– ¡Sí, señor!
Ronda de trabajo fastidioso:
Comisaría de Wilshire, repaso de papeles: listas de detenidos, fichas de modus operandi, informes de incidencias. Resultado: jóvenes blancos mirones, cero. Ladrones mataperros, cero.
Comisaría de University, listas, fichas: nada. Incidencias, tres recientes: un hombre blanco «de aspecto joven», «constitución normal», denunciado por mirón de moteles de alterne. ¿Mi hombre de los ojos? Tal vez, pero:
No consta dirección de moteles, sólo una anotación: «South Western Avenue». No consta nombre de denunciante ni número de identificación del agente.
De momento, no tenía adónde más ir.
Llamé a la comisaría de la calle Setenta y siete. El oficial de guardia, aburrido:
Nada sobre perros. Un joven blanco visto merodeando por los tejados: moteles de citas, clubes de jazz. Sin detenciones, ni sospechosos, ni informes; la comisaría estaba pendiente de un nuevo sistema de papeleo. Me enviaría las direcciones del club y del motel… cuando y si las encontraba.
Los discos rotos de Tommy K. ¿Los discos de jazz de Tommy K?
Más llamadas: calabozos de Central del LAPD/oficina de Investigación de la policía local. Resultados: ninguna detención por maltrato a perros este año; cero en jóvenes blancos mirones/merodeadores. Otros 459 postKafesjian: ningún sospechoso caucasiano.
Llamadas; un teléfono público acaparado durante tres horas. Repasadas todas las comisarías del LAPD y de la policía local. Mierda: ningún mirón joven blanco detenido; dos espaldas mojadas mataperros deportados a México.
Esperando: el archivo de pervertidos de la Central.
Bajé al centro. Una visita a la oficina: ningún mensaje; un informe sobre la mesa:
CONFIDENCIAL
30/10/58
A: TENIENTE DAVID D. KLEIN
DE: SARGENTO GEORGE STEMMONS, JR.
ASUNTO: KAFESJIAN/459 C.P.
947.1 (CÓDIGO DE SEGURIDAD E HIGIENE: MUTILACIÓN
CRIMINAL DE ANIMALES)
SEÑOR:
Según lo ordenado, he revisado los archivos de la Central del LAPD y de la Policía Local en busca de otros 459 parecidos al nuestro. No he encontrado ninguno. También he cruzado los datos sobre los detenidos por 947.1 (había muy pocos) con los archivos de 459, pero no he encontrado ningún nombre repetido. (El acusado de 947.1 más joven tiene ya 39 años, lo cual contradice la descripción del merodeador que nos proporcionó el agente Bethel.) También he revisado los expedientes locales y estatales sobre homicidios hasta 1950. No he encontrado ningún 187 o 187 anexo a robo con escalo que recuerde el modus operandi de nuestro hombre.
Ref.: Capitán Wilhite. Le he pedido «diplomáticamente» que nos proporcionara una lista de camellos/adictos delatados por los Kafesjian y me ha dicho que nunca se ha llevado un registro de sus soplos, que no ha quedado constancia por escrito, para proteger a la familia. El capitán Wilhite me ha proporcionado un nombre, el de un tipo delatado recientemente por Tommy Kafesjian: un vendedor de marihuana llamado Wardell Henry Knox, un negro que trabajaba de barman en diversos clubes de jazz. Los agentes del capitán Wilhite no daban con Knox, pero he sabido que éste fue asesinado hace poco (caso por resolver). Se trata de un homicidio entre negros que, probablemente, fue objeto de una investigación superficial.
Ref.: tiendas E-Z Kleen. En los tres locales que he visitado, el personal se ha negado de plano a hablar conmigo.
Volviendo al capitán Wilhite: Francamente, creo que miente respecto a que no hay constancia de los soplos de Kafesjian. Me ha expresado su disgusto por la discusión que tuviste con J.C. y me ha dicho que le habían llegado rumores de que la investigación federal sobre la delincuencia organizada se llevará a cabo finalmente y de que se centrará en el tráfico de narcóticos en las zonas centro y sur de Los Angeles. También le preocupa que se haga público el cohecho del LAPD a la familia Kafesjian, con el consiguiente descrédito para el departamento en general y para los agentes de Narcóticos que han llevado personalmente la relación con la familia.
Aguardo nuevas órdenes.
Respetuosamente,
Sgto. George Stemmons Jr.
Placa 2104
Sec. Subdirección Admva.
Junior: un novato competente, cuando se ponía a ello. Le dejé una nota: el mirón, más datos de la exhibicionista Lucille. Ordenes: volver a la casa, hablar con los agentes que interrogaban al vecindario, evitar a la familia.
Excitación: una ojeada al archivo de pervertidos. Perros/robos con escalo/mirones. A ver qué salía:
Un marine sorprendido tirándose a un pastor alemán. Un «Doctor Can», detenido por rociar a su hija con pus de perro pachón. Mataperros (ninguno que se ajustara a la descripción de nuestro hombre), folladores de perros, mamones de perros, apaleadores de perros, adoradores de perros, un chiflado que acuchilló a su mujer cuando llevaba puesto un disfraz de Pluto. Olfateadores de bragas, defecadores en lavabos y pilas, masturbadores (sólo fetichistas). Asaltantes de maricas, ladrones de travestidos, «Rita Hayworth» (vestido de Gilda, melena teñida, sorprendido abusando de un chiquillo dormido con cloroformo). La edad concordaba, pero un chulo lo había capado y el tipo se había suicidado: enterrado en San Quintín con su ropa de mujer. Mirones: ventanas, tragaluces, tejados; los payasos de los tejados, todo un número de circo. Ningún carnicero de perros guardianes; todos los degenerados, catalogados de pasivos: sorprendidos gimiendo, con la mano en la entrepierna. Darryl Wishnick, un modus operandi atractivo: espiar, forzar la entrada, violar perros guardianes sedados con carne rociada de narcótico… Una lástima que hubiera muerto de sífilis en el 56. Un pensamiento repentino: todos los mirones eran pasivos, nuestro hombre mataba perros de mala manera. Nada útil.
5.45: inquieto, hambriento. Una visita a Rick's Reef; tal vez Diskant en la tele.
Tomé el coche hasta el bar y engullí unos bocados. Noticias en televisión: Chavez Ravine, muertos en accidente de tráfico, el rojo.
Subí el volumen:
«…y anuncio mi retirada por motivos personales. Thomas Bethune será reelegido por falta de contrincante, pero tengo la ferviente esperanza de que esto no signifique que se apruebe el proyecto de usurpación de tierras de Chavez Ravine. Yo continuaré protestando de esta burda maniobra como ciudadano privado y…»
Ya sin apetito, me largué.
Una simple ronda, a ningún lugar en concreto. Hacia el distrito Sur: como atraído por un imán.
Figueroa, Slauson, Central. Un Plymouth gris de la policía detrás de mí; Asuntos Internos, seguramente, por orden de Exley. Aceleré: adiós, posible perseguidor.
Terreno de mirones: clubes nocturnos, burdeles. Bido Lito's, Klub Zamboanga, Club Zombie: techos bajos, fáciles de escalar. Motel Lucky Time, motel Tick Tock. Buenos observatorios: acceso al tejado, hierbas altas hasta el hombro. Una idea, clic: coger a Lester Lake en el Tiger Room.
Cambio de sentido, mirada por el retrovisor, mierda: un Plymouth gris aparcado.
¿Asuntos Internos o Narcóticos? ¿Matones al acecho?
Callejuelas, sin tiempo para maniobras evasivas: el garito de Lester cerraba a las ocho en punto. Lester Lake: inquilino, informador. Soplos baratos: Lester estaba en deuda conmigo.
Otoño del cincuenta y dos:
Una llamada de Harry Cohn, magnate del cine. Mi apodo de «el Contundente» le había intrigado. Me había creído judío, por el «Klein». Un cantante negro estaba tirándose a su chica: diez de los grandes por liquidarlos.
Dije que no.
Mickey Cohen dijo que no.
Cohn llamó a Jack Dragna.
Supe que me tocaría el trabajo: no podía rechazar la orden. Mickey: un capricho por una fulana no merece la muerte. Pero Jack insiste. Llamé a Jack: el asunto es una memez, no merece la pena. Dale una buena lección a ese Lester Lake, no lo mates.