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– Su Señoría -dijo Betsy-, el señor Darius no pudo haber asesinado a su esposa antes de que llegara a su casa y él lo hizo poco tiempo antes de que lo hiciera el detective Kassel. La persona que destripó a Lisa Darius tendría sangre en toda su persona. No había rastros de sangre en mi cliente. Mire su camisa blanca y sus pantalones.

"Supongo que el señor Darius ha caído en una emboscada. Alguien estuvo en la casa del juez Ryder tomando café con Lisa Darius durante el día. No fue el acusado. Lisa Darius abandonó la casa sin apagar el televisor. Eso es porque fue forzada a hacerlo. Esa persona la llevó a la propiedad de Darius y la asesinó en el sótano, luego hizo la llamada anónima que condujo a la policía a encontrar el cuerpo.

– Eso es absurdo -dijo Page-. ¿Quién es esta misteriosa persona? Supongo que usted sugerirá que es el hombre misterioso que hizo la carnicería de las cuatro personas que encontramos en la obra en construcción de su cliente.

– Señoría -dijo Betsy-, pregúntese quién sabía que el cuerpo de Lisa Darius estaba en el sótano del señor Darius. Sólo el asesino o alguien que vio el asesinato. ¿Sugiere el señor Page que el señor Darius encontró con vida a su esposa, la asesinó en quince minutos o algo así entre el momento en que el detective Kassel lo perdió de vista y cuando procedió a su arresto, no se manchó de sangre mientras destripaba a su mujer y fue tan buen ciudadano que él mismo le informó a la policía, a fin de que ellos pudieran arrestarlo?

El juez Norwood se mostró preocupado. Betsy y Alan Page se miraron con intensidad.

– Señora Tannenbaum -dijo el juez-, su teoría depende de si el señor Darius abandonó su propiedad a las seis treinta de la mañana y permaneció en su oficina durante todo el día.

– Sí, Su Señoría.

El juez se volvió hacia Alan Page.

– Mantendré al señor Darius en la cárcel todo el fin de semana. Deseo que le ofrezca las copias de los registros a la señora Tannenbaum y deseo que los detectives estén aquí el lunes por la mañana. Le diré, señor Page, este asunto me tiene muy preocupado. Será mejor que tenga una buena explicación. Ahora no puedo ver cómo este hombre mató a su esposa.

2

– Maldición, Ross, ¿cómo no se te ocurrió esto?

– Lo siento, Al. No revisé las entradas de los registros todos los días.

– Si Darius no estuvo cerca de la casa del juez Ryder, estamos en problemas, Al -dijo Randy Highsmith.

– Los equipos de vigilancia lo deben de haber arruinado -insistió Page-. Ella estaba allí. De alguna manera llegó al sótano. ¿No me dijiste que había senderos a través de los bosques? Los equipos de vigilancia no seguían a Lisa. Ella pudo haber utilizado algún sendero para entrar secretamente en la propiedad, mientras los equipos seguían a Darius.

– ¿Por qué iría ella a la propiedad si tenía tanto temor de Darius? -preguntó Highsmith.

– Pudo haberle hablado como un enamorado por teléfono -dijo Page-. Eran marido y mujer.

– ¿Entonces por qué entrar en secreto? -preguntó Highsmith-. ¿Por qué no entrar por el portón hasta la puerta del frente? Es su casa. No tiene sentido que haya entrado en secreto si ella tenía deseos de regresar.

– Tal vez la prensa la estaba persiguiendo y ella deseaba evitar a los reporteros.

– No lo creo.

– Debe de haber una explicación lógica -contestó Page, frustrado al ver la imposibilidad de aquella situación.

– Hay otras cosas que me preocupan, Al -le dijo Highsmith a su jefe.

– Dime qué es -dijo Page.

– ¿Cómo sabía Nancy Gordon dónde encontrar el cuerpo? Tannenbaum tiene razón. Darius no pudo haber asesinado a Lisa esa noche, ya que ella estaba viva por la mañana. No pudo haberla asesinado afuera de la propiedad. Lo tuvimos bajo vigilancia minuto a minuto, todo ese día. Si Darius lo hizo, la mató en la casa. No hay ventanas en el sótano. ¿Cómo podría alguien saber lo que sucedía allí? Hay problemas con este caso, Al. Debemos enfrentarlos.

3

– ¿Cómo fue la reunión?

– No me preguntes -le dijo Raymond Colby a su esposa-. Tengo la cabeza como masilla. Ayúdame con esta corbata. Estoy muy torpe.

– Ven aquí y permíteme -le dijo Ellen, desatando el nudo de la corbata.

– ¿Puedes prepararme un trago? Estaré en el estudio. Deseo mirar el noticiario.

Ellen dio un beso rápido en la mejilla de su marido y fue hacia el armario de las bebidas.

– ¿Por qué no vas a la cama?

– Bruce Smith hizo un comentario sobre la ley de autopistas. Wayne insiste en oírlo. Debe de estar entre las noticias más importantes. Además, estoy demasiado fatigado como para irme ya a dormir.

Colby entró en su estudio y puso las noticias. Ellen apareció con el trago que le pidió el senador.

– Si no te tranquiliza, pensaremos en algo que lo haga -le dijo traviesa.

Colby sonrió.

– ¿Qué te hace pensar que yo tengo la fuerza para ese tipo de jueguitos?

– Un hombre que no puede levantarse para la ocasión no debería estar en la Corte Suprema.

Colby rió.

– Te has transformado en una pervertida a tu edad.

– Y ya era tiempo.

Ambos rieron, luego de pronto Colby se puso serio. Apuntó el control remoto a la pantalla y levantó el volumen.

"…un impactante nuevo desarrollo del caso contra el constructor millonario Martin Darius, que es acusado de torturar y asesinar a tres mujeres y a un hombre en Portland, Oregón. Hace una semana Darius fue liberado bajo fianza cuando el juicio a cargo del juez Patrick Norwood dijo que la evidencia era insuficiente como para mantenerlo en prisión. Ayer por la noche, Darius fue nuevamente arrestado cuando la policía encontró el cadáver de su esposa, Lisa Darius, en el sótano de su mansión. Un vocero de la policía dijo que ella fue torturada y asesinada de manera similar a las otras víctimas”.

"Hoy, en una audiencia de la Corte, Betsy Tannenbaum, la abogada de Darius, dijo que Darius era víctima de una emboscada después de que se reveló que equipos de vigilancia de la policía siguieron a Darius todo el día, el día en que su esposa fue asesinada y que nunca lo vieron con ella. La Corte abrirá una nueva audiencia para el lunes”.

"Con un tono menos serio, se informa que el intendente Clinton Vanee…"

Colby apagó e! televisor y cerró los ojos.

– ¿Qué sucede? -preguntó Ellen.

– ¿Cómo te sentirías si el Senado no me confirmara en el cargo?

– Eso no es posible.

Colby oyó la inseguridad en la voz de su mujer. Estaba tan fatigado.

– Debo tomar una decisión. Me concierne en algo que yo hice cuando fui gobernador de Nueva York. Un secreto que pensé quedaría enterrado para siempre.

– ¿Qué clase de secreto? -preguntó llena de duda Ellen. Colby abrió los ojos. Vio la preocupación de su mujer y le tomó la mano.

– No es un secreto sobre nosotros, mi amor. Se refiere a algo que hice hace diez años. Una decisión que tuve que tomar. Una decisión que volvería a tomar.

– No comprendo.

– Te lo explicaré todo y luego tú me dirás lo que debería hacer.

Capítulo 25

1

Alan Page miró el iluminado visor de su reloj digital, cuando tanteó el teléfono en la oscuridad. Era las cuatro y quince de la madrugada.

– ¿Habla Alan Page, el fiscal de distrito del condado de Multnomah? -le preguntó una voz masculina.

– Él habla y aún seré el fiscal de distrito cuando salga el sol.