Incluso la nacionalidad de Joseph era un misterio. Por razones que slo l saba, Robert afirmaba que era portugus. Otro insista en que Joseph era un superviviente armenio del genocidio cometido por los turcos; s, haba visto una pelcula sobre el asunto. Pauly, que era judo, aseguraba que Joseph era Uno de los Nuestros, pero Pauly tena la costumbre de decir esto ltimo de todo quisque. Por esto, durante cierto tiempo, y con el solo fin de irritar a Pauly, consideraron que Joseph era rabe.
Pero jams preguntaron a Joseph de dnde era, y cuando intentaron acosarle para que dijera a qu se dedicaba, Joseph se limitaba a contestar que haba viajado mucho, pero que ahora se haba asentado. Lo deca de tal manera que casi pareca que se hubiera retirado.
Pauly, siempre ms valeroso que los otros, le pregunt:
-Y cul es tu empresa, Joseph? Bueno, quiero decir, por cuenta de quin trabajas?
Con cautela, Joseph contest que en el fondo no crea que realmente tuviera una empresa. Y antes de contestar se toc pensativamente la visera de la gorra de golf. No, ahora ya no tena una empresa. Lea un poco, negociaba un poco, recientemente haba heredado algn dinero, y esto le induca a pensar que, tcnicamente hablando, era un trabajador autnomo. Si, era un autnomo. Esta era la expresin correcta.
Slo Charlie qued insatisfecha. Se le puso roja la cara y dijo:
-Somos un parsito, verdad Joseph? Leemos, comerciamos, gastamos dinero, y de vez en cuando vamos a una isla griega sexy, para gozar de los correspondientes placeres. No es eso?
Con una sencilla sonrisa, Joseph asinti a las palabras de Charlie. Pero Charlie no qued contenta. Charlie perdi la compostura y se pas de rosca:
-Y se puede saber qu diablos lees? Slo pregunto esto. Y en qu negocias? Supongo que puedo preguntar, verdad?
Joseph asinti silenciosamente, lo cual slo sirvi para provocar todava ms a Charlie. Ocurra simplemente que aquel tipo era demasiado veterano para quedar afectado por los sarcasmos de Charlie. Esta pregunt:
-Vendes libros? En qu clase de bolsillos metes los deditos?
Joseph tard en contestar. Si, poda hacerlo. Sus largos momentos de meditacin eran ya populares entre la familia, y se les conoca como las Cautelas de tres minutos de Joseph. Poniendo nfasis en la interrogante, Joseph dijo:
-Meter los dedos? Meter los dedos? Charlie, ser muchas cosas, pero no ladrn.
Acallando las risas de los dems, Charlie los interpel:
-Es que no veis, imbciles, que este hombre no puede estar ah sentado, sin hacer nada, en un vaco, y, al mismo tiempo, negociar? Qu hace? Cul es su oficio?
Charlie se reclin desmadejadamente en la silla, y dijo: -Oh Dios! Cretinos!
Y Charlie renunci a seguir luchando, adquiriendo el aspecto de estar agotada y de ser una viejecita, lo cual poda conseguir en menos que canta un gallo.
Cuando nadie haba acudido todava en auxilio de Charlie, Joseph dijo muy amablemente:
-No crees que es muy aburrido hablar de estas cosas? Yo dira que el dinero y el trabajo son las dos cosas que venimos a olvidar a Mikonos, no crees lo mismo, Charlie?
Con rudeza, Charlie repuso:
-Lo que yo digo es que esto es ms aburrido que hablar con un gato.
De repente, algo estall en la personalidad de Charlie. Se puso en pie, solt una exclamacin entre dientes y, reuniendo las fuerzas precisas para despejar toda incertidumbre, atiz un puetazo a la mesa. Era la misma mesa a la que estaban sentados cuando Joseph apareci milagrosamente con el pasaporte de Al. Ahora, el mantel de plstico resbal, y una botella vaca de limonada, que utilizaban para cazar avispas, fue a caer al regazo de Pauly. Charlie solt una larga cadena de palabrotas, lo cual dej a todos un poco avergonzados ya que, en presencia de Joseph, moderaban su lenguaje. Charlie acus a Joseph de ser un saco de hipocresas y perversiones, de ir a la playa para intentar dominar a unos muchachos a quienes doblaba en edad, y de buena gana le hubiera acusado tambin de robar viviendas y tiendas de Nottingham, York y Londres, pero no lo hizo debido a que no estaba muy segura, y tema quedar en ridculo ante sus amigos. Ninguno de los presentes supo con certeza hasta qu punto Joseph haba comprendido las palabras de Charlie. Esta haba hablado con voz ahogada y furiosa, y utilizando su acento ms populachero. Ahora bien, en el rostro de Joseph slo vieron la expresin propia de estudiar cuidadosamente a Charlie.
Despus de su habitual pausa dedicada a meditar, Joseph pregunt:
-Bueno, qu es lo que quieres saber exactamente, Charlie?
-Para empezar, tienes un nombre, supongo?
-Vosotros me lo disteis. Es Joseph.
-Cul es tu nombre verdadero?
Se form un triste silencio en todo el restaurante, e incluso aquellos que amaban sin reservas a Charlie, como, por ejemplo, Willy y Pauly, sintieron que su lealtad hacia ella quedaba sometida a una dura prueba. Por fin, como si lo hubiera seleccionado entre una amplia lista, Joseph contest:
-Richthoven, lo mismo que el aviador pero con uve. Joseph, como si la idea le gustara, repiti sonoramente: -Richthoven. -Luego dijo-: Es que este nombre me convierte de repente en una persona diferente? Y, por otra parte, si soy tan perverso como dices, a santo de qu vas a creerme?
-Y antes de Richthoven, cmo te llamas? Cul es tu nombre de pila?
Antes de decidirse, Joseph hizo otra pausa:
-Peter. Pero me gusta ms Joseph. Que dnde vivo? Vivo en Viena. Pero viajo. Quieres mis seas? Si quieres te las dar, s, porque desdichadamente no me encontrars en el listn telefnico.
-Eres austraco?
-Charlie, por favor Digamos que soy un ser de razas cruzadas, con orgenes europeos y orientales. Te basta con esto?
En estos momentos, el grupo ya estaba acudiendo en auxilio de Joseph, murmurando avergonzadamente:
-Charlie, por el amor de Dios! Vamos, vamos, Charlie No imagines que ests en la plaza de Trafalgar, ahora
Pero Charlie ya no poda parar. Alarg el brazo por encima de la mesa y chasc los dedos debajo de las narices de Joseph. Los chasc una vez y luego otra, de manera que todos los camareros y todos los clientes de la taberna se fijaron en el espectculo. Charlie dijo:
-El pasaporte, por favor! Anda, cruza mi frontera. T fuiste quien encontr el pasaporte de Al, pues bien, ahora quiero ver el tuyo. Fecha de nacimiento, color de los ojos, nacionalidad Dmelo!
Primero, Joseph mir los dedos extendidos de Charlie, dedos que, en aquella postura, tenan una fea expresin de intromisin. Luego, Joseph levant la vista a la congestionada cara de Charlie, como si quisiera saber a ciencia cierta cules eran sus intenciones. Por fin, Joseph sonri, y esta sonrisa fue para Charlie como una leve y lenta danza sobre la superficie bajo la que se ocultaba un profundo secreto, una sonrisa que tentaba a Charlie con sus presunciones y sus omisiones.
-Lo siento, Charlie, pero mucho me temo que nosotros, los seres de raza mezclada, tenemos una enraizada renuencia, me atrevera a decir una renuencia histrica, a que nuestra identidad quede definida en papelitos. Tengo la seguridad de que t, en cuanto a persona progresista, compartes mi sentimiento.
A continuacin, cogi la mano de Charlie, le cerr cuidadosamente los dedos con la otra mano, y la devolvi al lado de Charlie.
La semana siguiente, Charlie y Joseph comenzaron su viaje por Grecia. Lo mismo que otras propuestas felices jams fue estrictamente formulada. Anteriormente, Charlie se haba apartado totalmente de su grupo, y se dedicaba a ir a la ciudad a primera hora de la maana, cuando an no haca calor, y matar el da en dos o tres tabernas, entregada a tomar caf y a aprenderse de memoria sus parlamentos en Como gustis, que aquel otoo iba a representar en el oeste de Inglaterra. Un da tuvo la impresin de que la estaban observando, alz la vista y vio a Joseph en la otra parte de la calle, saliendo de la pensin en que Charlie haba descubierto que viva: Richthoven, Peter, habitacin 18, solo. Ms tarde, Charlie se dijo a s misma que fue por pura y simple coincidencia el que ella se sentara en aquella taberna, precisamente en la hora en que Joseph sola salir de la pensin para ir a la playa. Joseph, al ver a Charlie, se acerc a ella y se sent a su lado. Charlie le dijo: