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La sala empequeñecía. La mayor parte del espacio estaba ocupado por una mesa circular y unas sillas de plástico. Darius estaba sentado en una de ellas. No se puso de pie cuando Betsy entró.

– Veo que trajo a un guardaespaldas -dijo Darius, mientras estudiaba a Steward con cuidado.

– Martin Darius, le presento a Reggie Steward, mi investigador.

– ¿Sólo utiliza uno? -le preguntó Darius, ignorando la mano que le extendía Reggie. Steward la retiró lentamente.

– Reggie es muy bueno. No habría ganado "Hammermill" sino fuera por él. Aquí hay una copia de los cargos.

Darius tomó el papel y lo leyó.

– Page hace los cargos con varias teorías en las muertes de cada una de las personas: asesinato personal de un ser humano durante el delito de felonía en el secuestro; asesinato por tortura; más de una víctima. Si consigue cualquiera de las teorías de delito agraviado, entramos en una segunda fase de juicio o fase de castigo. Ése es el segundo juicio de sentencia para establecer el castigo.

– En la etapa penal, el Estado debe convencer al jurado de que usted cometió el asesinato en forma deliberada, que la provocación de la víctima, si la hubo, no mitigó el asesinato y de que existe la probabilidad de que usted será peligroso en el futuro. Si el jurado contesta afirmativamente, de manera unánime a estas tres cuestiones, será sentenciado a muerte, a menos que exista alguna circunstancia que mitigue la acción y que convenza a algún miembro del jurado de que no debería recibir una sentencia de muerte. Si cualquiera de los miembros del jurado da un voto negativo, entonces el jurado decide si se lo sentencia a cadena perpetua o a perpetua con un mínimo de treinta años. ¿Alguna pregunta hasta aquí?

– Sí, Tannenbaum -dijo Darius, mirándola con una sonrisa divertida-. ¿Por qué gasta su tiempo en una explicación sobre la etapa penal? Yo no rapté, torturé ni asesiné a estas mujeres. Espero que usted se lo explique a nuestro jurado.

– ¿Qué me puede decir de Hunter's Point? -preguntó Betsy-. Eso va a tomarnos una gran parte de nuestro juicio.

– Un nombre llamado Henry Waters fue el asesino. Lo mataron de un disparo cuando trataba de escapar al arresto. Encontraron el cuerpo de una de sus víctimas todo destripado en el sótano de su casa. Todos sabían que Waters era culpable y el caso se cerró.

– ¿Entonces por qué Page está convencido de que usted asesinó a las mujeres de Hunter's Point?

– No tengo idea. Yo fui una de las víctimas, por el amor de Dios. Se lo dije. Waters mató a Sandy y a Melody. Yo formé parte del equipo de investigación que tenía el caso de los asesinatos.

– ¿Cómo sucedió eso? -preguntó Betsy sorprendida.

– Me ofrecí como voluntario. Yo era un excelente abogado y realicé muchas defensas criminales cuando comencé mi profesión. Sentí que podía proporcionar una opinión única de la mente de un criminal. El intendente estuvo de acuerdo.

– ¿Por qué no comenzó con la práctica del derecho aquí en Oregón?

Darius dejó de sonreír.

– ¿Por qué es importante eso?

– Es como que usted está tratando de ocultarse. Y también el teñirse el cabello de negro.

– Mi esposa y mi hija fueron asesinadas, Tannenbaum. Yo encontré sus cuerpos. Esas muertes formaron parte de mi vida pasada. Cuando me mudé aquí, tuve mi oportunidad de comenzar de nuevo. No deseaba ver mi viejo rostro en el espejo, ya que me recordaría cómo Sandy y Melody se veían junto a mí en viejas fotografías. No deseaba hacer el mismo trabajo, ya que había demasiadas conexiones entre aquel trabajo y mi vida anterior.

Darius se inclinó hacia adelante. Colocó sus codos sobre la mesa y apoyó la cabeza sobre sus dedos delgados, masajeando la frente, como si tratara de borrar recuerdos dolorosos.

– Lo siento si esto parece fuera de toda razón, pero yo estuve loco por un tiempo. Había sido feliz. Luego aquel maniático…

Darius cerró los ojos. Steward lo estudiaba con cuidado. Betsy tenía razón. El tipo era un gran actor o era inocente.

– Necesitaremos los viejos archivos de Hunter's Point -le dijo Betsy a Steward-. Probablemente deberás ir allí para hablar con los detectives que trabajaron en el caso. La teoría de Page se desmorona si Martin no mató a las mujeres de Hunter's Point.

Steward asintió, luego se inclinó hacia Darius.

– ¿Quiénes son sus enemigos, señor Darius? ¿Quién lo odia lo suficiente como para señalarlo por estos asesinatos?

Darius se encogió de hombros.

– Me hice de muchos enemigos. Están esos estúpidos que detienen el proyecto del lugar donde se encontraron los cuerpos.

– Señor Darius -le dijo Steward con paciencia-, con todo el debido respeto, ¿no estará sugiriendo seriamente que un grupo de personas dedicadas a la preservación de edificios históricos es el responsable de acorralarlo, no?

– Ellos encendieron fuego a tres de mis condominios.

– ¿Usted no ve la diferencia entre encender fuego a un objeto inanirnado y torturar a tres mujeres hasta su muerte? En esto estamos buscando a un monstruo, señor Darius. ¿A quién conoce usted que no tenga conciencia, ni compasión, que crea que la gente no vale más que un bicho y odia su persona?

Betsy no esperaba que Darius tolerara la insolencia de Steward, pero él la sorprendió. En lugar de enfadarse, se recostó en su silla, con el entrecejo mostrando preocupación como si tratara de pensar en una respuesta a la pregunta de Steward.

– ¿Lo que yo diga aquí queda entre nosotros, correcto?

– Reggie es nuestro agente. El privilegio del cliente con su abogado se aplica a todo lo que le diga a él.

– Muy bien. Me viene un nombre a la mente. Hay un proyecto del sur de Oregón para el que no pude conseguir financiación. Los bancos no creyeron en mi juicio. De modo que acudí a Manuel Ochoa. Él es un hombre que no hace mucho pero que posee mucho dinero. Jamás pregunté de dónde provenía el dinero, pero oí rumores.

– ¿Estamos hablando de los colombianos, señor Darius? ¿Cocaína, heroína? -le preguntó Reggie.

– No sé y no quise saberlo. Yo pedí dinero, ellos me dieron dinero. Hubo algunos términos a los que accedí a cumplir y estaré en problemas si estoy en la cárcel. Si Construcciones Darius va a la quiebra, Ochoa se hará de mucho dinero.

– Y los narcos matarían a una mujer o a dos sin pensarlo dos veces -agregó Steward.

– ¿Sabe Ochoa lo de Hunter's Point? -le preguntó de pronto Betsy-. No sólo buscamos a un psicópata. Buscamos un psicópata con íntimo conocimiento de su pasado secreto.

– Buen punto -dijo Steward-. ¿Quién sabía lo de Hunter's Point además de usted?

Darius de pronto se sintió mal. Volvió a colocar los codos sobre la mesa y dejó que su cabeza cayera pesada sobre las palmas de las manos.

– Ésa es la pregunta que yo mismo me he estado haciendo, Tannenbaum, desde el preciso instante en que fui inculpado. Pero es una pregunta que no puedo contestarme. Yo jamás le dije a nadie en Portland acerca de Hunter's Point. Jamás. Pero la persona que me está colocando en esta emboscada lo sabe y yo simplemente no sé cómo eso es posible.

– Café solo -le dijo Bctsy a su secretaria cuando entró volando por la puerta del frente-, y tráeme pavo, tocino y queso del bar Heathman.

Betsy arrojó su portafolio y dio una rápida mirada a su correspondencia y los mensajes que Ann le había apilado en el centro del escritorio. Betsy desechó la correspondencia que no servía en el cesto, colocó las cartas importantes en una caja y decidió que ninguno de los llamados debían ser contestados de inmediato.

– El emparedado estará pronto en quince minutos -dijo Ann mientras colocaba la taza de café sobre el escritorio de Betsy.