El siguiente orador fue Charles Hanover. Tenía un aspecto de lo más corriente, más parecido a un farmacéutico y miembro de los Elks que al presidente de una compañía aérea regional. Su rostro era grisáceo y no podía controlar el temblor de las manos. En el ojo izquierdo tenía un tic permanente, otro alteraba las comisuras de los labios y un lado de la cara parecía brincar cuando ambos tics actuaban al unísono. Había algo triste y afable en ese hombre y me pregunté cómo era posible que Crowe lo hubiese encontrado ofensivo.
Hanover informó de que la TransSouth Air había establecido un número gratuito para atender las consultas públicas. En el centro de asistencia familiar se estaban instalando teléfonos y se había asignado personal para que atendiese regularmente a los miembros de la familia que estaban presentes y para que mantuviesen contacto con los que no habían venido. También se había dispuesto lo necesario para brindarles apoyo espiritual y psicológico.
Mi agitación crecía a medida que la reunión avanzaba. Yo ya había oído muchas veces todas esas cosas y sólo quería ver la lista de pasajeros.
Un representante de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias analizó la cuestión de las comunicaciones. El cuartel general del NTSB, el centro de mando en el lugar del accidente y el depósito provisional estaban ahora unidos, y el FEMA colaboraría con el NTSB en la difusión de información pública.
Earl Bliss habló acerca del DMORT. Era un hombre alto, de rasgos angulosos, con el pelo fino y castaño peinado con raya en el medio. Cuando estudiaba en el instituto, Bliss había trabajado a tiempo parcial recogiendo cadáveres los fines de semana. Diez años más tarde tenía su propia funeraria. Llamado Early debido a su prematura llegada al mundo [2], Earl había vivido sus cuarenta y nueve años en Nashville, Tennessee. Cuando no se encontraba en el escenario de accidentes con numerosas víctimas, se ponía una pajarita y tocaba el banjo en una banda que interpretaba música country.
Earl les recordó a los representantes de las otras agencias que cada equipo del DMORT estaba compuesto por ciudadanos que tenían una experiencia específica en un determinado campo, incluyendo a patólogos, antropólogos, odontólogos, especialistas en huellas dactilares, encargados de pompas fúnebres, técnicos y transcriptores de historias médicas, técnicos en rayos X, especialistas en salud mental y personal de seguridad, administrativo y de apoyo.
Uno de los diez equipos regionales del DMORT había sido activado a petición de los oficiales locales para desastres naturales, accidentes aéreos y de otros medios de transporte, incendios, atentados con bombas, ataques terroristas e incidentes de asesinatos y suicidios masivos. Earl mencionó las actuaciones recientes del DMORT. El atentado con explosivos contra el Edificio Federal Murrah, Oklahoma City, 1995. El descarrilamiento del tren Amtrak, Bourbonnais, Illinois, 1999. Accidentes aéreos, Quincy, Illinois, 1996, y Monroe, Michigan, 1997. Vuelo 801 de Korean Air, Guam, 1997; Vuelo 990 de Egypt Air, Rhode Island, 1999 y vuelo 261 de Alaska Airlines, California, 2000.
Escuché mientras Earl describía el diseño modular del depósito provisional y explicaba cómo se tratarían los restos en su interior. Todas las víctimas y los efectos personales serían clasificados, codificados, fotografiados y sometidos a la acción de los rayos X en la sección de identificación de restos. Se crearían paquetes de víctimas del desastre, PVD, y los cadáveres, las partes del cuerpo y los tejidos serían enviados a la sección de recolección de datos posmortem para su autopsia, incluyendo los exámenes antropológicos, dentales y dactilares.
Todos los hallazgos postmortem serían informatizados en la sección de identificación. Los datos suministrados por los familiares de las víctimas también serían incorporados a la base de datos informáticos y se procedería a comparar toda la información anterior y posterior a la muerte. Después de realizados los análisis correspondientes, los restos serían enviados a una área de mantenimiento hasta el momento de su envío.
Larke Tyrrel fue el último en ocupar la tribuna de oradores. El forense agradeció la intervención de Earl, inspiró profundamente y recorrió con la mirada la improvisada sala.
– Damas y caballeros, ahí fuera tenemos a un montón de familias angustiadas que buscan un poco de paz y consuelo. Magnus y sus muchachos las ayudarán imaginando qué pudo haber derribado a ese avión. Nosotros también contribuiremos a ese proceso, pero nuestra principal tarea aquí estará relacionada con la identificación de los cadáveres. Tener algo que se pueda enterrar acelera la curación, y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para enviar un ataúd a casa a todas y a cada una de las familias.
En ese momento recordé mi caminata a través del bosque y sabía perfectamente lo que contendrían muchos de esos ataúdes. En las próximas semanas, el personal del DMORT y el personal local y estatal desarrollarían una titánica tarea para identificar cada fragmento de tejido asociado al accidente. Huellas dactilares, registros médicos y dentales, ADN, tatuajes y fotos familiares serían las principales fuentes de información y los antropólogos del equipo estarían estrechamente comprometidos en el proceso de identificación de las víctimas. A pesar de todos nuestros esfuerzos, quedaría muy poco para meter dentro de algunos ataúdes. Un miembro amputado. Una corona molar carbonizada. Un fragmento craneal. En muchos casos, lo que viajaría dentro del ataúd pesaría sólo unos gramos.
– Una vez se haya completado el rastreo de la zona del accidente, todos los restos serán trasladados aquí desde el depósito provisional -continuó Larke-. Esperamos que el traslado comience en las próximas horas. Será entonces cuando se inicie para nosotros el verdadero trabajo. Todos vosotros sabéis lo que debéis hacer, de modo que sólo os recordaré un par de cosas y luego cerraré la boca.
– Sería la primera vez.
Algunas risas.
– No separéis ningún efecto personal de ningún grupo de restos hasta que haya sido fotografiado y registrado.
Mi mente se deslizó hacia la muñeca de trapo Raggedy Ann.
– No todos los grupos de restos pasarán por cada una de las etapas del proceso. Los tíos que se encargan de la recepción decidirán dónde va cada material. Pero si se salta algún proceso, debe quedar claramente indicado en el PVD. No quiero estar adivinando después si el registro dental no se hizo porque no había dientes o porque ese paso fue pasado por alto. Debéis apuntar algo en cada hoja incluida en el PVD. Y debéis estar seguros de que la información permanece con el cadáver. Queremos que cada identificación disponga de una información completa.
»Una cosa más. Estoy seguro de que lo habréis oído comentar, el FBI recibió una llamada acerca de un artefacto explosivo. Debéis estar alerta ante los efectos de una deflagración. Comprobad los rayos X buscando trozos de explosivo y metralla. Examinad pulmones y tímpanos por si hay daños por presión. Buscad ampollas y quemaduras en la piel. Ya conocéis la rutina. Larke hizo una pausa y volvió a recorrer la sala con la mirada.
– Algunos de vosotros sois primerizos en esto, otros ya lo habéis hecho antes. No tengo que deciros lo duras que serán las próximas semanas para todos nosotros. Haced turnos. Nadie trabajará más de doce horas al día. Si alguno se siente abrumado o superado por la situación, que hable con un consejero. Eso no significa ser débil. Estos tíos están aquí para ayudarnos. Recurrid a ellos.
Larke sujetó el bolígrafo al bloc de notas. -Creo que eso es todo, sólo me queda agradecer a mi personal y a los muchachos del DMORT de Earl que hayan llegado aquí tan rápidamente. En cuanto al resto de vosotros, fuera de mi depósito.
Cuando la sala se vaciaba me dirigí hacia Larke decidida a preguntarle por la lista de pasajeros. Magnus Jackson llegó en ese mismo momento y me saludó con un ligero movimiento de cabeza. Había conocido al IIC hacía algunos años cuando trabajaba en un accidente de trenes y sabía que no era la clase de persona que se dedica a intercambiar bromas.
– Hola, Tempe -me dijo Larke y luego se volvió hacia Jackson.
– Veo que te has traído un equipo completo.
– Habrá mucha presión en este caso. Mañana tendremos alrededor de cincuenta personas trabajando en el lugar del accidente.