– No se ve como eso. -Más que el sangrado excesivo, su cuerpo parecía extraordinario, curándose tan rápido que ambos hombres sabían que era imposible aún con un realce genético-. ¿Whitney te inyectó algún tipo de acelerante, verdad? -preguntó Jack, su voz sombría-. Debí haber sospechado que haría algo como esto.
Los dedos de Ken se tensaron hasta el punto del dolor en los hombres de Mari.
– ¿Te dio Zenith? Oh, Dios, cariño, dime que no le dejaste chutarte con ese producto.
– Siempre nos lo inyectan antes de cada misión, sólo en caso de que fuéramos heridos. ¿No lo hacen con todo el mundo?
– ¿Cuándo? -habló Ken bruscamente, poniéndose de pie. Mari en sus brazos. Tuvo que agarrarse a su cuello y sujetarse mientras cortaba hacia el Escalade en una carrera suicida-. Maldita sea, Mari, ¿cuándo te lo inyecto? Día y hora. Dímelo ahora.
El miedo puso su corazón a cien. Ambos Norton parecían alarmados.
– ¿Qué sabéis del Zenith que yo no?
– Puede matarte, Mari. Dímelo ahora, ¿cuánto tiempo ha estado en tu sistema?
Logan sostuvo la puerta abierta y Ken prácticamente saltó dentro, Jack detrás de él.
– Dile a Lily que mande un avión. No uno militar, privado. Uno de su compañía de aviones.
– No podemos arriesgarnos a eso, Ken -protestó Logan-. ¿Qué pasa?
– Le inyectaron un Zenith completo antes de enviarla fuera -contesto Ken-. Tenemos que arriesgarnos.
Neil puso en marcha el vehículo, bajando deprisa por la carretera.
– Puedo teneros allí por la mañana. Estamos a pocas horas de distancia. ¿Cuánto tiempo tiene?
Ken juró amargamente, sus ojos plateados brillando con demasiada amenaza mientras intercambia una mirada larga con su hermano.
– Haz que Lily mande el avión, Logan. Dile que se encuentre con nosotros en uno de los laboratorios con instalaciones médicas. Dile que necesitamos el antídoto del Zenith.
– Ryland no va a poner su vida en peligro. Pero se giró para encender la radio y empezó a hablar por ella.
Mari se mantuvo muy quieta. No estaban bromeando alrededor suyo. La tensión en el Escalade podía haber sido cortada con un proverbial cuchillo. Zenith, la droga usada para acelerar la curación, era peligrosa, y todos lo sabían. ¿Por qué Whitney bombeaba a todos sus hombres hasta tenerlos llenos de eso antes de que los enviara en una misión si sabía que la medicina era peligrosa? Y si ese hombre sabía que era peligrosa, Whitney tenía que saberlo. Era el inventor del Zenith.
– Debería haberlo sabido; te curabas demasiado deprisa incluso para un Caminante Fantasmas. Maldita sea. -Golpeó violentamente su puño contra el asiento de delante. ¿En qué demonios estaba pensando? Pero lo sabía. Y Jack lo sabía. Podía verlo en los ojos de su hermano. Estuvo tan jodido pensando en sexo, que no se preocupó por nada más.
– Hay una pista de aterrizaje a unas 80 millas de aquí. Una pequeña granja con un avión para fumigar. Lily dice de hacerlo allí y tendrá un piloto esperando, un amigo suyo, no militar. Se encontrará con nosotros en el laboratorio subterráneo donde Ryland y sus hombres fueron encarcelados primero. No está lejos de su casa, y nadie pensaría dos veces que iría allí. Trabaja allí a veces. Kadan estará con ella para protegerla, junto con la mayor parte de la compañía de Ryland, así que no se preocupa de ese resultado -anunció Logan.
Ken se inclinó cerca de Mari, su aliento caliente contra su oreja.
– Estás olvidando respirar. Te llevaremos allí a tiempo.
– ¿Cuánto hace que saben del Zenith?
– Lily encontró el componente en el laboratorio con todos los datos sobre él. Claramente trabaja para regenerar las células, pero si se le deja en el cuerpo demasiado, empieza a romper las células y ocurre la hemorragia Y si, Whitney es bien consciente de ello. Este es su descubrimiento, sus resultados. Dos hombres murieron en su laboratorio además de docenas de animales de investigación -dijo Ken-. Ni siquiera nos molestamos con las cosas a corto plazo.
Mari enterró su cara contra el hombro de Ken, insensible a si los otros lo veían como una debilidad. No tenía miedo de ser una prisionera. Podía soportar la tortura si tenía que hacerlo, pero la continua traición de Whitney era difícil de aceptar. La había mejorado, había sido su única fuente de información. Había traído profesores, pero finalmente, había seguido su plan de estudios. Había aprendido idiomas, estudiado y dominado temas rápidamente, y seguido el entrenamiento de un soldado. Estaba disciplinada y era muy competente con armas y en el combate cuerpo a cuerpo, así como muy hábil con sus talentos psíquicos. Whitney debería haber estado orgulloso de ella, de todos ellos, pero continuaba engañándolos de todas formas.
Era la cosa más cercana que todas ellas tenían a un padre, y era cruel y frío, completamente sin emoción mientras dirigía sus últimos experimentos. Se había puesto peor con los años, y ahora averiguaba que no era sólo a las mujeres a las que había engañado. Les había dado a los hombres de la unidad de las operaciones especiales Zenith antes de que salieran.
Los dedos de Ken se enredaron en su pelo, un masaje lento que pareció más calmante que sensual. Estaba segura que le dio un beso en la parte superior de la cabeza.
– La unidad tenía órdenes de salir el lunes por la tarde. Whitney se fue, pero dejo el Zenith para los hombres para que lo tomaran antes de irse. Su doctor se lo inyectó a todo el mundo. Sean robó una jeringuilla llena para mí. Pensamos que era una cosa buena.
Sintió la reacción de Ken al nombre. Tomo una respiración profunda y la dejó salir.
– Ese Sean, ¿estaba con el equipo?
Mari sacudió la cabeza.
– No, ya no, pero sabía que iba a ir y no trató de detenerme. No hubiera podido. Defiende a Whitney y no quería que fuese. Dijo que era demasiado peligroso, pero fue junto a ellos esta vez para protegerme.
– Eres un soldado entrenado, ¿Por qué dijo que era demasiado peligroso? -preguntó Ken.
Ella frunció el ceño.
– No lo sé. Somos amigos. Creo que sólo se preocupa por mí.
Ese Sean parece estar mucho alrededor de ella. ¿Crees que Whitney mintió para emparejarla con él así como con Brett y conmigo?
Jack lo miró bruscamente ante el filo de voz de Ken. No a menos que quisiera que Sean y Brett se mataran entre ellos. No compartiría a Briony con ningún otro hombre, y nadie emparejado va a querer compartir tampoco. Más probablemente es alguien del que ha estado alrededor y es un amigo.
Ella puede pensar que son amigos, pero el viejo Sean está caliente por ella.
Jack le frunció el ceño a su hermano. Podías intentar mantener bajo control esos celos, los siento cuando un hombre mira a Briony, pero los tengo bajo control.
Este soy yo estando controlando. No estoy cazándole para meterle una jodida bala en la cabeza, ahora, ¿verdad? Porque muy pronto tenía que dejar que Mari se marchase y quería que fuera feliz.
Brett iba a morir, y si tocaba a Mari otra vez, Ken destrozaría al bastardo con sus manos desnudas. Era todo lo que había. Él iba a asegurarse de eso, pero Sean, ahora Sean podría ser alguien a quien Ken podía respetar, al menos lo suficiente para dejarlo vivo, aunque nunca pensó en Mari y Sean juntos.
Trato de no gemir en alto y mostrar sus pensamientos. Mari era tan afín a él ahora que, como él, podía captar impresiones de lo que estaba pensando. No quería que pensase peor de él de lo que ya lo hacía.
Sostenerla en su regazo fue claramente estúpido, pero no podía dejarla ir. No podía controlar la reacción de su cuerpo, y era tan bueno sentirse vivo de nuevo. Y cuanto más estaba a su alrededor, más fuerte era la reacción que tenía y más rápida. La dolorosa y continua erección era parte del placer ahora, pero el dolor era un pequeño precio a pagar por ser capaz de sentir como un hombre. Había creído que había sido despojado de eso. Sujetándola, sintiendo su cuerpo tan suave y flexible, la manera en que encajaba en él, la curva de su trasero se acurrucaba en su regazo, la caricia de su pecho contra su brazo, robándole el aliento y la mayor parte de su cordura.