-Vete.
Sonriendo, Joseph pidi un caf, y confes:
-Mucho me temo que de vez en cuando tus amigos resultan un tanto pesados. Y uno siente deseos de buscar el anonimato de las calles.
Charlie repuso:
-Pues s, es verdad.
Joseph mir qu era lo que Charlie lea. Y, sin que Charlie se diera cuenta, se metieron los dos a comentar el papel de Rosalind, casi escena por escena. Aun cuando Joseph fue quien habl casi nica y exclusivamente:
-Rosalind tiene una multitud de personalidades fundidas en una sola persona. Al observar cmo este personaje se va desarrollando a travs de la obra, se tiene la impresin de que es una persona ocupada por un regimiento de personalidades contradictorias. Es buena, es prudente, en cierta medida algo le falta, ve demasiado, e incluso tiene cierto sentido del deber social. Me atrevera a decir que es un papel que te sienta muy bien, Charlie.
Charlie no pudo contenerse. Mirando derechamente a los ojos de Joseph, y sin tomarse la molestia de sonrer, Charlie le pregunt:
-Has estado alguna vez en Nottingham, Joseph?
-Nottingham? Me temo que no. Hubiera debido ir? Es Nottingham un lugar de especial inters? Por qu me lo preguntas? Charlie senta que le picaban los labios. Dijo:
-Es que el mes pasado estuve actuando all. Y tena esperanzas de que me hubieras
visto.
-Me parece interesantsimo. Y en qu representacin hubiera debido verte? Cul era la
obra?
-Santa Juana. La Santa Juana de Shaw. Yo era Juana.
-Esta es una de mis obras favoritas. No pasa siquiera un ao sin que vuelva a leer la introduccin de esta Juana de Arco. Volvers a representarla? Me gustara tener la oportunidad de verte. Con los ojos todava fijos en los de Joseph, Charlie dijo: -Tambin la representamos en York.
-De veras? Representasteis esta obra durante una gira. Me parece estupendo.
-S, estupendo. Has estado en York, en el curso de tus viajes?
-No, lo ms al norte que he estado ha sido Hampstead, Londres. Pero me han dicho que York es muy bonito.
-Es formidable. Principalmente el Minster.
Charlie mir fijamente a Joseph cuanto tiempo os, sigui mirando aquella cara en la primera fila de platea. Charlie busc en los ojos oscuros, en la tersa piel que los rodeaba para descubrir el ms leve estremecimiento de culpabilidad o de risa, sin que nada le delatara.
Es amnsico -concluy Charlie-. Y yo qu soy? Oh Dios!
Joseph no le propuso desayunar, y si lo hubiera hecho Charlie hubiera rechazado la oferta. Joseph se limit a llamar al camarero y a preguntarle en griego qu pescado fresco tenan aquel da. Lo hizo con autoridad, sabedor de que a Charlie le gustaba el pescado, y levantando el brazo con aire de director de orquesta para llamar al camarero. Despidi al camarero, y sigui hablando de teatro a Charlie, como si la cosa ms natural del mundo fuera comer pescado y beber vino a las nueve de la maana de un da de verano. Sin embargo, para l pidi Coca Cola. Saba de lo que hablaba. Quiz no hubiera estado en el norte de Inglaterra, pero posea un profundo conocimiento del teatro londinense, conocimiento que no haba revelado a ninguna otra persona del grupo. Mientras Joseph hablaba, Charlie experiment aquel inquietante sentimiento que Joseph haba inspirado en ella desde un principio: su naturaleza exterior, lo mismo que su presencia en aquel lugar, no eran ms que un pretexto, y la tarea que Joseph se haba propuesto era abrir una brecha por la que pudiera colar su otra naturaleza, que era la naturaleza de un ladrn. Charlie le pregunt si iba a Londres con frecuencia. Joseph dijo que, despus de Viena, Londres era la nica ciudad que vala la pena en todo el mundo. Afirm:
-En cuanto se me presenta la menor oportunidad la cojo, aunque sea por el rabo.
En ocasiones, incluso el ingls que hablaba pareca haber sido adquirido deshonestamente. Charlie le imaginaba robando horas al sueo para leer un libro de frases hechas inglesas, con el fin de aprender de memoria un determinado nmero de giros todas las semanas. Charlie dijo:
-Tambin representamos Santa Juana en Londres. Si., hace pocas semanas.
-En el West End? Charlie esto es terrible! Cmo es que no me enter? Hubiera ido inmediatamente! Con lgubres acentos, Charlie le corrigi:
-En el East End.
El da siguiente volvieron a encontrarse en otra taberna. Instintivamente, Charlie dudaba que hubiera sido por casualidad. Y, en esta ocasin, Joseph le pregunt sin dar importancia a sus palabras, cundo pensaba Charlie comenzar a ensayar Como gustis, a lo que Charlie contest, con la sola intencin de proseguir la conversacin, que hasta octubre no comenzaran los ensayos, y, conociendo como conoca la compaa, quiz ni siquiera en octubre. De todas maneras, no crea que las representaciones durasen ms de tres semanas. Explic que el Consejo de las Artes haba gastado excesivamente en su presupuesto, y que se hablaba de retirarles la ayuda para efectuar giras. Para impresionar a Joseph, Charlie aadi un pequeo adorno de su propia cosecha:
-El caso es que nos han dicho que nuestro espectculo sera el ltimo que financiarn, a pesar de que hemos tenido ese formidable apoyo que nos dio el Guardian, y de que nuestro trabajo cuesta al contribuyente una trescientava parte de lo que vale un tanque. Pero qu podemos nosotros hacer?
Con esplndido desinters, Joseph le pregunt de qu manera empleara Charlie su tiempo libre. Y fue muy curioso, segn concluy Charlie ms tarde, que mediante el hecho de dejar claramente establecido que se haba perdido la representacin de Juana de Arco, Joseph dej tambin establecido que los dos deban resarcirse de una forma u otra de semejante prdida.
Charlie contest la pregunta de una forma negligente. Lo ms probable es que se dedicara a camarera de bar en algn sitio junto a algn teatro. O que quiz pintara su piso. Por qu lo preguntaba?
Joseph qued terriblemente preocupado, y dijo:
-Pero, Charlie, esto es muy poca cosa. No cabe duda de que tu talento merece una ocupacin ms importante que la de camarera. Por qu no se te ha ocurrido pensar en la enseanza o en la poltica? No crees que sera ms interesante para ti?
En una reaccin nerviosa, Charlie se ri, con notable descortesa, de la falta de conocimientos de la vida que afectaba a Joseph, diciendo:
-En Inglaterra? Con el paro que hay? No digas tonteras. Y quin me va a pagar cinco mil libras al ao para destruir el orden establecido? Por el amor de Dios, soy una subversiva!
Joseph sonri. Pareci sorprendido y poco convencido. Ri en corts reprensin. Dijo:
-Vamos, vamos, Charlie Qu significa lo que acabas de decir?
Dispuesta a enfadarse, Charlie dirigi una penetrante mirada a Joseph, pero una vez ms se tropezaba con la mirada de Joseph, all, ante la suya, como un muro. Charlie contest:
-Pues significa exactamente lo que he dicho. Estoy mal vista. Con nfasis, Joseph pregunt:
-Pero qu es lo que subviertes, Charlie? En realidad, me pareces una persona muy ortodoxa.
Fueran cuales fuesen las creencias que Charlie tena aquel da, experimentaba la incmoda sensacin de que, en un debate, Joseph la avasallara. En consecuencia, para protegerse, Charlie utiliz modales de cansancio. Con fatigados acentos, aconsej a Joseph:
-Deja este asunto, Joseph. Estamos en una isla griega. Estamos de vacaciones. Deja en paz mi actitud poltica y yo dejar en paz tu pasaporte.