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– La combustión incandescente en la bolsa -decía Jackson-. Una secuencia de la primera ignición.

De la bolsa comenzaron a escapar pequeñas motas azul claro.

– Humo.

Las partículas formaron una niebla fina y transparente.

– El compartimiento del equipaje está presurizado igual que la cabina de pasajeros, lo que significa que se alimenta de aire que contiene una correcta proporción de oxígeno. O sea que hay un montón de aire caliente dando vueltas por ese lugar.

La niebla se disipó lentamente. El rojo comenzó a colorear los extremos del equipaje de Lindenbaum.

– Aunque contenido al principio, el humo finalmente se expandió desde la bolsa. El calor se proyectó hacia el exterior y entonces se comenzó a desarrollar una combustión ardiente laminar fuera de la bolsa de lona que incendió los equipajes situados a ambos lados y produjo una densa columna de humo.

En una de las tuberías de combustible que corría a lo largo del mamparo interno del compartimento del equipaje aparecieron diminutos puntos negros. Miré, hipnotizada, mientras los puntos se multiplicaban y descendían lentamente, o quedaban suspendidos en el ambiente.

– A continuación se inició la secuencia de la segunda ignición. Cuando el combustible comenzó a disiparse fuera de la tubería presurizada, la cantidad era tan ínfima que se vaporizó mezclándose con el aire. Cuando el combustible se expandió en estado vaporoso comenzó a descender, ya que los vapores de combustible son más pesados que el aire. En ese punto se hubiese producido un fuerte olor que habría sido detectado fácilmente.

En la cabina de pasajeros aparecieron unos vestigios azules.

– El humo se filtró a la cabina a través del sistema de ventilación, calefacción y aire acondicionado y, finalmente, llegó al exterior a través de la válvula de presurización.

Pensé en Jean Bertrand. ¿Había percibido el olor? ¿Visto el humo?

Del equipaje de Lindenbaum se desprendió un relámpago rojo y un orificio dentado apareció en la parte posterior del compartimento del equipaje.

– Veinte minutos y veintiún segundos después de que el avión despegara, el combustible vaporizado atravesó unos cables eléctricos y produjo una terrible explosión. Esta explosión puede oírse claramente en la grabación de la cabina de los pilotos.

Recordé lo que había dicho Ryan acerca de las últimas palabras de los pilotos y sentí la misma impotencia que él había descrito.

– El circuito dejó de funcionar.

Pensé en los pasajeros. ¿Habían sentido el impacto? ¿Oído la explosión? ¿Se dieron cuenta de que iban a morir?

– La explosión inicial partió del compartimento del equipaje presurizado al fuselaje inferior sin presurizar, y la presión del aire comenzó a arrancar partes del avión. En ese punto más combustible escapó de la tubería y las llamas invadieron la cabina de carga.

Jackson identificó los objetos a medida que se separaban y caían a tierra.

– Forro del fuselaje de popa. Frenos de velocidad.

En la sala reinaba un silencio sepulcral.

– La presión del aire se desplazó luego a través de la cola vertical y afectó a los timones de profundidad y al estabilizador horizontal.

En la animación, el avión se precipitaba de morro hacia tierra, la cabina de pasajeros aún intacta. Jackson pulsó una tecla y la pantalla quedó en blanco.

Nadie parecía respirar o moverse. Pasaron los segundos. Escuché un sollozo, o quizá sólo un profundo suspiro. Una tos. Luego la sala pareció estallar.

– Señor Jackson…

– ¿Por qué no había más detec…

– Señor Jack…

– ¿Cuánto tiempo…

– Responderé a las preguntas de una en una.

Jackson señaló a una mujer que llevaba gafas estilo Buddy Holly.

– ¿Cuánto tiempo tardó en aumentar la temperatura en la bolsa de lona hasta alcanzar el punto de ignición?

– Permítanme que les aclare una cosa. Estamos hablando de incandescencia, un tipo de combustión incandescente que se origina cuando el escaso oxígeno disponible entra en contacto directo con un sólido, como el caso de las brasas. No se trata de una combustión ardiente. En un pequeño volumen como es el interior de un compartimento de equipaje, la incandescencia podría establecerse rápidamente y mantenerse aproximadamente entre los 190 y los 230 °C.

Su dedo encontró a otro periodista.

– ¿Cómo pudo sobrevivir la botella de ron al fuego dentro de la bolsa?

– Es sencillo. En el otro extremo del espectro de temperatura, la incandescencia puede alcanzar entre los 400 y 450 °C, la temperatura de un cigarrillo o una pipa encendidos. No es suficiente para alterar una botella de vidrio que contenga un líquido.

– ¿Y los depósitos de humo permanecerían en la botella?

– Sí. A menos que la botella estuviese sometida a un fuego muy intenso y sostenido, y no fue el caso, al contrario de lo que sucedió en el interior del equipaje.

El dedo se movió.

– ¿Las marcas de fatiga del metal también perduraron?

– Para fundir el acero se necesitan temperaturas de 850 °C o más elevadas. Las marcas típicas que señalan la fatiga del metal generalmente superan un fuego de la intensidad que estoy describiendo.

Señaló a un periodista del Charlotte Observer.

– ¿Los pasajeros pudieron darse cuenta de lo que estaba sucediendo?

– Los que se encontraban sentados en una zona próxima al punto de ignición debieron sentir el impacto. Todos los demás seguramente oyeron la explosión.

– ¿Qué me dice del humo?

– El humo debió extenderse a la cabina de los pasajeros a través del sistema de calefacción y aire acondicionado.

– ¿Los pasajeros estuvieron conscientes todo el tiempo?

– El tipo de combustión que acabo de describir puede producir gases nocivos que afectan rápidamente a las personas.

– ¿Cuan rápidamente?

– Tal vez unos noventa segundos.

– ¿Podrían haber alcanzado esos gases el compartimento de los pasajeros?

– Sí.

– ¿Se han encontrado rastros de humo o gases tóxicos en las víctimas del accidente?

– Sí. En breve el doctor Tyrell hará una declaración.

– Con tanto humo, ¿cómo puede estar seguro acerca de la fuente de los depósitos en la botella de ron?

El que había preguntado parecía tener dieciséis años.

– Se recuperaron fragmentos de la pipa de Lindenbaum y se realizaron estudios de referencia empleando hebras de tabaco sin quemar adheridas al interior del hornillo. Los depósitos encontrados en la botella eran los residuos de la combustión de ese tabaco.

– ¿Cómo es posible que haya habido una fuga de combustible?

Alguien gritó la pregunta desde el fondo de la sala.

– Cuando se produjo el incendio en la cabina de carga, el impacto del fuego sólo afectó a un segmento de la tubería de combustible. Esto arrancó la pared de la tubería o indujo una tensión que abrió muy levemente la pequeña grieta.

Jackson cedió la palabra a un periodista que se parecía a Dick Cavett [18] y hablaba como él.

– ¿Nos está diciendo que el fuego inicial no provocó directamente la explosión?

– Así es.

– ¿Qué causó la explosión? -insistió.

– Un fallo eléctrico. Ésa es la secuencia de la segunda ignición.

– ¿Hasta dónde puede estar seguro de eso?

– Puedo estar razonablemente seguro. Cuando la electricidad produce una explosión, la energía eléctrica no se pierde, debe ir a tierra. En el mismo segmento de la tubería de combustible se han podido identificar daños provocados por esa descarga eléctrica a tierra. Un daño de esa naturaleza puede verse normalmente en elementos de cobre y casi nunca en piezas de acero.

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[18] Conocido presentador de la televisión estadounidense de los años setenta. (N. del T.)