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A los quince años fue detenido y acusado de agresión. Supuestamente, él y otros dos amigos negros le habían pegado una paliza a otro chico negro detrás del gimnasio del instituto. Un tribunal de menores dirimió el caso. Al final Donté se confesó culpable, y fue puesto en libertad condicional. A los dieciséis años lo detuvieron por simple posesión de marihuana. Para entonces ya era linebacker titular, y lo conocía todo Slone. Más tarde se desestimó la acusación.

En 1999, a los diecinueve años, Donté fue hallado culpable de secuestrar, violar y asesinar a una animadora del instituto, Nicole Yarber. Ambos eran alumnos de último curso en el instituto de Slone. Los ligaba la amistad, y el haber crecido juntos en Slone, aunque Nicole (o «Nikki», como la llamaba mucha gente) lo hubiera hecho en las afueras, mientras que Donté vivía en Hazel Park, un barrio más antiguo donde predomina la clase media negra. Un tercio de la población de Slone es negra, y aunque no haya segregación en los colegios, sí existe en las iglesias y las asociaciones.

Nacida en Slone en 1981, Nicole Yarber era hija única de Reeva y Cliff Yarber, que se divorciaron cuando ella tenía dos años. Reeva volvió a casarse, y a Nicole la criaron su madre y su padrastro, Wallis Pike. El matrimonio Pike tuvo dos hijos más. Al margen del divorcio, la infancia de Nicole fue de lo más normal. Cursó la educación elemental y primaria en colegios públicos, y en 1995 entró en el instituto de Slone. (La ciudad tiene uno solo y, aparte de los típicos parvularios vinculados a la Iglesia, carece de escuelas privadas.) Al parecer Nicole, una alumna que tenía una media de notable, frustraba a sus profesores, que la veían desmotivada. Según varios boletines, debería haber sacado sobresalientes. Era una chica que caía bien, con muchos amigos, extravertida y sin antecedentes de mal comportamiento o problemas con la ley. Participaba activamente en la Primera Iglesia Baptista de Slone. Aficionada al yoga, al esquí acuático y a la música country, solicitó plaza en dos universidades: Baylor, en Waco, y Trinity, en San Antonio (Texas).

Tras el divorcio, su padre, Cliff Yarber, se fue de Slone para instalarse en Dallas, donde hizo fortuna con pequeños centros comerciales. Al parecer, trató de compensar su ausencia como padre con regalos caros. Al cumplir dieciséis años, Nicole recibió un BMW Roadster descapotable de color rojo intenso, sin duda alguna el coche más bonito del aparcamiento del instituto de Slone. Los regalos eran fuente de fricciones entre los padres divorciados. El padrastro, Wallis Pike, tenía una tienda de piensos y material agrícola, y le iba bien, pero no podía competir con Cliff Yarber.

Desde un año antes de su desaparición, aproximadamente, Nicole salió con un compañero de clase, Joey Gamble, uno de los chicos más conocidos del instituto. De hecho, en los últimos dos cursos Nicole y Joey fueron votados como los dos alumnos más populares, y posaron juntos para el anuario del centro. Joey era uno de los tres capitanes del equipo de fútbol americano. Más tarde pasó fugazmente por un equipo universitario, y acabó siendo uno de los testigos clave del juicio contra Donté Drumm.

Desde la desaparición, y el juicio subsiguiente, se han hecho muchas conjeturas sobre la relación entre Nicole Yarber y Donté Drumm, sin que se haya averiguado ni confirmado nada con claridad. Donté siempre ha dicho que eran simples conocidos, dos jóvenes que crecieron en la misma ciudad, miembros de una promoción de más de quinientos alumnos. Durante el juicio negó bajo juramento haber mantenido relaciones sexuales con Nicole, y lo ha seguido negando desde entonces; algo de lo que, por otro lado, sus amistades no han dudado nunca. Sin embargo, hay escépticos que han señalado que sería absurdo admitir una relación íntima con la mujer a quien supuestamente había asesinado. Al parecer, más de un amigo de Donté dijo que en el momento de la desaparición los dos llevaban poco tiempo saliendo juntos. Gran parte de las conjeturas se centran en los actos de Joey Gamble. Durante el juicio, este último declaró haber visto que una camioneta Ford verde se movía lenta y «sospechosamente» por el aparcamiento donde estaba el BMW de Nicole en el momento de su desaparición; una camioneta como la de los padres de Donté Drumm, que la conducía a menudo. Durante el juicio, el testimonio de Gamble fue puesto en duda, y debería haber sido recusado. La teoría es que Gamble estaba al corriente de la relación entre Nicole y Donté, y que se enfadó tanto al ser dejado al margen que ayudó a la policía a inventar sus acusaciones contra Donté Drumm.

Tres años después del juicio, un experto en análisis de voces contratado por la defensa determinó que la voz anónima que llamó al detective Kerber para darle el chivatazo de que el asesino era Donté correspondía efectivamente a la de Joey Gamble, aunque este lo niega vehementemente. En caso de ser cierto, Gamble tendría un papel considerable en la detención, acusación y condena de Donté Drumm.

Le sobresaltó una voz de otro mundo.

– Keith, es el doctor Herzlich -dijo Dana por el interfono.

– Gracias -contestó Keith.

Tras una pausa para despejarse, cogió el teléfono. Empezó por las fórmulas de cortesía habituales, pero, sabiendo que el doctor era un hombre ocupado, fue rápidamente al grano.

– Mire, doctor Herzlich, necesitaría que me hiciera un pequeño favor. Si es demasiado difícil, me lo dice y punto. Durante el oficio de ayer tuvimos un invitado, un preso que ha salido en libertad condicional y está pasando algunos meses en una casa de reinserción. Su alma está realmente atormentada.

Ha venido por aquí esta mañana; de hecho se acaba de ir, y dice sufrir problemas médicos bastante graves. Lo han atendido en St. Francis.

– ¿De qué favor se trata, Keith? -preguntó el doctor Herzlich, como si no tuviera mucho tiempo.

– Si tiene prisa, hablamos más tarde.

– No, siga.

– Bueno, pues resulta que dice que le han diagnosticado un tumor cerebral maligno, un glioblastoma. Dice que es mortal, y que no le queda mucho tiempo de vida. Quería saber hasta qué punto podría usted comprobarlo. No le estoy pidiendo un informe confidencial, entiéndame; ya sé que no es paciente suyo, y no quiero infringir ninguna norma. No es lo que le pido. Ya me conoce.

– ¿Por qué duda de él? ¿Qué sentido tiene decir que se sufre un tumor cerebral y que eso no sea cierto?

– Es un criminal profesional, doctor; se ha pasado toda la vida entre barrotes, y probablemente no diferencie muy bien entre la verdad y la mentira. Además, yo no he dicho que dude de él. En mi despacho ha tenido dos episodios de dolor de cabeza intenso, y la verdad es que dolía solo de verlo. Lo único que quiero es confirmar lo que me ha dicho. Nada más.

Se produjo una pausa, como si el doctor estuviera comprobando que no hubiera oídos indiscretos.

– No puedo meterme muy a fondo, Keith. ¿Sabe quién es el médico?

– No.

– Bueno, pues dígame un nombre.

– Travis Boyette.

– Me lo apunto. Deme un par de horas.

– Gracias, doctor.

Keith colgó rápidamente y volvió a la historia de Texas. Siguió leyendo el resumen de los hechos:

Nicole desapareció el viernes 4 de diciembre de 1998 por la noche. Pasó la tarde con unas amigas, en el cine del único centro comercial de Slone. Después de la película, las cuatro cenaron una pizza en un restaurante del propio centro. Al entrar en el restaurante conversaron un rato con dos chicos, uno de los cuales era Joey Gamble. Mientras se comían la pizza, decidieron ir a casa de Ashley Verica para ver la tele hasta tarde. En el momento en que salían las cuatro chicas del local, Nicole dijo que se iba al servicio. Sus tres amigas no la vieron nunca más. Nicole llamó a su madre y le prometió que estaría en casa a las doce, que era su toque de queda. Luego se esfumó. Una hora más tarde llamaron sus amigas, preocupadas. Al cabo de dos horas se halló su BMW rojo en el aparcamiento del centro comercial, donde lo había dejado. Seguía cerrado con llave, sin indicios de forcejeo ni de nada extraño; tampoco de Nicole. En su familia, y entre sus amigos, cundió el pánico, y empezó la búsqueda.