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Pero la estrella del campamento durante aquellos primeros das de Locura fue un fantico de las bombas, un checo llamado Bubi, que la primera maana acribill su propio casco de combate sobre la arena, primero con un Kalashnikov, luego con una enorme pistola de prcticas calibre 45, y por fin, para rematarlo, con una granada rusa que lo hizo volar por los aires hasta una altura de quince metros.

La lengua franca utilizada en las discusiones polticas era un ingls de grado elemental con el que de vez en cuando entremezclaban algunas palabras francesas, y Charlie jur en el ms profundo secreto de su corazn que si llegaba a regresar viva a su casa, saldra todas las noches a cenar en restaurantes para compensar aquellas cretinas conversaciones nocturnas sobre el amanecer de la revolucin durante el resto de su antinatural vida. Entretanto, no se rea de nada. No haba vuelto a rer desde que los bastardos haban hecho volar en pedazos a su amante en la carretera de Munich; y su reciente visin de la agona del pueblo de l no haba hecho sino intensificar la rencorosa necesidad que senta de conseguir un justo desquite.

Debers hacerlo todo con la mayor y ms solitaria seriedad -le haba dicho Joseph, que era un hombre absolutamente solitario y serio-. Puedes distanciarte, hasta parecer un poco chalada, estn acostumbrados a estas cosas. No debes hacer preguntas, y tendrs que permanecer sola siempre, da y noche.

La cifra de alumnos variaba todos los das. Cuando el camin sali de Tiro, el grupo de Charlie estaba formado por cinco chicos y cuatro chicas, y los dos guardias con la cara llena de manchas de plvora, que estuvieron con ellos en la trasera del camin durante todo el recorrido que el vehculo hizo dando saltos y tumbos por la pedregosa pista de montaa les prohibieron decir una sola palabra. Una chica que result ser vasca consigui comentarle en susurros que estaban en Adn; dos chicos turcos dijeron que estaban en Chipre. Cuando llegaron haba otros diez alumnos esperando, pero el segundo da los dos turcos y la chica vasca haban desaparecido, seguramente por la noche, cuando pudieron or camiones que llegaban y se iban con los faros apagados.

Como ceremonia de ingreso los obligaron a hacer un juramento de fidelidad a la Revolucin Antiimperialista y a estudiar el reglamento del campamento, que estaba escrito como si fueran los Diez Mandamientos en una pared encalada del Centro de Recepcin de Camaradas. Todos los camaradas deban utilizar en todo momento su nombre rabe; estaban prohibidas las drogas, la desnudez, los juramentos en nombre de Dios, las conversaciones privadas, las bebidas alcohlicas, la cohabitacin y la masturbacin. Mientras Charlie estaba todava preguntndose cul de estas normas violara en primer lugar, son a travs de los altavoces un discurso pregrabado y sin firma de bienvenida.

-Camaradas, quines somos? Somas los que no tienen nombre, los que no tienen uniforme. Somos las ratas que han huido de la ocupacin capitalista. Venimos de los campos libaneses, asolados por el dolor! Y combatiremos contra el genocidio! Venimos de las sepulturas de cemento de las ciudades de Occidente! Y nos encontraremos los unos a los otros! Y todos juntos encenderemos la antorcha en nombre de los ochocientos millones de bocas hambrientas que hay por todo el mundo!

Cuando termin la arenga, Charlie sinti un sudor fro que le recorra la espalda, y una ira latente en su pecho. Encenderemos la antorcha -pens-. Si, la encenderemos. Mirando de reojo a una chica rabe que estaba a su lado, vio en sus ojos el mismo fervor.

Da y noche, haba dicho Joseph.

Da y noche, por lo tanto, hizo los mayores esfuerzos: por Michel, por su propia loca cordura, por Palestina, por Fatmeh y por Salma y por los nios vctimas de las bombas en la crcel de Sidn; obligndose a salir de s misma para huir del caos interior; concentrndose en las caractersticas del personaje que interpretaba con mayor intensidad que en toda su vida, fundindolas en una nica identidad combativa.

Soy una triste y enfurecida viuda y he venido aqu para tomar el relevo de mi amante muerto y continuar su lucha.

Soy la militante que acaba de despertar y que ha perdido demasiado tiempo haciendo las cosas a medias y que ahora est aqu, firme y con la espada en la mano.

He tocado con mi mano el corazn palestino; me he comprometido a tirar de las orejas al mundo, para obligarle a que escuche.

Ardo en llamas, pero soy astuta y tengo muchos recursos. Soy la avispa dormida que puede esperar a que pase el largo invierno antes de clavar su aguijn.

Soy la camarada Leila, ciudadana de la revolucin mundial. Da y noche.

Interpret este papel hasta el lmite, desde el iracundo y seco ademn con que participaba en el combate sin armas hasta el inquebrantable gesto ceudo con que miraba su cara en el espejo cuando se peinaba brutalmente el pelo negro en el que empezaban a asomar las races pelirrojas. Hasta que lo que haba empezado como un ejercicio de fuerza de voluntad acab convirtindose en un hbito mental y corporal, una enfermiza, permanente y solitaria ira que se comunicaba rpidamente a su pblico, tanto a los instructores como a los alumnos. Casi desde el primer momento aceptaron su relativa rareza, que le permita mantener distancias. Es posible que hubieran visto esa misma actitud en otros; Joseph le haba dicho que no sera la primera. Su costumbre de llevar camisas de hombre adquiri una macabra dignidad cuando hizo saber que eran las de su asesinado amante. La fra pasin con que actuaba en las sesiones de prcticas de tiro -que iban desde los lanzacohetes manuales soviticos hasta el inevitable Kalashnikov, pasando por la fabricacin de bombas con cables elctricos rojos y detonadores -impresion hasta al exaltado Bubi. Era una alumna entregada, pero se mantena apartada. Gradualmente not que le mostraban cierta deferencia. Los hombres, incluso los de la milicia siria, dejaron de hacerle proposiciones de forma indiscriminada; las mujeres dejaron de sentir recelos de su despampanante tipo; los camaradas ms dbiles empezaron a buscar tmidamente su apoyo, y los fuertes la trataron de igual a igual.

En su dormitorio haba tres camas, pero al principio no tena ms que una sola compaera: una diminuta muchacha japonesa que pasaba mucho tiempo rezando de rodillas, pero que no hablaba con los mortales en ningn idioma que no fuera el suyo. Cuando dorma, rechinaba los dientes tan fuerte que una noche Charlie la despert, se sent a su lado, cogindole la mano mientras ella lloraba con silenciosas lgrimas asiticas, y estuvieron as hasta que los altavoces empezaron a vomitar msica y lleg la hora de levantarse. Poco despus, y sin explicaciones, tambin ella desapareci, para ser sustituida por dos hermanas argelinas que fumaban cigarrillos rancios y parecan estar tan enteradas como Bubi de todo lo concerniente a armas y bombas. A Charlie le parecieron chicas corrientes, pero los instructores las veneraban por haber sido las autoras de una hazaa armada contra el opresor que nadie lleg a explicar en qu haba consistido. Por las maanas salan, todava adormiladas, del barracn de los instructores, enfundadas en sus monos de lana, mientras las menos favorecidas terminaban sus ejercicios de combate sin armas. De modo que Charlie dispuso durante una temporada de su dormitorio para ella sola, y aunque Fidel, el amable cubano, apareci all una noche, tan relimpio y repeinado como un nio del coro, dispuesto a estrecharla con su amor revolucionario, ella conserv su pose de firme abnegacin y no le concedi ni un beso antes de echarlo.

El primero que le pidi sus favores despus de Fidel fue Abdul el norteamericano. Fue a verla una noche, a ltima hora, y llam tan suavemente que ella crey que sera una de las argelinas, porque acostumbraban olvidarse la llave. A estas alturas Charlie haba deducido que Abdul era un miembro permanente del campamento. Porque trataba a los instructores con gran intimidad, le dejaban mucha libertad, y no tena ms trabajo que el de leer sus aburridos artculos y citar a Marighella con un atronador acento del profundo Sur, que Charlie sospechaba que era postizo. Fidel, que le admiraba, dijo que era un desertor de la guerra de Vietnam, que odiaba el imperialismo y haba llegado all va La Habana.