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Tal vez, Ken, pero creo que me está tocando las pelotas. Ha estado planeando esto durante mucho tiempo. Ésta es su única oportunidad y lo sabe. Y podría ser también la única para mí. Si quita el escudo, tendré que luchar con ambos helicópteros y con él.

Ken juró.

Hazlo entonces. Veré lo que puedo hacer con los helicópteros.

– ¿De verdad quieres hacer esto, Will? -preguntó Jack-. Pon tu rifle donde pueda verlo. Sé que tienes una pistola, pero yo también. Baja ese escudo y te mataré antes de que me atrapen. Si no crees cualquier otra cosa, cree en eso.

Will Gunthrie colocó su rifle a la vista sobre el techo y dio un paso fuera. Jack estaba tentado de dispararle allí mismo y terminar con él.

– Puedes dispararme -dijo Will-, pero bajo mi punto de vista eres hombre muerto igualmente. Mantén tu mano a distancia del arma. Esto es personal para mí, Jack, y vas a morir por eso. Para ti todo es un negocio.

– ¿Intentas matarme hablando? -preguntó Jack suavemente.

Gunthrie sacudió su mano, con un golpe de muñeca, lanzando un cuchillo velozmente por el aire. Jack se agachó, rodando, levantándose justo frente al hombre más joven, dándole una cuchillada en el muslo y yendo a por las partes blandas. Will brincó hacia atrás, empuñando un segundo cuchillo, dando vueltas con recelo.

– Debo admitir que eres rápido. No esperaba eso.

Jack lo observaba, sus ojos absorbían cada detalle, registrando el movimiento más leve, la tensión de los músculos, el tic en la mandíbula. Jack sonrió, dejando al descubierto sus dientes.

– Estás sudando, Gunthrie, y no hemos empezado aún.

Will hizo una finta para provocar a Jack. Jack simplemente le observaba sin reaccionar, mirándolo sin parpadear, los ojos fijos, fríos, sin abandonar su blanco. La sangre goteaba de la pierna de Gunthrie desde la herida de su muslo, pero se había alejado de un salto antes de que el corte pudiera volverse lo bastante profundo como para hacer verdadero daño.

– ¡Vamos! ¿Qué estás esperando? -lo llamó por señas con los dedos, pero Jack sólo lo miraba sin reaccionar.

Will se movió con borrosa velocidad, atacando con el cuchillo, hacia el estómago y el abdomen de Jack, fallando por poco en abrir de un corte la camisa de Jack. El hombro de Jack se movió, le alcanzó con un golpe de muñeca y retrocedió de un salto. Había un corte poco profundo a lo largo de los antebrazos de Gunthrie y uno cruzando su pecho, sobre el corazón. La expresión de Jack no había cambiado. Su mirada permaneció fija y fría, sus ojos brillaban plateados mientras esperaba el siguiente movimiento de Will.

Rápidamente, Gunthrie dio un salto en el aire, apuntando con una patada trasera al estómago de Jack y golpeando con el cuchillo mientras se volvía. La patada no acertó, Jack atrapó su tobillo, pero al girar su oponente, el cuchillo alcanzó con una abrasadora cuchillada el bíceps de Jack.

Jack clavó profundamente la hoja en el muslo de Gunthrie, retorciéndola al sacarla, apartando al hombre de él y saltando hacia atrás, sólo para precipitarse hacia delante de nuevo, lanzando varias cuchilladas, haciendo cortes poco profundos a fin de que cuando él diera otro paso, la sangre fluyera de media docena de pequeños cortes.

Will Gunthrie juró salvajemente y se aproximó, dirigiendo su cuchillo hacia arriba en un ataque clásico, queriendo acabar con él. Jack apartó su muñeca de un golpe y repitió el ataque en ocho cortes poco profundos en brazos y vientre, añadiendo uno en el rostro de Gunthrie. Will retrocedió tambaleándose y se quedó mirando la sangre que manada de los numerosos cortes.

– Peleas como una chica.

Jack no respondió, sólo le observaba, rehusándose a tener una conversación con un hombre que ya consideraba muerto. A cierto nivel, percibía el helicóptero sobrevolando en lo alto, tratando de encontrar un camino alrededor del escudo que Gunthrie había construido, y era muy consciente de que cuando ese escudo cayera, tendría que moverse más rápido que nunca en su vida. Su mente planificó cada paso, incluso recuperar su rifle, y todo mientras vigilaba a Gunthrie, en espera del error que sabía que vendría.

El soldado levantó su mano para enjugarse la sangre de la cara, y Jack atacó rápidamente, lanzando a fondo el cuchillo, desgarrándole el pecho y enterrándolo en el corazón de Gunthrie. Permanecieron frente a frente, mirándose fijamente.

– Esta vez es muy personal para mí, Gunthrie, y deberías haber tenido eso en cuenta.

La luz se desvaneció de los ojos del otro hombre, se volvieron opacos, y tan muertos como el cuerpo al caer desde el tejado. Al morir Gunthrie, el escudo brilló tenuemente, disolviéndose para dejar a Jack de pie sobre el tejado con media docena de armas apuntándose y un helicóptero dando vueltas.

El soldado que manejaba la ametralladora lanzó una ráfaga. Jack se lanzó hacia el borde del tejado, atrapó su rifle con una mano y deslizó la correa por su cabeza en un movimiento ensayado mientras daba una voltereta sobre el alero y se giraba bruscamente para lanzar sus pies a través de la ventana, a la relativa seguridad de su dormitorio.

Abajo, abajo. Ya llego.

Todo a su alrededor estalló, lanzándolo contra la pared y quemándole la pierna, achicharrando sus pantalones y chamuscando su carne mientras gateaba para el alcanzar la protección del cuarto de baño. Sacudió sus ardientes vaqueros, revolcándose para apagar las llamas. Juró mientras las ampollas se levantaban por la pantorrilla y el muslo y la piel enrojecía.

Quítame de encima a ese hijo de puta.

Estoy en ello, mientras Ken hablaba, Jack apretó el gatillo, apuntando primero al tirador de la ametralladora y en segundo lugar al soldado que lanzaba las granadas. Voy por el helicóptero.

Espera hasta que la maldita cosa se aparte de la casa. No lo quiero cayendo sobre mi cabeza.

Ken disparó tres ráfagas en rápida sucesión, y el helicóptero comenzó a dar vueltas sin control. Jack levantó su cabeza lo suficiente como para tomar puntería y añadir otras dos ráfagas. El helicóptero se escoró y giró de nuevo, soltando humo negro.

Maldita sea, Ken. Va a darle al garaje. Mi Jeep está aparcado ahí. Tu Rover debería estar en el cobertizo. ¿Cómo ha pasado?

Me cago en la puta. Sal de ahí. Alguien saltó del helicóptero, y por la manera en que aterrizó, es un supersoldado.

El helicóptero se deslizó hasta el suelo, desmoronándose, casi a cámara lenta, con un fuerte chirrido metálico y humeando. Nubes de humo estallaban alrededor de ellos.

Está cubriendo la zona, Jack, puede llegar hasta ti. ¿Te han dado?

No exactamente, pero estoy realmente cabreado porque volaste mi coche.

No volé tu coche, burro. Te salvé la vida. Te dije que lo aparcaras en el cobertizo. Hubiera limpiado el garaje y no tendrías que moverlo. Que te sirva de lección.

Algo se calmó dentro de Jack.

¿Dónde está el segundo helicóptero?

Le disparé un par de veces y retrocedió.

Jack negó con la cabeza, tratando de obligar a su mente a sobreponerse al modo de combate. Algo no está bien, dijo. Nos han atacado, Ken, pero no con mucha fuerza. ¿Piensas que tienen miedo?