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– Me di cuenta. Me dieron solamente diez minutos. -Eve fue hasta la cama y lo abrazó. -Pero con eso me va a alcanzar, porque estás muy malhumorado. -Frunció la nariz. -Y apestas a antiséptico.

– Siempre protestando. Doy la vida por ti y ¿qué consigo? Ninguna gratitud.

– No. -Eve se sentó en la cama. -Fuiste un estúpido. Jamás te habría perdonado si morías, Joe.

– Lo sé. Por eso no me morí.

Eve le tomó la mano. La sintió tibia, fuerte… Tan característica de Joe. Gracias, Dios.

– Le mandé a mamá una copia de la grabación y le dije que te la hiciera oír. Espero que haya podido traspasar ese ejército de enfermeras. Logan tuvo que prometerle el oro y el moro al Departamento de Justicia para obtener una copia.

– Sí, pudo pasar. Tú fuiste la única que no pudo llegar hasta mí. -Entrelazó los dedos con los de Eve. -Y esa cinta casi me provocó un infarto. ¿Por qué diablos te permitió Logan hacer una cosa así?

– No me lo pudo impedir.

Joe apretó los labios.

– Yo te lo hubiera impedido.

– Estás loco.

– ¿Tenías que zambullirte así de cabeza? ¿No podrías haber esperado?

– Ella mató a Gary. Y creí que podría matarte a ti -añadió en un susurro.

– Así que la culpa la tengo yo.

– Por supuesto. Así que deja de regañarme. No podía esperar a que resucitaras y me ayudaras. Tuve que hacerlo sola.

– Con la ayuda de Logan. -Joe frunció el entrecejo. -Pero el canalla no te ayudó lo suficiente.

– Lisa me ofreció un trato a mí, no a él. Logan ayudó muchísimo. Organizó todo para atraer a Timwick. Hizo que tu amigo del periódico se pusiera en contacto con Timwick y le mostrara la lista, para que Timwick después se encontrara con Logan. ¿Sabes lo peligroso que pudo haber sido eso? ¿Y si Timwick no hubiera estado tan asustado y desesperado como creíamos?

– ¿Lo atraparon, ya?

– No, parece haber desaparecido de la faz de la Tierra.

– Nadie desaparece sin dejar rastros. -Joe estaba pensativo. -Hay que atraparlo. Es un cabo suelto que hay que atar o terminará causándote…

– Tú no harás nada, Joe.

– ¿Acaso dije que iba a ir a buscarlo? Estoy en ruinas. ¿Qué te preocupa? Timwick se desmoronó. No representa ninguna amenaza.

– Acorralas a una rata y te muerde.

– ¿Entonces por qué organizaste ese encuentro con Lisa Chadbourne y Timwick? La llevaste al límite. No había forma de saber cómo iba a reaccionar. Alguien debería haber estado allí para protegerte.

– No hubiera sido lógico que estuviera Logan presente en el encuentro.

– Al diablo con la lógica.

– Joe, sabes que tengo razón. Lisa Chadbourne se hubiera dado cuenta de que Logan nunca iba a acceder a que yo entregara el cráneo a cambio de Bonnie. Para que pareciera verdad, tenía que fingir que me había escapado con el cráneo.

Joe permaneció callado un instante.

– ¿Y pareció verdad? ¿Cuán cerca estuviste de hacer un trato con ella?

– Ya conoces la respuesta.

– Dímelo. ¿Cuán cerca estuviste?

– Cerca.

– ¿Por qué no lo hiciste?

Eve se encogió de hombros.

– Tal vez porque no confiaba en ella y no creía que fuera a hacerlo. Tal vez porque estaba demasiado furiosa por lo que les había hecho a ti y a Gary.

– Quizá sea un primer paso.

– ¿Qué?

– Nada. -Joe le apretó la mano. -Pero basta de idioteces hasta que esté levantado y en condiciones de mantenerte bajo control. Logan no sirve para nada.

– Es lo suficientemente inteligente como para no intentarlo. -Eve hizo una pausa. -En realidad, se está mostrando sumamente amable. Me va a llevar a una isla que tiene en el Pacífico Sur hasta qué toda esta locura periodística se calme.

– ¿Cómo?

A Eve no le gustó el tono de Joe.

– Es una buena idea. Podré trabajar allí. Sabes que sería imposible para mí hacer algo acá. Es casi peor que… Realmente es una buena idea, Joe.

Él no respondió.

– ¿Joe?

– Creo que tienes razón. Necesitas descansar y alejarte de todo esto. Pienso que haces bien en irte con él.

– ¿De veras?

Joe sonrió.

– ¿Por qué pones esa cara de asombro? Tú misma me dijiste que era una buena idea. No hago más que estar de acuerdo contigo.

– Qué bien -repuso ella, en tono vacilante.

– ¿Logan está aquí contigo?

Eve asintió.

– Nos iremos a Tahití en cuanto me despida de mamá.

– ¿Cuándo salgas quieres decirle que me venga a ver un minuto?

– ¿Para qué?

– ¿Para qué crees? Voy a decirle que te cuide como Dios manda o lo arrojaré dentro de un volcán. ¿Hay volcanes en Tahití?

Eve rió, aliviada.

– Su isla está al sur de Tahití.

– Donde sea. -Joe le apretó la mano. -Ahora cállate. Creo que nos quedan cinco minutos y los quiero pasar mirándote, no escuchándote babearte por Tahití.

– No me babeo.

Pero ella tampoco quería hablar. Solamente quería quedarse allí sentada y disfrutar de la paz y el bienestar que siempre sentía cuando estaba con Joe. En un mundo donde todo estaba patas arriba, él era el único que no había cambiado. Estaba vivo y día a día iría recuperando las fuerzas.

Era bueno saber que cuando ella regresara todo seguiría exactamente igual.

– ¿Querías verme? -preguntó Logan en tono receloso.

Joe hizo un ademán hacia la silla que estaba junto a la cama.

– Siéntate.

– ¿Por qué me siento como si me hubieran llamado al despacho del director?

– ¿Culpa, quizás?

Logan negó con la cabeza.

– No me vengas con ese juego, Quinn. No te lo voy a creer.

– Me acusaste de engañar a Eve y tú mismo lo estás haciendo. Ella piensa que eres bueno.

– Y voy a serlo.

– Mejor que sea así. Es lo que ella necesita ahora. -Y añadió con toda deliberación. -Y si me llega a llamar para contarme que tan sólo se le rompió una uña, estaré en esa isla de inmediato.

– No estás invitado. -Logan sonrió apenas. -Y para tu información, no hay volcanes en la isla.

– ¿Te lo contó?

– Le pareció divertido. Estaba aliviada de que no hubieras puesto objeciones. Yo también sentí algo de alivio, pero me puse a pensar y me di cuenta de que hubiera sido una jugada equivocada de tu parte. Y tú no sueles hacer demasiadas jugadas equivocadas, Quinn.

– Tú tampoco. Manejaste a Eve muy bien. Realmente piensa que solamente quieres ayudarla a rearmar su vida.

– Y es verdad. Quiero ayudarla.

– También te quieres acostar con ella.

– Por supuesto. -Logan hizo una pausa. -Pero también la quiero en mi vida durante todo el tiempo que pueda tenerla. -Sonrió. -Eso te sacudió. No te molesta la idea de una relación sexual, pero no quieres que me comprometa. Demasiado tarde. Estoy involucrado y voy a hacer lo posible para que ella también lo esté.

Joe miró hacia otro lado.

– No va a ser fácil.

– Tengo el tiempo y la soledad de mi lado. Es una mujer extraordinaria. No pienso dejarla ir. No importa lo que tú hagas.

– Pero no tengo intenciones de hacer nada. -Joe volvió a fijar su mirada en él. -En este momento, quiero que se vaya contigo. Quiero que se acueste contigo y en lo posible, que consigas que te ame.

Logan arqueó una ceja.

– Qué generoso. ¿Y por qué todo esto?

– Será lo mejor para ella. Necesita eso para volver a la vida. Dio un gran paso cuando renunció a la posibilidad de encontrar a Bonnie. Tú puedes ayudarla a seguir avanzando.