Выбрать главу

– Te mereces ternura, Mari -dijo suavemente, besándola tan tiernamente como sabía-. No puedo sentir cuando soy tierno. Dios ayúdame, quiero sentirte cuando estoy profundamente en ti. Trato de retroceder, en mi mente lo intento, pero la necesidad de sentirte a mí alrededor, estar tan cerca de ti, triunfa y no puedo ser tierno.

– No te lo pedí.

– Estás llena de marcas. No puedo tocarte sin dejar atrás magulladuras y pequeños mordiscos. -Le acarició el pecho, tirando del pezón, y fue compensado con su brusca respiración.

– Te he dejado unos cuantos arañazos y mordiscos. -Le recordó, entrelazando los dedos juntos detrás de su cuello, ofreciéndole los senos para su atención-. Te lo diré si te pones demasiados rudo.

No pudo resistir la invitación y lamió al descarado pezón, acariciando con su lengua por encima y luego tirando tiernamente con los dientes.

– Vine aquí para consolarte, para abrazarte, no para aprovecharme así, en este horrible lugar. Quiero llevarte a casa, nena, algún lugar seguro, lejos de aquí. Ven a casa conmigo. Lo juro, no tengo intenciones de hacer nada más que abrazarte.

Un gemido se escapó cuando cerró la boca sobre el pecho y succionó, la boca tiraba fuertemente mientras los dientes provocaban y su lengua lamía.

– Quiero ir a casa contigo. -Las palabras sonaron estranguladas. Su mano se había deslizado bajo la barriga para quedarse en la unión entre las piernas.

– Puedo sacarte de aquí -la tentó, la lengua dándole golpecitos perversamente. Dos dedos la acariciaron a lo largo de su pulsante entrada.

– Todas las chicas tienen que irse. -Su cuerpo saltó por el contacto, los dedos se introdujeron en ella y encontraron el clítoris con perezosas caricias. Cada toque enviaba una vibración a través de los senos hacia los pezones, dónde los dientes y lengua estaban jugando-. Y tenemos que asegurarnos que Violet y su marido están a salvo.

Le besó el pecho izquierdo y se trasladó al derecho, al tiempo que empujaba profundo con su mano hasta que ella le estaba montando. No tenían mucho tiempo para estar juntos, y tenía que marcharse y dejarla encerrada a la misericordia de Whitney. Era un pensamiento terrible, uno que le tensaba el estómago con apretados y duros nudos.

– ¿Después, vendrás a Montana conmigo y verás nuestra casa? -Mantuvo la mano quieta, la boca, la respiración… esperando.

Pasó un latido de corazón. Empujó contra sus dedos, tratando de aliviarse pero no se movió.

– ¿Mi hermana está allí?

– Cuando sepamos que es seguro, Jack la llevará allí. También es su casa, pero no quiero que vengas por Briony. Quiero que vengas por mí. Pase lo que pase, Briony querrá verte. Nos hizo prometer a ambos encontrarte y llevarte con ella. -Succionó de nuevo, sintiendo la oleada de su líquido en respuesta, sobre su mano, y sus dedos empezaron su lento asalto otra vez.

– Tengo terror a encontrarme con ella, Ken. -No podía casi respirar, pero nunca, nunca deseó que parara. Yaciendo en la oscuridad con las manos y boca vagando por su cuerpo la hizo sentir como si perteneciera a alguna parte. Esto era para ella, esta lenta, tierna oleada de placer, completamente para ella y lo sabía.

– No deberías. Ella quiere amarte, Mari. Quiere a su hermana de vuelta. Y dará la bienvenida al resto de tu familia. Briony es una mujer generosa, compasiva y lo bastante valiente para enfrentarse a mi hermano. -Su mano se movió en serio, el pulgar y los dedos acariciando sobre cada lugar sensible hasta que pudo sentir la tensión aumentar más y más otra vez.

– Mientras Whitney esté con vida, estará en peligro.

– Pero no por tu culpa. Había matado a sus padres adoptivos, y trató de raptarla en el momento en que se enteró que estaba embarazada.

– No puedo creer que vaya a tener un bebé. -Su aliento se convirtió en jadeos.

– Ella tampoco se lo creía. El equipo de súper-soldados de Whitney dañó algo la casa, pero ha sido reparada. -Ahora sus dedos fueron realmente malvados, exploradores, provocadores y nunca dándole bastante de lo que necesitaba.

Mari trató de empujar más fuerte contra su mano, engañándolo para que le diera alivio.

– Me prometió que mientras cooperara con él, dejaría en paz a Briony.

Los dientes de Ken tiraron del pezón en un tierno castigo.

– Nunca la ha dejado en paz. La ha vigilado todos estos años. Esbozó su educación y exigió que tratara todas las enfermedades su propio médico. Whitney mintió sobre Briony así como mintió todos estos años a Lily.

– Me siento muy mal por Lily. Es terrible averiguar que toda tu infancia se ha construido como un castillo de naipes. -Introdujo los dedos, los retiró, luego empujaron contra su clítoris hasta que quiso sollozar de placer. Cerró los ojos.

Ken se inclinó y le besó el ombligo. Era tan propio de Mari preocuparse por Lily. Mari que no había tenido infancia, quien había sido tratada como un soldado adulto antes apenas de poder caminar.

– Mírame, corazón. Abre tus ojos y mírame.

Su voz era baja y dominante, las pestañas de Mari se levantaron. Sus miradas se encontraron, allí vio auténtica posesión, la cruda necesidad y el sello del control despiadado mezclado con algo que podría ser amor. Nunca había visto la emoción, así que no estaba segura de lo que estaba viendo, pero mantuvo la mirada fija en él cuando la llevó a la cima y le hizo gritar su nombre.

Capítulo 17

Llovieron paracaídas anoche. Anunció Jack. Nuestros muchachos aparecieron, y fue hermoso verlos flotando bajo el cielo.

¿A quién tenemos? Preguntó Ken.

Logan, por supuesto, Neil Campbell. Jesse Calhoun coordina y organiza la misión de rescate por si algo sale mal.

Esto sorprendió a Ken. Jesse Calhoun era un miembro valorado del equipo, pero fue seriamente herido y estaba en una silla de ruedas. Principalmente dirigía las investigaciones.

Trace Aikens y Martín Howard están aquí también. Jack nombró a los dos últimos miembros de su equipo SEAL de Caminantes Fantasmas. Nadie quería ser excluido. Eres un hombre muy popular Ken.

Le tomó un momento darse cuenta de que Jack no bromeaba, esto impresionó a Ken. Se había entrenado con esos hombres y juntos luchaban, trabajaban, y a veces convivían, pero nunca se dio cuenta que contaba con sus lealtades. Jack y él siempre estaban apartados y a menudo otros hombres sospechaban de ellos.

Ken se aclaro la garganta, agradeciendo que nadie pudiera verlo.

La emoción jugaba con él demasiado estos días. ¿Todos están en su lugar?

Todos en posición.

¿Has hablado con el senador? Preguntó Ken.

El Senador Freeman pidió al equipo de Ryland que lo protegiera cuando visitó una instalación de alta seguridad hoy, informó Jack. El general dio realmente la orden al principio, luego una hora más tarde la rescindió y asignó a otro equipo.

Hijo de puta. Whitney tiene más poder del que sospechamos. ¿Quién podría estar por encima del general?

Ken se sentó en el estrecho pasillo de paredes de cemento. El cuarto nivel era más fuerte de lo que consideró que podría ser. En un principio había sido construido como una base militar secreta, antes de cerrarlo. Whitney obviamente lo descubrió y compró o persuadió a alguno de sus patrocinadores de que le permitieran usarlo para sus experimentos. Eran muy pocos los que conocían la existencia de los Caminantes Fantasmas. Los hombres de Whitney eran capaces de encontrar un modo de esconder el trabajo a varios comités que se habrían opuesto enérgicamente a sus experimentos inhumanos e ilegales.

No sé quién podría revocar una de las órdenes del general. El presidente seguramente, respondió Jack. El secretario de defensa. Pero no puedo ver a ninguno de ellos aliado con un loco como Whitney. Es demasiado inestable, y la clase de cosas que está haciendo conmoverían a la Nación -al mundo- si se dieran a conocer. Ningún presidente se arriesgaría a tener algo que ver con él si se supiera lo que ha hecho con los niños y las mujeres.