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– Eso es, buena chica.

– Incubadora querrás decir -dijo Luther con una pequeña sonrisa satisfecha-. Incluso me ofrecí para ser el donante.

El doctor Sparks miró a Luther. Briony pateó fuerte mientras Sparks volvía su atención lejos de ella. Tiró la jeringuilla de la mano del doctor cuando el se agachó, gritando y agarrándose la ingle.

La sonrisa satisfecha desapareció de su cara, Luther se apresuró hacia ella, saltando sobre el doctor, con los brazos extendidos para agarrarla. Estaba agradecida por su tamaño más pequeño, lo que le permitía realizar toda clase de trucos aéreos, y deslizarse por pequeños espacios. Usó la camilla para empezar, subiendo y pasando sobre el brazo que se estiraba hacia ella, y apuñalando a Luther con la jeringuilla. No pudo empujar el émbolo para liberar el líquido, líquido que estaba segura era una droga que dejaba inconsciente, pero logró completar un salto mortal completo en el aire y dio una patada, atravesando la ventana con los pies por delante. Protegió al bebé con una mano y su cara con la otra, mientras sus pies empujaban la mayoría de los cristales a la calle.

Aterrizó de cuclillas, se levantó y corrió hacia el aparcamiento. Luther era muy grande para pasar a través de la ventana, pero lo suficientemente fuerte para romper el marco. Lo escuchó jurar mientras golpeaba el pavimento.

– Pon en marcha el coche, Jebediah -gritó, poniendo tanta urgencia y mando en su voz como pudo.

Afortunadamente Jebediah, sentando en el asiento del conductor, lanzó el periódico, encendió el coche y abrió la puerta del pasajero.

– ¡Vamos! ¡Vamos! -ordenó, gesticulando con las manos, corriendo a toda velocidad hacia el coche. Se lanzó en el asiento mientras él quitaba el freno. Cerrando de golpe la puerta, miró hacia atrás para ver a Luther corriendo hacia un vehículo con dos hombres en él. Tenía un arma en el puño y furia en la cara-. ¡Deprisa, Jeb! Viene detrás de nosotros. Tiene un arma.

Jebediah no preguntó, pero reaccionó de la manera que sabía que lo haría, afrontándolo sombrío, conduciendo como un profesional, saliendo de la calle principal en el momento que pudo y tomando una ruta de vuelta hacia las tierras del circo a través de calles estrechas.

– ¿Qué demonios esta pasando, Bri? -demandó Jebediah mientras corrían carretera abajo.

– Spark trato de drogarme -dijo-, no sé que quería, pero tiene algo que ver con el bebé. -se presionó ambas manos sobre el estómago.

La miró duramente, la sorpresa escrita en su cara.

– ¿El bebé? ¿Qué bebé?

– Estoy embarazada.

– No puedes estar embarazada. Nunca has estado con nadie. ¿Dónde demonios he estado? ¿Y por que Sparks te drogaría por el bebé? Mira en el pequeño compartimiento bajo mi asiento y saca la pistola y la munición. Deprisa, Bri.

– No sé, Jeb, pero me preguntó si estabas conmigo y tuve el presentimiento de que podrías estar en peligro también -Briony encontró el arma y metió deprisa el cargador. Se la dio a su hermano. Había un cierto consuelo en ser inundada por sus emociones. No había duda de que Jeb la quería y quería protegerla-. Algo no está bien con mi adopción y la historia que les dieron a Mamá y Papá. Creo que quienquiera que sea esa gente, asesinaron a Mamá y Papá también -mantuvo la mirada pegada a la luna trasera-. Por mí.

La mandíbula de Jebediah se tensó.

– Quienquiera que asesinara a Mamá y Papá es el responsable, Bri, con toda certeza tú no, y no quiero oírte insinuar eso de nuevo. Ellos te quisieron cada instante tanto como lo hicieron con nosotros. No tuvieron remordimientos por adoptarte. Ninguno en absoluto, ni ellos ni nosotros. Maldita sea, Briony -golpeó el volante con la palma-. Debería haberme dado cuenta. Sabías que algo estaba mal. Siempre lo supiste. No quise saberlo -juró de nuevo-. ¿Cuántas armas hay atrás?

– Sólo veo al hombre que Sparks llamó Luther con un arma, pero Sparks probablemente tiene una también. Siempre he detestado a esa serpiente. Me dio las píldoras anticonceptivas. Toda mi medicación venía a través de él, no de una farmacia. ¿Cómo puedo estar embarazada con píldoras anticonceptivas? ¿No le molesta eso a nadie excepto a mí? ¿Por qué un doctor volaría para verme cada vez que lograba coger un constipado?

– No cogías constipados, Briony. No has tenido uno en tu vida; eso es por lo que estaba tan preocupado porque estuvieras enferma ahora. No tuviste la gripe ni las enfermedades infantiles. Mamá y Papá consintieron en permitir que el doctor Whitney cuidase de tu salud. Era parte del contrato de adopción y siempre he insistido porque eres tan diferente y otro doctor podía no ser capaz de tratarte adecuadamente. Sparks conocía tu historia, sabía como tratar tus circunstancias especiales -todo el tiempo que habló para mantener la calma, Jebediah condujo por las calles con la precisión de un conductor de carreras, con la pistola en su cadera.

– Y eso es otra cosa. ¿Por qué soy tan diferente? Conocía mi historia muy bien, mucho más de lo que nos contaba.

– Ambos Whitney y Sparks dijeron que tenías un tipo de autismo, que es por lo que no podías conectar con la gente.

– Conectaba, Jebediah. Te quiero, a Mamá y Papá y a los otros chicos. Sabes que lo hago. Siento dolor cuando estoy demasiado cerca. Te puedo decir lo que estas pensando, no exactamente, pero tus emociones. Justo ahora estás asustado, te sientes culpable y estas enfadado porque Sparks tratase de secuestrarme. Crees que tenías que haber visto el peligro hace tiempo.

– Debería haberlo hecho -giró el volante y tomó una carretera sucia lejos de la ciudad-. Tengo algunas conexiones, Briony. Veré lo que puedo desenterrar sobre Sparks y Whitney. Mamá y Papá guardaron todos los papeles originales pertenecientes a tu adopción en la caja fuerte del trailer. Echaré un vistazo y veré si algo en los papeles puede ayudarnos a solucionarlo. ¿Y quién demonios te ha dejado embarazada? No sabía que salías con alguien.

Se encogió de hombros, teniendo cuidado de evitar encontrarse con sus ojos.

– Tenía curiosidad, pensé que no podía quedarme embarazada, y dormí con un tipo caliente solo para ver como era.

– Eso no suena a ti. ¿A quien estas protegiendo? ¿Tony? ¿Randall? ¿Cuál? Tienen que asumir alguna responsabilidad.

Briony se echó a reír.

– ¿Sabes lo ridículo que suena cuando tenemos a alguien tratando de drogarme y tal vez secuestrarme? El hombre grande me llamó incubadora -cerró los ojos brevemente-. Dijo que se presentó voluntario para ser el donante.

Jebediah golpeó el volante con la palma.

– Eso no tiene sentido, Briony. ¿Qué quieren de ti?

– Mis diferencias tal vez. Jack Norton me dijo que se suponía que Whitney estaba muerto, que fue asesinado el año pasado, pero todavía le enviamos actualizaciones y el doctor Sparks todavía venía también. ¿Recuerdas el año pasado cuándo me dijo que era tan importante trabajar más duro sobre mis habilidades en el agua? Y justo después de que Mamá y Papá fueron asesinados, me ordenaron ir a Colombia para algo estúpido. Me negué. Era la primera vez que les negaba algo, pero no podía funcionar después de encontrar los cuerpos.

Jebediah la miró.

– Tenía miedo por ti. Estabas casi comatosa. Por supuesto les dije que no. Y más tarde, cuando hicieron el entrenamiento en el agua, casi te ahogaste por permanecer bajo el agua tanto tiempo. Eras una ruina. ¿Por qué no me cuestioné nada de esto? ¿Qué está mal conmigo?

– Mamá y Papá permitieron el entrenamiento; nunca cuestionarías su juicio. Una pregunta mejor sería ¿por qué era el entrenamiento tan importante para ellos? Me querían para algo, Jebediah -su mano masajeó el estómago-. O a mi bebé.

Su hermano le lanzó una mirada aguda.

– ¿Y qué sabe Jack Norton acerca de Whitney? No estás manteniendo correspondencia o viéndote con él, ¿verdad?