– Noonan, podemos hacer un trato.
– No. Todavía no está maduro para ruegos. Caballeros, acompañen al señor Klein a un taxi.
31
Bido Lito's. Amanecer. Ruinas chamuscadas, el escenario justo en el centro. Montones de cenizas, cristales hechos añicos.
Teléfonos de la acera, intactos. Una moneda en los bolsillos. Que esté en casa, por favor.
Seis timbrazos:
– ¿Sí? -Voz adormilada.
– Soy yo.
– ¿Dónde estás?
– Estoy bien.
– No es eso lo que… David, ¿dónde estabas?
Hormigueo, sólo de oírla.
– No puedo… Oye, ¿han ido a interrogarte?
– Sí, dos hombres del sheriff. Dijeron que era rutina, que estaban preguntando a todas las actrices bajo contrato con Hughes. No parecían saber que Howard me tenía bajo vigilancia y no tuve que dar ninguna coartada para un momento concreto porque no han podido determinar la hora de la muerte de Miciak…
– No digas nombres.
– ¿Por qué? ¿Desde dónde estás llamando?
– Desde un teléfono público.
– David, pareces asustado. ¿Dónde estabas?
– Te lo diré si…, quiero decir, cuando esto termine.
– ¿Es ese asunto de los Kafesjian?
– ¿Cómo lo has sabido?
– Lo sé y ya está. Hay cosas que tú no me cuentas, así que…
– Hay cosas que tú no me cuentas.
Silencio.
– ¿Glenda?
– Sí, y hay cosas que no te contaré.
– Dime lo que quieras, entonces.
– Ven.
– No puedo, tengo que dormir.
– ¿Qué quieres que te diga?
– No sé, cosas buenas.
Con voz suave, soñolienta:
– Bien, cuando me veía con H.H., le pedí consejo para alguna inversión en acciones y compré barato. Esas acciones suben ahora, de modo que voy a sacar unos buenos beneficios, creo. Anteanoche, cuando viniste a verme, cené con Mickey. Todavía está enamorado de mí y me obligó a hacer una crítica de su estilo de actuar; algo relacionado con un discurso importante que tiene que hacer pronto. Mi coche anda mal de embrague y…
– Escucha, todo va a salir bien.
– ¿Todo? ¿Seguro?
– Sí, seguro.
– No suenas muy convencido.
– Te llamaré cuando pueda.
Unos vándalos me habían robado los tapacubos. Hora de pasar la película, una vez más: «POR FAVOR, NO ME MATES.»
«POR FAVOR, NO ME MATES COMO MATASTE A TODOS LOS DEMÁS.»
Dos puertas más abajo, una licorería.
Entré y compré un frasco de whisky. De vuelta al coche: tres tragos, rápidos.
Escalofríos: sin hormigueos ni calor interno.
Arrojé el resto: el alcohol era para pervertidos y para cobardes.
Meg me lo había enseñado.
32
Mi casa, sano y salvo. Repuse existencias en la sobaquera: mi 45 de los marines. Acto seguido, un grito:
Mi espada japonesa sobre un estante, salpicada de sangre. Al lado, cinco de los grandes.
Sueño. JOHNNY, SUPLICANDO.
Mediodía. Desperté buscando el teléfono. Un reflejo; una llamada rápida: Alcaldía de Lynwood.
Consulta:
Spindrift, 4980; un edificio de cuatro plantas, vacío: ¿quién era el dueño? Gestiones del oficinista, la respuesta:
Hipoteca ejecutada por la Alcaldía de Lynwood. El propietario murió hacia el 46. Abandonada durante doce años, ofertas de reconstrucción recientes: posible alojamiento de desahuciados de Chavez Ravine. ¿Búsqueda de títulos de propiedad? Imposible: una inundación en el sótano del archivo había destruido los archivos.
Lynwood. ¿Por qué reunirnos allí?
«Pruebas», había dicho Duhamel.
Salí a por los periódicos, volví a por un café. Cuatro diarios de L.Á. llenos de barrio negro:
El tiroteo en el locaclass="underline" cinco muertos, sin rastros, sin sospechosos. Cuatro morenos identificados; el «negro» Steve Wenzel, retrasado. Exley: «Expertos detectives de Homicidios se dedican a este caso exclusivamente. Es un asunto de máxima prioridad para el LAPD.»
Un destello:
Hora de cine; paredes con espejos. Familiares, de alguna manera…
El Herald:
«Tres muertos en incendio de club de jazz: la Policía considera el fuego "accidental".» Exley: «Creemos que el incendio del Bido Lito's no está relacionado con la trágica muerte por ataque cardíaco del sargento George Stemmons, Jr., dos días antes en ese mismo local.»
Intuición: Junior, eliminado. Por ELLOS.
Intuición: posible prueba, quemada.
El Mirror-News, punto de vista escéptico:
Policía muerto/infierno en el night club. Stemmons, padre, citado: «¡Rufianes negros mataron a mi hijo!» Réplica de Exley: «Puras fantasías. El sargento Stemmons murió de paro cardíaco puro y simple. La oficina del Forense ofrecerá los resultados que lo confirmen dentro de veinticuatro horas. Y la idea de que el departamento de Policía de Los Angeles prendiera fuego al Bido Lito's como venganza por la muerte del sargento Stemmons es sencillamente disparatada.»
Junior RIP: funeral católico próximamente. Oficiante: Dudley Smith, capellán laico.
Sarcasmo:
«Con una investigación federal sobre las bandas en pleno desarrollo en Los Angeles Sur-Central (investigación que, además, se considera dirigida a desacreditar al departamento de Policía de Los Angeles), el jefe de Detectives, Edmund J. Exley, está haciendo ciertamente todo lo posible para quitar importancia a la actual ola de crímenes en el Southside en sus encuentros con la prensa. Fuentes locales dicen que en las calles hay tantos agentes federales como hombres del LAPD, con lo que cabría esperar que disminuyeran las estadísticas delictivas. Aquí se cuece algo raro y, desde luego, no es el guiso de barbo que servían en el recientemente chamuscado Club Bido Lito's.»
Exley, L.A. Times: «Siento lástima por las autoridades federales que actualmente intentan desarrollar una investigación sobre las bandas criminales en Los Ángeles. Están condenadas al fracaso, porque las medidas tomadas por el departamento de Policía de Los Angeles llevan muchos años demostrando su eficacia. Al parecer, Welles Noonan ha concentrado sus esfuerzos en incriminar a la sección de Narcóticos del LAPD, y hace poco se me preguntó por qué no he separado del cuerpo a los hombres que trabajan en dicha sección. ¿Mi respuesta? Muy sencilla: que esos hombres no tienen nada que ocultar.
Intuición, GRANDE: Narcóticos, cebo federal.
Times/Herald/Mirror: Ningún hallazgo de cadáveres de varones. El Examiner: «Pocero hace un descubrimiento macabro.» Leo rápidamente:
Un canal de desagüe en el límite de Compton/Lynwood: territorio de la oficina del sheriff. Hallazgo: cadáver de varón blanco, alto, rubio, 72 kilos; sin cabeza, manos ni pies. Muerto entre veinticuatro y treinta y seis horas. DESTRIPADO, COLUMNA VERTEBRAL ROTA.
«No se encontraron documentos de identificación en el cuerpo. Los detectives del sheriff creen que el o los asesinos decapitaron a la víctima y le cortaron las manos y los pies para impedir una identificación forense.
»Si alguien puede ofrecer información acerca de este hombre, J. Doe, núm. 26-1958, Boletín de homicidios del Condado 141-26-1958, llame al Sgto. B.W. Schenker, comisaría de la Policía Local de Firestone, TU 30985.»
Podía llamar a ese número. Podía alegar:
Incapaz de precisar el lugar o el transcurso del tiempo: estaba drogado y sometido a coacción.
Mis presuntos coaccionadores: los Kafesjian. Dos hombres por lo menos: lo dictaba la logística.
LOS TIPOS:
Acceso a droga.
Un motivo: círculos de policías corruptos; Duhamel relacionado con Junior relacionado conmigo.
Podía argumentar detalles:
Johnny y Junior, manchados en el trabajo de las pieles; quizá más. Junior, aspirante a «rey de la droga», extorsionando a LOS TIPOS. Yo, chiflado perseguidor de mirones: LOS TIPOS le querían A ÉL.