderthales—, son una especie diferente, con un cerebro de constitución diferente —dijo Louise—. Basta con mirar sus cráneos para verlo. El que ellos salieran con bien no implica que a nosotros nos vaya a pasar lo mismo.