Capítulo 9
Briony miró por la ventana el salvaje escenario mientras subían más y más alto por la montaña en un páramo en Montana. A veces la montaña parecía más un sendero débil, lleno de baches, con hierba y arbustos demasiado crecidos. Cuanto más aprendía de Jack Norton, más podía verlo en un ambiente salvaje. Un regreso a tiempos pasados, un hombre que hacía sus propias reglas y era tan peligroso como los animales salvajes que lo rodeaban. Podía desaparecer en cualquier momento y sobrevivir bastante bien en la tierra. Dudaba que alguien pudiera encontrarle, y eso era por lo que lo necesitaba. Podía enseñarle esas mismas habilidades y protegerla mientras las estaba aprendiendo.
No importaba que no la quisiera. Responsabilidad. La palabra se repetía a través de su mente. Presionó las manos sobre el estómago, su boca se tensó con determinación. Muy mal por Jack. No era la única que llegaba a su umbral, estaba llevando a un niño. Concebido, todavía no había nacido, pero iba a tener que vivir con ello. No podía verle dándoles la espalda una vez que le dijera que su hijo estaba en peligro.
Sus dedos se apretaron alrededor de la ventana mientras se asomaba para mirar al suelo del valle. Estaba en el camino correcto. Le sentía, de la misma manera que había sentido mucho antes de que alguna vez hubiera puesto los ojos sobre él. Estaba más cerca de lo que anticipaba, y saboreó el miedo en su boca. Su pulso se aceleró, y lentamente e involuntariamente, sus dedos se apretaron alrededor de la jamba en la ventana hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Sintió el peligro aumentar con cada milla que viajaba.
– ¿Estás segura, Bri? -preguntó Jebediah, su voz fuerte por la tensión mientras caía la noche-. Se hace más duro ver, incluso con la luz de la luna, y no quiero usar las luces a menos que tengamos que hacerlo absolutamente. Nos las hemos arreglado tan lejos sin que nos sigan, y si informamos a Norton de que venimos, podría escaparse y nunca le encontraremos -la miró-. Una vez que hagamos esto, no habrá vuelta atrás.
– Sientes la amenaza también, ¿verdad? -pocas cosas preocupaban a Jebediah, pero definitivamente tenía un sexto sentido cuando había peligro.
– Estamos en peligro, Bri. Jack podría fácilmente decidir dispararnos por entrar sin autorización como escucharnos. ¿Cuántos signos de advertencia hemos visto?
– Unos diez -Briony les ofreció una sonrisa débil-. Si se molesta en poner signos, no quiere matar a nadie.
– Puedes apostar cada céntimo que tienes que ha sido su hermano Ken quien puso esos signos.
– Espero que puedas confiar en el SEAL con el que te contactaste por la dirección de Jack.
– Jess Calhoun es la cosa más cercana a un amigo que Jack y Ken tenían -se encogió de hombros.
– ¿Quién sabe si lo que estoy haciendo está bien? No confío en nadie que no conozca. Ninguno de nosotros puede ahora, pero Jack Norton es el padre del bebé. No le voy a pedir responsabilidades. No estoy buscando un compromiso de por vida, pero si es el machote que sigues diciendo que es, entonces, a ciencia cierta, es mi mejor oportunidad para proteger nuestro bebé. Incluso Kadan Montague dijo que si quería desaparecer, nadie podría encontrarle. Eso quiere decir que me puede enseñar.
Jebediah sacudió la cabeza.
– Me asusta como el demonio, Bri, y el pensamiento de ti con él… -paró el SUV justo en medio de estrecho camino y se giró hacia ella-. Algunos hombres viven por sus propias reglas, y Jack es uno de ellos. Nunca será un hombre fácil, nunca cabrá en la sociedad, y es peligroso como el demonio si cruzas su sentido de la justicia. El gobierno usa a hombres como él, los entrena, afila sus instintos naturales, y los llaman cuando los necesitan, pero no los reconocen, porque son asesinos. Jack es extremadamente inteligente, y tiene más muertes registradas que cualquier otro francotirador que conozca, a no ser que sea su hermano -golpeó los dedos con agitación sobre el volante-. No sé si nació de esta forma o si los realces del doctor Whitney le hicieron así. No habla mucho, pero ¿no sientes el peligro cuando estás a su alrededor? ¿No lo ves en sus ojos?
Briony miró lejos de él. Había vislumbrado mucha emoción en aquellos ojos de los que hablaba. Esa intensidad todavía atormentaba su sueño de noche. Jack no la había mirado con los ojos de un asesino. Había sido todo un hombre y había sido dominante, cariñoso y espantoso todo envuelto en uno. Tan inexperta como era, todavía reconocía que Jack podía haber llevado las cosas más lejos de lo que lo hizo. Podía haberla atado sexualmente, dejándola ansiándolo sólo a él, esperándolo sólo a él, pero no lo hizo, no deliberadamente. No estuvo casi tan frío o insensible como aquellos a su alrededor lo acreditaban que era, y eso era con lo que contaba.
– Hay una posibilidad de que quiera proteger al niño. Protege a su hermano. Es parte de una unidad militar y tú mismo dijiste que no abandona a su gente atrás. Tiene que tener un sentido de la responsabilidad.
– Esto es un infernal salto de fe.
– ¿Qué opción tengo, Jeb? -preguntó Briony-. Si lo que dice Montague es verdad, y ha tenido suficiente prueba de que un loco está tras de mí, ¿dónde puedo ir? Especialmente si Whitney es parte de algún proyecto secreto del gobierno. No conocemos un camino o el otro, pero dime que encontraste suficientes pruebas en los papeles de mamá y papá para saber que fui adoptada y Whitney, el mismo nombre que Kadan Montague usó, insistió que tenía que ser educada con un programa de entrenamiento extraño. Sparks trató de drogarme y Luther trató de raptarme. No creo que haya duda de que estoy en problemas aquí.
– No parezcas amargada, Bri. Mamá y papá te querían y adoraban absolutamente -le echó un vistazo rápido-. El dinero tenía sentido. Querían comprar el circo como sus compañeros. Esperaban un bebé, una niña, y querían darte la mejor educación posible. Hablas varios idiomas, eres un genio, y puedes patear en serio cuando lo necesitas, no es como si no te quisieran genuinamente y querían lo mejor para ti. Te querían, nunca lo olvides en todo esto.
– No lo haré, Jeb -puso su mano alrededor de su barriga ya redondeada-. Pero eso no cambia el hecho de que no seremos capaces de proteger al bebé indefinidamente. No estoy dispuesta a dejar que Whitney, o cualquier otro, use a mi bebé para un experimento. ¿Dónde más puedo ir? Dímelo y lo haré.
– Te ofrecieron protección, Briony -le recordó Jebediah.
– ¿Y qué sabemos de ellos? Ese hombre, Kadan, estaba realzado tanto psíquica como físicamente. No sólo sentí la diferencia sino que lo admitió. Y tuve el presentimiento de que era más poderoso que Luther. Al menos conoces a Jack Norton. Salvó tu vida. Me dijiste que tenía integridad y que nunca se detenía si cogía un trabajo. Voy a pedirle que tome este trabajo, para mantenerme a salvo hasta que el bebé nazca. Puede enseñarme como esconderme, y una vez que tenga al bebé, puedo desaparecer. Seremos capaces de pensar una manera para hacer que pase. La gente desaparece todo el tiempo.
– ¿Y si dice que no?
– Nos debe mucho, pero si es ese gran bastardo -se encogió de hombros-, entonces adivino que investigaremos a esta gente y trataremos de imaginar quienes son los chicos buenos.
– Mírame a los ojos, Briony -la desafió Jebediah-. Mírame y dime que no albergas ninguna fantasía infantil de que Jack Norton se enamore de ti. Esto no es un cuento de hadas y no es un príncipe encantador. La última cosa que quieres es tratar de vivir con un hombre como éste. Estoy aterrorizado de dejarte sola con él.
Tocó el brazo de su hermano.
– No tengo nociones tontas, Jebediah. Me conoces. Tengo una inteligencia por encima de la media, estoy realzada y seguramente tengo mi parte de orgullo. Leí el archivo a fondo, especialmente la parte donde reaccionaría a cierto olor. Jack dijo que sería una responsabilidad y que no era el tipo de hombre que tiene una mujer alrededor. Esas fueron casi sus palabras exactas. Independientemente lo que hay entre nosotros fue simplemente fabricado por el doctor por eso hemos tenido un niño. No tiene nada que ver con la emoción y todo con el olor. Era inexperta y me cogió pensando que Jack podría enamorarse de mí. Dejó muy claro que no podía. No cometeré ese error dos veces.