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Jack. ¿Briony no te espera en casa de Lily, verdad?

Jack se movió, un tigre depredador estirándose. La mirada era llana y fría mientras se dirigió a la deriva sobre Mari. Sí. Era el único lugar donde podía esconderla. Ryland y su equipo la vigilan. Y pensé que si se iba a encontrar con su gemela por primera vez, ese sería un lugar fuera de peligro. Había una pregunta en su tono, aunque no la expresara.

¡No lo hagas! Mari parpadeó hacia atrás las repentinas lágrimas. Él advertía a su hermano que enviara a Briony. Por primera vez Mari realmente se permitió pensar en ver a su hermana. Solo una rápida imagen, que era todo lo que necesitaba. Solo para saber que estaba viva y feliz. Mari desesperadamente necesitaba a Briony para ser feliz.

Mari no lo tocaba, pero lo sabía. Ken podía verlo en su cara, leerlo en su mente. Había pánico, pena, cólera, todo mezclado en uno, como si Mari no pudiera decidir completamente como sentirse por lo que le había hecho. Pero él no tenía ninguna opción.

Sácala de allí, Jack. Envíala con Jesse Calhoun o con Nico y Dahlia. Tenemos que hacer que Lily examine a Mari y no podemos tomar la posibilidad sin saber lo que pasa. Ella tiene talentos sobre los que no tenemos ninguna pista.

Jack juró suavemente. Briony estaba preocupada por ver a su hermana. Él le había hecho la promesa de encontrar a Marigold, y quería hacerlo. Pero Ken tenía razón. No había que tomar riegos con ella. Hasta que no supieran que Whitney estaba a la altura y si Mari estaba realmente de su lado, ellos no se podían arriesgar.

¿Cómo has podido advertirle de mí de esta manera? ¿Qué tipo de amenaza podría ser yo para mi hermana? Esto es lo que has hecho, ¿verdad? Soy una presa, rodeada de Caminantes Fantasmas entrenados y tengo una mano y una pierna rotas. Debes pensar que estoy realmente bien.

Temblando de cólera, miró hacia la impasible cara de Ken. Era igual de frío e insensible como había pensando al principio de él. Había logrado engañarla porque Whitney lo había establecido de esa manera, la había hecho vulnerable a él. Whitney amaba esas pequeñas bromas. Amaba sentirse superior y ella lo había desafiado muy a menudo. Este era probablemente su castigo, hacerle creer que estaba cerca de ver a Briony. Había tenido razón en no pensar en ella, en no esperarlo.

Mari, tenemos que protegerla hasta que sepamos que es seguro.

Ella no volvería a escuchar aquella voz acariciante, como el terciopelo suave y que jugaba por su cuerpo como un instrumento musical. No otra vez, nunca otra vez. Sintió la garganta en carne viva y los ojos quemaban, pero miró a Ken de modo provocativo. Dejándole que intentara derrotarla. Nadie, ni siquiera Whitney, con todas sus humillaciones y sus engaños, la había derrotado.

¿No querrías que Briony estuviera protegida?

No quiero que digas su nombre. Está muerta para mí. No es mi hermana. Mis hermanas están de regreso en el recinto esperándome y créeme, regresaré. No hay ninguna Briony. Era un engaño, uno bastante cruel. Acepté su muerte hace tiempo.

Él no iba a usar a su hermana para hacerle daño a ella. Tenía que sacar todo de su cabeza excepto el deseo de escaparse. Si no lo hacía pronto, antes de que llegaran a su destino, sería casi imposible. Iban a una fortaleza; había escuchado como lo decía Ken.

Ken sabía que era mejor tocarla e incluso, hasta sin tocarla, sabía lo que estaba pensando. Atrapaba imágenes, emociones, impresiones que ella no querría que fuera consciente. Alguna cosa está pasando que no entiendo, Jack. Sé lo que estás pensando y no mantengo el contacto físico. Y ella puede hacer lo mismo conmigo. No es perfecto, pero recogemos la idea esencial como si hubiera alguna clase de transmisor silencioso entre nosotros. ¿Tienes algo similar con Briony?

Jack negó con la cabeza y cambió su peso ligeramente, dejando su arma en una posición más fácil para tirar de ella si la necesitaba.

Mari se cerró a todo lo que había a su alrededor. Al dolor. A su cerebro borroso. A los hombres. Lo más difícil era bloquear la imagen de Ken y la máscara que era su cara. Aquellos ojos que siempre la miraban directamente a los suyos. Obligó a que sus pensamientos se dirigieran hacia un túnel largo, oscuro, haciendo entrar olas de agua para quitar lavando los pensamientos arbitrarios. Tenía que concentrarse en una sola cosa. El volante. Esta era su única posibilidad. Planeó cada paso con cuidado y entonces trabó la rueda.

Realmente no podía verlo, entonces construyó la imagen en su mente. Podía verlo claramente, sentirlo en sus manos, fuertes y refinadas, lista para hacer un intento. Lo probó solo una vez, un muy pequeño movimiento a la derecha. El vehículo se sacudió hacia la derecha y luego volvió a la pista, corriendo suavemente calle abajo. Esta no era una carretera, era más un camino secundario. Y eso significaba que allí había follaje.

– ¿Te importaría abrir una ventana? No puedo respirar. -No demasiado conmovedora, solo el equilibrio justo entre la necesidad y el desafío.

No se atrevió a mirar a ninguno de ellos; eran demasiado expertos, entonces mantuvo la cara apartada, los dedos aferrados a la sábana.

Logan presionó el botón para que entrara el aire nocturno. Ella inhaló, tomando los olores de la tarde. Con seguridad árboles. Muchos de ellos. Hierba. Animales. Oh, sí, si se dirigían hacia la ciudad, tomarían un camino secundario. ¡Podría tratar con esto!

Cualquier cosa en la que estés pensando, Mari, no la hagas.

Ella no iba a hablarle telepáticamente otra vez. Esta era una sombra demasiado íntima para su gusto. Tenía que encontrar la manera de romper la hipnótica trama sexual en la que la había atrapado.

– No tengo ninguna manera de saber que esta no es una de las trampas de Whitney. Ama jugar con las mentes de la gente.

– ¿Cómo así?

– Sabe lo que pienso sobre su programa de reproducción. Es sabido de todos que las otras mujeres siguen mi ejemplo y se resisten. Sería algo así como emparejarme contigo, usar mi propio cuerpo en contra mío, castigarme y obligarme a cumplir sus órdenes. -Ella le echó un vistazo, cuando sabía que era una mala idea. La noche escondía la máscara que cubría su hermosa cara, dejándole parecer demasiado guapo con sus brillantes ojos. Sus ojos parecían joyas, diamantes duros e intrigantes. En un momento tan frío se sintió ardiente por su toque, al siguiente viva con algún dolor escondido que ella quería calmar alejándolo.

– No he visto a Whitney desde hace un par de años y él ciertamente no toca mis teclas. -Sé que estás disgustada por Briony, Mari, pero si realmente te preocupas por tu hermana, querrías saber que tiene la mejor protección que podemos darle.

No se dejaría convencer por su apariencia o por su voz. Se concentró en el camino, utilizando cada trozo de información que el aire le proporcionaba. Estaba solo la débil luz de la luna, parcialmente oscurecida por las nubes. No había ningún sonido que indicara granjas o ranchos o incluso alguna casa ocasional. No sabía en que Estado estaba. No podía oler el océano, por lo que tenían que estar en el interior.

Se concentró en el freno, construyendo la forma y la sensación de ello en su mente, los cables y el modo que funcionaban. Dio un toque, solo durante un momento y el coche dio tumbos y corrió tranquilo. Fue solo una fracción de segundo, apenas sensible, pero oyó la voz de un hombre del asiento del conductor, jurar. Inmediatamente llenó la mente de otras cosas, resolviendo si Whitney había pagado a estos hombres para que la engañaran.

Esto tenía que ser una trampa. Recordó a Whitney, la última vez que lo había visto, furioso no solo por que las mujeres estaban disgustadas y no cooperaban, si no porque algunos hombres se habían vuelto renuentes. Él los había encerrado con llave en sus cuartos, rechazando permitir que se relacionaran, culpando a Mari del motín. Había prometido vengarse si no hacía lo que él quería. Ella pensó que enviaría a Brett había sido lo que quería decir, pero claramente se equivocaba. No era sorprendente que hubiese sido tan fácil convencer a su unidad que le permitieran abogar en el caso del senador Freeman. Whitney tenía que haber orquestado prácticamente todo. Y eso significaba que estos eran sus hombres y que sus “hermanas” en el recinto estaban en peligro.