– Adivino que la reacción de las feromonas es específica entre un hombre y una mujer. Aun no he encontrado una mención de esto en los archivos, pero no hay otra explicación. El doctor Whitney -deliberadamente Lily se distancio del hombre que había conocido toda su vida como su padre-, está buscando una segunda generación de soldados y quiere que Jack Norton y Briony Jenkins le proporcionen uno. Con sus sistemas olfativos realzados, la química entre ellos se saldrá de la gráfica.
– Bien -dijo Logan-ha mirado al hombre equivocado. Nadie controla a Jack Norton. Es un hombre peligroso y Whitney cometió un error haciéndolo incluso más.
– Tal vez entonces, Logan, pero si lo que sospecho es verdad, no lo controlaría, estaría a merced de las demandas de su cuerpo, y también Briony -explicó Lily.
– ¿Cómo ayudaría a los Norton a cambiar de color cuando van vestidos? -preguntó Flame pragmáticamente.
Lily envió una pequeña sonrisa descolorida.
– Olvidé contarles acerca de las camisas inteligentes que Georgia Tech está desarrollando para controlar a los soldados y a los pacientes con problemas médicos. El Centro de Sistemas de soldados Natick en cooperación con Crye Precision desarrolló el MultiCam, el sistema de camuflaje para múltiples ambientes. Las compañías tienen una línea de ropa personal así como ropa de combate. La cosa más caliente son espejos microscópicos cosidos en la tela para reflejar el ambiente alrededor de ellos. Nunca adivinarás quién prueba esta ropa.
– Jack y Ken Norton -dijo Flame-. Por supuesto. Y Whitney pulsó algunas teclas para hacer que pasase.
– Whitney parece muy experto en pulsar teclas -estuvo de acuerdo Kadan-. Tienes razón. No está solo en esto.
Capítulo 7
– Estás embarazada.
Briony sorprendida, miró al doctor.
– Eso es imposible. Estoy tomando la píldora. Me la prescribiste tú mismo -detestaba al hombre; la manera en que la miraba tan reptiliana, a menudo pensaba que las escamas le saldrían en cualquier momento. Tenía una sonrisa fría, casi satisfecha cuando la miró. No confiaba en él, nunca había confiado. Incluso cuado era una niña, había querido huir gritando de la habitación cuando había entrado. Cuando dejase la oficina, iba a ir al coche y retorcerle el cuello a Jebediah por llamarle. Sólo había estado de acuerdo en venir porque quería algunas respuestas. Esta era definitivamente la última visita que le haría al doctor Spark.
– Estás embarazada, Briony, de unas ocho semanas. Quizás olvidaste tomar la píldora cuando tenías que hacerlo -le dedicó una sonrisa de tiburón, que nunca alcanzó sus ojos-. El padre estará lleno de alegría.
Una sombra cruzó su mente. Su cuerpo se puso en alerta, sintió la alarma moviéndose rápidamente a través de ella, pero mantuvo su mirada sorprendida y balanceó su pierna adelante y atrás con agitación.
– ¿Tony? Estoy segura de que lo estará. Ha querido casarse conmigo desde siempre y esta será su gran oportunidad. Mis hermanos sacarán las escopetas y se pondrán de su lado.
Por primera vez su sonrisa satisfecha decayó. Sus ojos se volvieron aún más fríos.
– ¿Tony?
Se encogió de hombros, tratando de parecer casual.
– Uno de los entrenadores de tigres. Hemos tenido una relación estable durante un tiempo -le miró directamente a los ojos, determinada a seguir con la mentira sólo para ver su reacción, porque algo no estaba bien y tenía un mal presentimiento de que estaba en más problemas que estar embarazada.
¿Embarazada? ¿Era realmente posible? ¿Le estaba mintiendo? Estaba enferma todo el tiempo, incapaz de tomar cualquier comida. No se sentía como si le estuviera mintiendo, pero nunca podía decirlo con el doctor, incluso si su mente no estuviera escudada de ella.
Spark se aclaró la garganta.
– Pensé que me dijiste que no podías ser tocada y dudaba que alguna vez tuvieras una relación. ¿Ha mejorado esto?
Se frotó las sienes. Divertida, con el doctor no sentía dolor, pero un zumbido extraño en su mente siempre persistía cuando estaba cerca de él.
– Los ejercicios ayudaron mucho y he estado trabajando con la bioretroalimentación y la meditación -esa parte era verdad, pero ninguna cantidad de meditación la liberaría del dolor lo suficiente como para permitir a una relación cercana con nadie que no fuera Jack, y nunca iba a pensar en confiar nuevamente en él con su corazón. Intentó una pequeña sonrisa, siguiendo la mentira-. Por alguna razón, cuando estoy con Tony, no está tan mal, aunque no sé si casarme con él.
– ¿Quieres quedarte con el bebé entonces? -preguntó el doctor Sparks, mirándola de cerca.
Reprimió la primera respuesta. Por supuesto que iba a quedarse con el bebé -quería al bebé, incluso si su padre era un completo bastardo. Era bastante capaz de cuidar sola de un niño. Se encogió de nuevo.
– Lo pensaré. No había pensado en tener un bebé justo ahora, o alguna vez en realidad. Mis hermanos van a volverse locos conmigo, por eso no le voy a decir nada a nadie hasta que decida.
El doctor Sparks se alejó de ella y abrió un armario.
– Avísame, Briony, y seguramente pueda ayudarte con lo que decidas. Mientras tanto, necesitarás atención prenatal, sólo en caso de que decidas que quedarte con el niño -dándole la espalda, la miró sobre el hombro, ocupándose con una jeringuilla-. ¿Ha venido alguno de tus hermanos contigo? Quizás si hablase con ellos entenderían que será difícil para ti mantener una relación por algún tiempo.
– No, vine sola -no tenía ni idea de por qué mentía. Jebediah la había traído, asustado de que estuviera tan enferma como para quedarse en la carretera, o más probablemente, con miedo de que en realidad no viera al doctor. Sus ojos estaban en la cara de Spark cuando se giró, y su corazón salto con miedo. Sus rasgos reptilianos parecían cercanos a un alien, distorsionados con una especie de regocijo fanático mientras se acercaba con la aguja. Briony retrocedió-. ¿Para qué es eso?
– Vitaminas, para ti y el bebé. Pareces un poco pálida. No quieres defectos de nacimiento si decides que vas a tener al bebé después de todo.
Inhaló y supo que no había vitaminas en la jeringuilla.
– Atrás, doctor Sparks, no quiero recibir una inyección de nada -estaba en peligro, cada sentido en alerta. La adrenalina fluyó por su cuerpo, corriendo a través de sus venas con un conocimiento certero.
– No seas tonta, querida; esto es necesario y es sólo un pequeño pinchazo. Has tenido puntos de sutura mucho peores que esto.
– Tal vez, pero me voy a marchar ahora sin un pinchazo. Si necesito vitaminas, las tomaré por el método antiguo, sin receta médica en forma de pastilla.
El doctor Sparks alzó la voz.
– Luther, ¿puedes venir aquí, por favor?
La puerta se abrió de golpe y Luther bloqueó la única salida. Era grande, y Briony supo inmediatamente que estaba realzado. Tal vez era su olor, pero más probablemente sentía el realce de la misma manera que la sintió en Jack. Briony inhaló bruscamente y se encontró frunciendo el ceño. Había algo con respecto a Luther que la repelía.
– Quédate quieta, Briony; no tenemos que hacer esto más duro de lo necesario -dijo suavemente el doctor Sparks, todavía sonriéndola.
Luther la sonrió abiertamente.
El mono y el reptil, pensó un poco histéricamente.
Briony mantuvo su mano en alto como si rechazará al doctor, su mirada en Luther, su mente trabajando para encontrar una forma de salir de la habitación.
– ¿Qué es exactamente esto? Y no me digas que vitaminas ¿Qué está pasando?
– No puedo dejar que salgas corriendo y abortes. Creo que te calmaremos hasta que seas más razonable.
Sparks caminó acercándose.
– Soy más que razonable -dijo Briony-. No lo entiendo. -bajó la mano como si se rindiera, pero mantuvo su mirada en el hombre grande en el camino a la puerta.