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Tomó un profundo aliento y presionó la punta del cuchillo contra la esquina del pequeño disco de aristas en su cadera. Su cuerpo se estremeció y empezó a sudar mientras el cuchillo perforaba la piel. Lo hundió más profundo, sintiendo la manera de encontrar las dimensiones del objeto extraño. Empezó a temblar, el dolor golpeando a través de ella, arañando en su estómago, pero estaba decidida a extraer la cosa. Una vez supo el tamaño, pasó la hoja con cuidado por su piel, creando una solapa. Tenía solo cerca de tres cuartos de una pulgada, pero parecía que la mitad de su cadera estaba implicada, con el dolor irradiando por su pierna y su espalda. Incluso su estómago se endureció. Una vez que cortó, dejó el cuchillo y usó las pinzas para extraer el objeto, todo el tiempo susurrando tranquilidad a los bebés, temerosa de que pudieran saberlo.

Tuvo que descansar un momento, respirando profundamente y evitando ponerse enferma otra vez. Era un lugar difícil para coser, y la sangre fluía libremente, haciéndolo todo resbaladizo. El kit médico contenía varias agujas, suturas, gracias a Dios, ya enhebradas. Había practicado costura de campo antes, pero de algún modo parecía más doloroso y difícil de lo que recordaba.

Las manos le temblaban, lo cual no ayudaba, pero se mordió el labio inferior con fuerza y forzó a la aguja a través de la piel. Trabajaba en hacer diminutas puntadas mientras cerraba el corte. Cuando terminó, Briony se sentía enferma del estómago y se echó hacia atrás para cerrar los ojos brevemente. El olor de su propia sangre era insoportable en los pequeños límites del túnel. Cerró los ojos y trató de concentrarse en detener a su revuelto estómago.

Un pequeño sonido la alertó, el chasquido de una ramita. Sus ojos se abrieron de repente y alcanzó el arma más cercana, una piedra, lanzándola fuerte, usando cada parte de fuerza que tenía para lanzarla. Su mano estaba todavía sangrienta y la roca se resbaló mientras la tiraba. La cara de Luther se oscureció por el enfado mientras atrapaba la roca contra su pecho donde le golpeó. Dio un paso en la entrada de la cueva, alzándose sobre ella.

– Si es la pequeña puta, de vuelta con su hombre. Ese defectuoso mocoso en tu vientre es suyo, ¿verdad? No del domador de leones, puta mentirosa -Luther la pateó.

Ella rodó en el último momento, mientras la punta de su bota se dirigía directamente a su estómago. Siguió rodando hasta que salió de la estancia tratando de ponerse de pie. Luther era demasiado rápido, siguiéndola, su gran cuerpo atrapándola contra la pared del túnel. Levantó las rodillas en un esfuerzo por proteger a los bebés y esperó al siguiente ataque. Luther estaba respirando con dificultad, la terrible rabia en sus ojos.

¡Jack! Olvídate de la calma. Olvídate de ser estoica. ¡Jack, Luther me ha encontrado!

Él contestó inmediatamente y ella podría haber llorado. Su voz era totalmente calmada, completamente seguro. Estamos en camino. Entretenle si puedes. Si no, coopera, nena. No le des ninguna razón para cabrearse contigo.

Bien pensado, pero un poco demasiado tarde. Estoy realmente asustada de que intente hacer daño a los bebés. No sé cuál es su intención, pero parece creer que le he traicionado de alguna manera. Tengo el cuchillo, pero no sé si puedo manejarlo.

¿Ha visto él tus armas? ¿Sabe que lo tienes?

No.

Mantenlo como último recurso. Y, nena, mantén tu mente abierta a la mía. Tengo que ser capaz de protegerte de las emociones incluso a esta distancia. Y seré capaz de encontrarte si te lleva con él antes de que llegue allí.

– Estoy realmente harto de ti, Briony -dijo Luther, agachándose para mirarla fijamente a los ojos. Quería que tuviera miedo de él; podía verlo en su cara-. Mentiste sobre que Jack fuera el padre.

Briony se encogió más en las sombras, sintiendo el paquete detrás de ella, y encontrando el cuchillo ensangrentado todavía encima del montón. Se inclinó contra el paquete, la hoja del cuchillo oculta por su cuerpo.

– Lo sé. Lo siento. Estoy tan confusa. Nada tiene sentido ya -mantuvo un tono bajo, incluso sumiso.

Era la última cosa que había esperado de ella, y paró su avance, la sospecha en su cara. Deliberadamente Briony levantó una temblorosa mano y se enjuagó el sudor de la frente, manchándose de sangre la frente, pareciendo tan frágil como fuera posible.

– Has encontrado el disco rastreador -su comportamiento entero cambió-. Sonó incluso orgulloso de ella-. Sabía que lo harías, y lo extrajiste de tu cuero. Eres como… -Luther se interrumpió bruscamente, agachándose a su lado, sacando una cantimplora-. Aquí, bebe un poco. Es solo agua. Déjame echar un vistazo a eso.

– ¿Cómo mi hermana? -Briony cogió la cantimplora y bebió, su mirada nunca dejando la suya, mirando su reacción.

– Sabía que lo averiguarías. Te elegí porque eres tan dura como los clavos y nuestros niños van a ser increíbles -sus dedos le acariciaron la cadera mientras examinaba su obra.

Briony se mordió fuertemente el labio, forzándose a permanecer quieta y no moverse bruscamente alejándose de su toque.

– ¿Dónde está ella?

– La verás muy pronto. No está en muy buena forma en este momento. Brett tiene que disciplinarla a menudo. Es sumamente combativa.

– ¿Quién es Brett? ¿Y por qué es combativa?

– Ella no quiere cooperar con él -sacudió la cabeza-. No quiero tener esa clase de problema contigo.

– ¿Mi hermana está con alguien llamado Brett? ¿Y él la disciplina? ¿Ves por qué estoy tan confundida? Pensé que Whitney quería que ciertas parejas tuvieran niños y se cercioró de fueron atraídos físicamente -tomó otro trago de agua, tratando de retrasar lo inevitable, entreteniéndolo por un tiempo.

Luther sacó su propio kit médico y enjuagó el área alrededor de la cadera con más antiséptico antes de aplicar un antibiótico tópico.

– Nos dimos cuenta que no era necesario para la mujer estar atraída por el hombre, solo que el hombre la quisiera.

Briony frunció el ceño.

– Eso es ridículo. ¿Por qué estaría de acuerdo ella en tener el bebé de alguien si no está atraída?

– No tiene que estar de acuerdo. no tienes que estar de acuerdo. Podemos forzar la conformidad. No es fácil si la mujer es una luchadora, pero por otra parte, es una buena cosa, y todos reconocemos eso. Si la mujer está dispuesta a luchar y es lo bastante dura para extraer un disco de su cuerpo, ella es definitivamente alguien a quien queremos como madre de nuestros niños -puso una gasa sobre la herida y la sujetó en el sitio-. Esto debería sujetarla hasta que volvamos al laboratorio.

Briony se tragó su opinión de que estaba loco.

– ¿Podré ver a mi hermana?

– Si quieren verse la una a la otra, tendrás que hacer lo que haga falta.

– ¿Quieres decir tener relaciones sexuales con alguien con quien no queremos? ¿Por qué Whitney no utiliza in vitro antes que forzar a una mujer a intimar con alguien que no quieren?

– Porque cuando tengamos a los soldados que queremos, nadie podrá decir que fueron engendrados genéticamente. Serán humanos más allá de cualquier protesta o gritos.

– Es violación -indicó Briony.

– Solo si lo haces violación -argumentó Luther, sus dedos asentándose alrededor de su muñeca para empujarla y ponerla de pies-. La mujer tiene una elección. Siempre la damos una opción. La manera fácil o la difícil. No seas como tu hermana.

El fanatismo de su cara la enfermó. Creía todo lo que decía. No pensaba que hubiera nada malo con lo que estaba proponiendo, forzarla a tener relaciones sexuales para producir un niño con fuerza y habilidades sobrehumanas. No tenía sentido que no usaran in vitro para producir un niño, tenía que haber otras razones.