Por fin se detuvieron frente a una abertura oculta que llevaba a las puertas inferiores de las minas, en la ladera oriental de las montañas. Allí Gollum se agazapó, acechando, husmeando y escuchando. Bilbo estuvo tentado de atravesarlo con la espada, pero le dio lástima, pues aunque tenía el anillo, que era su única esperanza, no lo utilizaría como ayuda para matar a la maldita criatura a traición. Por último, armándose de coraje, saltó por encima de Gollum en la oscuridad y huyó pasaje adelante perseguido por los gritos de odio y desesperación de su enemigo: ¡Ladrón! ¡Ladrón! ¡Bolsón! ¡Te odiaré siempre!
Cosa curiosa, pero ésta no es la historia que Bilbo contó al principio a sus compañeros. Les dijo que Gollum le había prometido un regalo, si él, Bilbo, ganaba en el juego; pero cuando Gollum fue a la isla descubrió que el tesoro había desaparecido: era un anillo mágico que le habían regalado en un cumpleaños mucho tiempo atrás. Bilbo sospechaba que ése era el anillo que había encontrado, y como había ganado el juego, le correspondía por derecho. Pero como en aquel momento se encontraba en un apuro, no había dicho nada, y dejó que Gollum le mostrase la salida al exterior más como recompensa que como regalo. Bilbo asentó este informe en sus memorias, y parece que nunca lo alteró, ni siquiera después del Concilio de Elrond. Evidentemente sigue apareciendo así en el Libro Rojo y en varias copias y resúmenes. Pero muchos ejemplares contienen la verdadera versión (como una variante), derivada sin duda de notas de Frodo o Samsagaz, pues ambos conocieron la verdad, aunque parece que no desearon cambiar nada de lo que el viejo hobbit había escrito.
Gandalf, sin embargo, en seguida puso en duda la historia original de Bilbo, y quiso saber algo más del anillo. Al fin obtuvo la verdadera historia después de mucho preguntar a Bilbo, lo que por un tiempo enfrió las relaciones entre ellos; el mago entendía que la verdad era importante. Aunque no se lo dijo a Bilbo, pensó que era también importante y perturbador saber que el buen hobbit no había dicho la verdad desde el principio, cosa bastante contraria a su costumbre. La idea de un «regalo», sin embargo, no era mera invención del hobbit. Se la había sugerido a Bilbo, y así lo confesó, lo que alcanzó a oír a Gollum, quien en efecto denominó al anillo muchas veces «regalo de cumpleaños». También esto le pareció a Gandalf extraño y sospechoso, pero no descubrió la verdad al respecto hasta muchos años después, como se verá luego en este libro.
De las posteriores aventuras de Bilbo muy poco hay que decir aquí. Con ayuda del anillo escapó de los orcos que guardaban la puerta y se reunió con sus compañeros. Usó el anillo muchas veces mientras iba de un lado a otro, principalmente para ayudar a sus amigos, pero guardó el secreto todo lo que pudo. Ya en su casa nunca habló de él con nadie, excepto con Gandalf y Frodo; y ningún hobbit de la Comarca supo de la existencia del anillo, o por lo menos así lo creyó él. Sólo a Frodo mostró el informe del viaje que estaba escribiendo.
Colgó la espada, Dardo, sobre el hogar, y la maravillosa cota de malla, regalo de los Enanos, tomada del tesoro escondido del Dragón, la prestó a un museo: la Casa de los Mathoms de Cavada Grande. Pero en una gaveta, en Bolsón Cerrado, conservó la vieja capa y el gorro que había llevado en sus viajes. En cuanto al anillo, lo guardó siempre en un bolsillo sujeto a una hermosa cadena.
Volvió a su hogar en Bolsón Cerrado el 22 de junio de su quincuagesimosegundo año (1342 CC), y nada digno de mención sucedió en la Comarca hasta que el señor Bolsón comenzó a preparar la celebración de su cumpleaños centesimodecimoprimero (1401 CC). En ese punto comienza esta Historia.
NOTA SOBRE LOS ARCHIVOS DE LA COMARCA
A fines de la Tercera Edad el papel desempeñado por los Hobbits en los importantes acontecimientos que llevaron a la inclusión de la Comarca en el Reino Reunido despertó en ellos una mayor curiosidad por su propia historia, y numerosas tradiciones que hasta entonces habían sido sobre todo orales, fueron recogidas y consignadas por escrito. Las más grandes familias se interesaron también en los acontecimientos del Reino en general, y muchos de sus miembros estudiaron las historias y leyendas antiguas. Al concluir la Cuarta Edad había ya en la Comarca numerosas bibliotecas que contenían muchos libros de historia y archivos.
Las más importantes de esas colecciones eran sin duda las de Torres de Abajo, las de Grandes Smials y las de Casa Brandi. El presente relato del fin de la Tercera Edad fue sacado en su mayor parte del Libro Rojo de la Frontera del Oeste. Fuente principal para la historia de la Guerra del Anillo, se llama así por haber sido conservado mucho tiempo en las Torres de Abajo, residencia de los Belinfantes, Guardianes de la Frontera del Oeste 3. El libro fue en un principio el diario personal de Bilbo, que lo llevó a Rivendel. Frodo lo trajo luego a la Comarca junto con muchas hojas de notas, y en los años 1420-1421 (CC) completó casi del todo la historia de la guerra. Pero anexados a esas páginas, y conservados con ellas, probablemente en una caja roja, había tres gruesos volúmenes encuadernados en cuero rojo que Bilbo le entregó como regalo de despedida. A estos cuatro volúmenes se le sumó en la Frontera del Oeste un quinto con comentarios, genealogías y algunas otras referencias a propósito de los hobbits de la Comunidad.
El Libro Rojo original no se conserva, pero se hicieron muchas copias, sobre todo del primer volumen, para uso de los descendientes de los hijos del señor Samsagaz. Sin embargo, la copia más importante fue conservada en Grandes Smials y se escribió en Gondor, sin duda a petición del biznieto de Peregrin y completada en 1592 en el Cómputo de la Comarca (172 de la Primera Edad). El escriba del Sur añadió la nota siguiente: «Findegil, escriba del rey, termina esta obra en IV 172. Es copia fiel del Libro del Thain de Minas Tirith, por orden del rey Elessar, del Libro Rojo de Periannath, que fue traído por el Thain Peregrin cuando se retiró a Gondor en IV 64».
El Libro del Thain fue así la primera copia del Libro Rojo y contiene muchas cosas hasta entonces omitidas o perdidas. En Minas Tirith se le añadieron numerosas anotaciones y citas en lenguas élficas, y se le agregó una versión abreviada de parte de la Historia de Aragorn y de Arwen, que no se refiere a la guerra. Se supone que la historia completa fue escrita por Barahir, nieto del intendente Faramir, poco después de la muerte del rey. Pero la copia de Findegil es importante porque sólo ella reproduce la totalidad de las «Traducciones del élfico» que Bilbo llevara a cabo. Se ha comprobado que esos tres volúmenes son una obra de gran talento y erudición, y que entre los años 1403 y 1418 Bilbo se sirvió de todas las fuentes tanto orales como escritas de que disponía en Rivendel. Pero como Frodo aparece citado pocas veces, pues esas páginas se refieren casi exclusivamente a los Días Antiguos, no diremos más aquí.
Como Meriadoc y Peregrin llegaron a ser cabezas de grandes familias, manteniendo siempre alguna relación con las gentes de Rohan y Gondor, en las bibliotecas de Gamoburgo y Alforzada se encuentran muchas cosas que no aparecen en el Libro Rojo. En Casa Brandi abundaban los libros que trataban de Eriador y la historia de Rohan. Algunos fueron compuestos o comenzados por el mismo Meriadoc, aunque en la Comarca se lo recuerda sobre todo por el Herbario de la Comarcay el Cómputo de los Añosdonde estudió las relaciones de los calendarios de la Comarca y de Bree con los de Rivendel, Gondor y Rohan. Meriadoc escribió también un breve tratado, Palabras y Nombres Antiguos de la Comarca, donde se interesa particularmente en descubrir el parentesco de la lengua de los Rohirrim con algunas palabras de la Comarca, como mathom, y los elementos antiguos en los nombres topográficos.