—Bandra, cariño, soy Mary.
—¡Mare, querida! No te esperaba hasta pasado mañana. Estoy tan nerviosa con el Dos que se convierten en Uno. Si Harb …
—Bandra, márchate del Centro. No me preguntes por qué, sólo márchate.
—¿Harb va …?
—No tiene nada que ver con Harb. Pilla un cubo de viaje y ponte en marcha, ve a cualquier sitio alejado del Centro.
—No comprendo. ¿Es …?
—¡Hazlo! Confía en mí.
—Claro que, …
—¿Bandra? —dijo Mary. Miró a Louise y Reuben, y luego pensó «al infierno»—. Bandra, tendría que habértelo dicho antes. Te quiero.
La voz de Bandra se llenó de alegría.
—Yo también te quiero, Mare. No veo el momento de que volvamos a estar juntas.
—Tengo que irme —dijo Mary—. Date prisa. ¡Sal del Centro! Mary miró retadora a Louise, que tenía una expresión de «¿qué demonios ha sido eso?» escrita en el rostro. Pero entonces Louise señaló más allá. Mary se volvió. El cubo de viaje se acercaba volando sobre una zona cubierta de una capa de nieve.
Corrieron hacia él, y en cuanto se posó en el suelo, Mary se sentó en el sillón de horcajadas junto al conductor, un piloto pelirrojo de la generación 144. Vio a Reuben y Louise subir a la parte trasera y montar torpemente en los asientos.
—Al Centro de Saldak, lo más rápido posible —le indicó Mary al conductor. Se perdieron unos dolorosos segundos cuando su Acompañante tradujo las palabras y la respuesta del conductor.
—¡Sí, ya sé que Dos están separados! —replicó Mary—. Y sé que él es varón —dijo, indicando con la cabeza en dirección a Reuben—. Esto es una emergencia médica. ¡Vamos!
Christine era un aparatito listo. Mary reconoció el imperativo neanderthal «Tik!» como la primera palabra que murmuraba, lo que significa que había traducido el «¡Vamos!» al principio. Mientras el conductor ponía el vehículo en marcha, el Acompañante añadió el resto de lo que Mary había dicho.
—Christine, ponme con Ponter.
—Hecho.
—Ponter, ¿por qué demonios hacen falta tres adjudicadores para ordenar que localicen a Jock?
La respuesta traducida de Ponter empezó a llegar de nuevo a los implantes de Mary, que tiró de un mando de la placa plateada de su Acompañante para que el resto de su respuesta fuera transferido al altavoz externo y Louise y Reuben pudieran oírlo:
—Eh, tú eres la que decía que la intimidad de nuestro sistema de archivos de coartadas no estaba suficientemente protegido. De hecho, hace falta el consenso unánime de tres adjudicadores para ordenar el escrutinio judicial de un Acompañante cuando no se ha denunciado ningún delito.
Mary contempló el paisaje que pasaba veloz … al menos para un neanderthaclass="underline" el cubo viajaba a unos sesenta kilómetros por hora nada más.
—Bueno, ¿no puedes acusarlo de un crimen? —preguntó—. En tal caso sólo necesitarás un adjudicador, ¿no?
—Así es más rápido —contestó Ponter—. Una acusación requiere un procedimiento complicado y … ah, aquí está mi cubo de viaje.
Mary oyó el sonido del vehículo al descender y unos cuantos chasquidos y repiqueteos mientras Ponter subía a bordo. Él pronunció la palabra neanderthal para «archivo de coartadas», que Mary reconoció, y luego volvió a prestarle atención.
—Muy bien. Ahora vamos a … oh, espera un latido.
La conexión se cortó unos segundos y luego la voz de Ponter regresó.
—Los adjudicadores han ordenado el escrutinio judicial. Un técnico del pabellón del archivo de coartadas está localizando a Jock.
Reuben se inclinó hacia delante para hablar por el Acompañante de Mary.
—-Ponter, soy Reuben Montego. En cuanto hayáis localizado a Krieger, haz que despejen la zona. Yo estoy a salvo, y Louise y Mary también, pero cualquier neanderthal expuesto al virus de Jock puede darse por muerto.
—Eso haré —dijo Ponter—. Podemos enviar un mensaje de emergencia a todos los Acompañantes. Estaré dentro de poco en el pabellón de coartadas. Me aseguraré de que así sea.
Ante ellos aparecieron los edificios del Centro de Saldak. Docenas de mujeres preparaban los adornos para el Dos que se convierten en Uno.
—Lo hemos localizado —dijo la voz de Ponter—. Hak, deja de traducir: transmite directamente.
Ponter empezó a gritar en neanderthal al conductor del cubo de viaje de Mary, sin duda.
El conductor repuso con varias palabras, una de las cuales era «Ka». El vehículo empezó a virar.
—Está en la plaza de Konbor —dijo Ponter, sus palabras traducidas una vez más—. Le he dicho a vuestro conductor que os lleve allí. Me reuniré con vosotros.
—No —dijo Louise, inclinándose hacia delante—. No, es demasiado peligroso para ti … para cualquier neanderthal. Déjanoslo a nosotros.
—No está solo. Los adjudicadores están viendo las transmisiones de su Acompañante. Está con Dekant Dorst.
—¿Quién es? —preguntó Mary.
—Una de las representantes electas del Centro de Saldak. Una hembra de la generación 141.
—Maldición —dijo Mary. Normalmente, confiaba en que cualquier barast hembra pudiera contener a cualquier varón gliksin, pero los 141 tenían setenta y ocho años—. No queremos que esto se convierta en una toma de rehenes. Tenemos que sacarla de allí.
—Desde luego.
—Dekan Dorst debe tener implantes en los oídos, ¿verdad? —dijo Mary.
—Por supuesto —dijo Ponter.
—Christine, ponme con Dekant Dorst.
—Hecho.
Mary habló inmediatamente, antes de que la mujer barast respondiera al trino que su Acompañante habría emitido entre sus oídos.
—Dekam Dorst, no diga una palabra, y no muestre ningún gesto que indique a Jock Krieger que se está comunicando con nadie. Sólo tosa una vez si me entiende.
Del altavoz externo de Christine surgió una tos.
—Muy bien. Me llamo Mary Vaughan y soy una gliksin. Jock está en este momento bajo escrutinio judicial. Creemos que ha introducido una sustancia peligrosa en el Centro de Saldak. Tiene que escapar de él en cuanto tenga oportunidad. Vamos hacia allá. ¿De acuerdo?
Otra tos.
Mary se sintió fataclass="underline" la anciana tenía que estar aterrorizada.
—¿Alguna sugerencia? —preguntó Mary a Reuben y Louise.
—Podría decirle a Jock que tiene que ir al cuarto de baño —dijo Louise.
—¡Brillante! Ponter, ¿dónde están Jock y esa mujer, ahora mismo? ¿Al aire libre o a cubierto?
—Déjame preguntárselo a la adjudicadora … Están al aire libre, van a pie hacia el centro de la plaza.
—El virus Aniquilación de Jock está diseñado para transmitirse por el aire —dijo Mary—. Seguramente lleva un aerosol en la caja de metal. Probablemente pretende colocarlo en el centro de la plaza para que se esparza durante las festividades del Dos que se convierten en Uno.
—Si es así —dijo Ponter—, lo más probable es que lo suelte al final de la fiesta, para que todos los varones vuelvan a casa antes de que nadie muestre ningún síntoma de enfermedad. Así llegará no sólo al Borde de Saldak: hay muchos varones que vienen de lugares más lejanos.
—Cierto. Dekant, en cuanto tenga ocasión, dígale a Jock que tiene que entrar en un edificio público para usar el cuarto de baño, pero que él tiene que quedarse fuera porque es varón. ¿De acuerdo? Estaremos allí enseguida.
Otra tos y luego, por primera vez, Mary oyó la voz de Dekant, que parecía bastante nerviosa.
—Sabio Krieger, debe perdonarme, pero este viejo cuerpo mío … Me temo que tengo que orinar. Hay unas instalaciones que puedo usar.
La voz de Jock, apagada, distante:
—Muy bien. Yo la …
—No, debe esperar usted fuera. Dos no son Uno todavía, ya sabe … ¡todavía no!