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– Vete al infierno, Jack. -Su tono bajó a una caricia suave, un gruñido de advertencia.

– Por supuesto que un niño puede sufrir un trauma -dijo Lily-. Los desordenes del estrés postraumático son muy comunes en hombres que entran en situaciones de vida o muerte. Es usual tener pesadillas y no ser capaz de dormir. A menudo alguien que experimenta desordenes de estrés postraumático tenga sentimientos de indiferencia y una creencia de que no tienen futuro.

– No quiero escuchar esto -dijo Ken.

– Yo si -insistió Jack, manteniendo un ojo cauteloso en su hermano.

Lily respiró profundamente y continuó.

– Fácilmente se pueden volver irascibles y tener arrebatos de cólera aparentemente irracional. Podrían volverse cada vez más vigilantes y pueden volverse paranoicos de que un ser amado esté en peligro, por eso su reacción es intensa hasta el extremo.

– Eso es una gilipollez, Jack. -Le advirtió Ken. La ira arremolinándose cerca de la superficie, tratando de romper a través de la calma helada que presentaba a los otros en la habitación. Si te estás castigando por una pelea, te haré el favor, pero no aquí, no alrededor de las mujeres, añadió.

¿Estas escuchando a Lily o a ti mismo? Casi nunca duermes. Tienes pesadillas todo el tiempo. Te paseas la mitad de la noche.

Así lo hacías tú.

No más. Briony está allí ahora.

Si, Jack, gracias por la visión. No quiero escuchar nada más. Demonios, déjame solo.

A su lado, Mari se agitó, su mano deslizándose a lo largo de la cama hasta que encontró su brazo.

¿Estás bien? Porque estoy un poquito dolorida aquí. Me siento como si alguien golpease el sagrado infierno en mi pecho, pero si necesitas apoyo, estoy por todas partes.

Su voz era suave y llevaba un matiz de humor e incluso de determinación. Su corazón hizo aquella cosa curiosa, sobrecalentarse y fundirse en un charco, que estaba empezando a reconocer que solo Mari podía provocarle.

Shh, dulce. Vuélvete a dormir. Todo está bien.

¿Estaba durmiendo? Pensé que estaba muerta, pero entonces pensé que tal vez me necesitases así que volví a ti. Sus pensamientos estaban completamente sin protección, por completo abiertos para él cuando se estiró para hacer la conexión. Creo que me necesitas, Ken. Nunca de hecho pensé en ser necesitada o tener un hogar.

¿Parecía melancólica? Ken solo sabía que deseaba que estuvieran ellos dos solos. Ve a dormir, Mari. Estaré justo aquí.

No le des una paliza a tu hermano. A mi hermana no le gustaría, y entonces tendría que defenderte y entraríamos en un asunto grande y todo se pondría feo.

La tensión se alivió de su vientre y hombros. El latido alrededor de sus sienes disminuyó. No queremos eso. Por esta vez lo dejaré pasar, pero ha sido un poco cabrón. Jack puede ser así algunas veces.

Estaba mirando su cara, e incluso a través de sus ojos que estaban cerrados, ella sonrió, sus labios llenos y sexys se curvaron en una sonrisa que le hizo querer besarla.

¿Jack puede ser un bastardo algunas veces? ¿Quién lo habría pensado? ¿No es en absoluto como tu, verdad?

Tal vez, concedió. Deslizo la mano desde su brazo hasta su hombro, acarició su cuerpo, y enterró los dedos en su pelo.

– Estamos molestando a Mari. Necesita descansar. -Era una buena excusa para callar a su hermano.

Lily se levantó inmediatamente y una vez más reviso el corazón y el pulso de Mari.

– Estará bien. Necesita descansar. Podemos ir a la otra habitación y dejarla estar.

– Tendremos que encerrarla con llave. -Le recordó Logan-. Casi escapa.

Ken le disparó una mirada de advertencia.

– Me quedaré aquí con ella. No va a ir a ninguna parte.

– Realmente va a estar muy débil. Los Caminantes Fantasmas tienen una capacidad tremenda para curarse, pero sus cuerpos no pueden soportar tantos traumas.

Ken trató de no estremecerse con la palabra. Sabía lo que Jack estaba tratando de decir, pero si se arriesgara y mantuviese a Mari, y terminara siendo como su padre, sería la única que sufriría.

Lily sacó a los otros de la habitación, dejando a Ken solo con ella. Sabía que debería haberse ido. Ella era una tentación y él demasiado débil, pero no podía persuadirse a si mismo de dejarla tan pronto, y ella estaba a salvo de él en su débil estado, estaba bastante seguro.

Capítulo 9

– Entonces, estás dispuesta a darle una paliza al mundo por mí -susurro Ken, estirándose al lado de Marigold. Se giró hacia ella, atrayéndola más cerca de si con una mano, atrapando su pierna con el muslo.

– Mmm. -Su voz fue somnolienta-. Por supuesto. Es lo menos que puedo hacer. Después de todo, salvaste mi vida cuando tu hermano iba a dispararme con esa arma suya. Necesita ayuda, lo sabes. No puede ir por ahí asesinado a la gente que no le gusta.

Ken sonrió, por primera vez en mucho tiempo, el sentimiento era genuino.

– He estado diciéndole eso por años. -Encontró la nota somnolienta en su voz irrazonablemente sexy.

– ¿Que me hicieron?

– Una pequeña tortura. Tratamos de extraerte nombres, pero te mantuviste firme.

Miró su cara, bastante seguro, fue recompensado con esa misma breve e intrigante sonrisa.

– Bien por mí. Habría cantado como un pájaro si hubieses tratado de hacerme comer guisantes. -Ella se estremeció y abrió sus ojos, parpadeando hacia él-. Así es como todos los interrogadores consiguen la información de mí.

– He tomado nota e iremos por esa ruta la próxima vez. -La abrazo, sujetándola cerca del calor de su cuerpo-. Me asústate como el demonio, Mari. Eso estuvo cerca. Demasiado cerca.

Se movió hacia él, estremeciéndose un poco.

– Creo que el Zenith hizo el trabajo curando las heridas de bala y los huesos rotos, pero me siento como si un camión me hubiera pasado por encima.

Él acarició con los dedos su cara en una pequeña caricia.

– Te sentirás mejor en un par de días. Necesitas dormir mucho.

Los labios de Mari se tensaron y sus ojos oscuros se ensombrecieron.

– Sabes que vendrán por mí, Ken. Todos, incluyendo a Lily, están en peligro.

– Lo sabemos. Estamos tomando precauciones.

– Más vale que realmente sean buenas precauciones. No los subestimes.

– No lo vamos a hacer, te lo aseguro.

A ella le gustaba tenerlo tendido a su lado.

– Nunca he vivido en ningún lado excepto en el complejo. Nunca he salido excepto cuando me mandaban a una misión, y siempre éramos estrechamente vigilados. He estado en muchas misiones, y en realidad era un alivio ir a algún lugar y salir de allí. Es gracioso como el estar aquí lo siento tan diferente, cuando debería sentirme igual. ¿Esto es un laboratorio, verdad?

– Si. Es parte de la compañía de Whitney. Lily heredó todo cuando Peter Whitney supuestamente fue asesinado. Mantuvo todo en marcha, es todo legítimo. -Sobre un lado, apoyado sobre el codo, retiró el pelo de su cara con dedos gentiles-. Tienes que descansar, Mari. Tienes todavía tres vías y Lily aún esta administrando fluidos. El Zenith no es nada con lo que bromear. Debía haberlo sabido cuando te curaste tan rápido, pero nadie lo usa. No se me ocurrió que Whitney pondría en peligro deliberadamente tu vida.

Mari disfrutó el sentimiento de sus dedos acariciando su frente. Su toque era ligero y suave, y nadie la había acariciado nunca de esa forma.

– ¿Por qué eres tan amable conmigo, Ken? -No quería confiar en él, o en los extraños sentimientos que estaba empezando a desarrollar por él.