– Me hubiera gustado ser astrónomo para enviarle globos a la luna, globos con caramelos y pastillas de goma, ahora sólo puedo tirar botellas a la mar con una poesía dentro, con una rima de Bécquer o una dolora de Campoamor.
En el invernadero del chalet de San Pedro de Nos y en recuerdo de su abuela Clara, Fran inventó flores de colores muy desusados y extraños, flores de nombre misterioso y poco conocido, esto no se adecua con cazar gaviotas volando con anzuelo, a mí me dijeron tanto Xestoso como Evaristo que había sido Fran, daría cualquier cosa por ser Dios para inventar flores y bautizarlas acertadamente y con elegancia, sentido comían y buen gusto.
– ¿Se siente usted descansada?
– No mucho, ¿por qué?
– No, por nada; me parecía como verla a usted un poco pálida y ojerosa.
– Sí, quizá tenga usted razón, a veces no se puede disimular la fatiga, hay hombres y mujeres que incluso presumen de fatigados.
Miquel Enric Poch i Barberá, es nombre supuesto, alias Beltranete, es apodo supuesto, también hijo, como el del remo de trainera, del primer matrimonio de mi marido, murió de sida, la poesía lírica tiene sus servidumbres, descanse en paz, la afición de Beltranete, su irrefrenable tendencia, la heredó de su madre, la primera mujer de mi marido, Julita Michaux, es nombre supuesto, que sí era lesbiana, según pude entender en determinados círculos vaticanos.
Es irritante pensar que unos rollos de papel de retrete marca La Condesita hayan podido ser la causa de esta crónica de sucesos amargos, ahora sólo falta echarle los lebreles al rastro de Matty López, si fuésemos capaces de juntar este fin con aquel principio no moriríamos nunca, el que se agarra a la rueda de la vida no deja resquicio por el que la muerte pueda colarse, la rueda es la representación de la vida eterna. Ruego encarecidamente que se me dispense de volver a narrar de nuevo el asesinato ritual de Felipa Carballo, es nombre supuesto, la segunda mujer de mi marido, yo no quiero más tratos con la policía, antes preferiría la lenta y suspiradora muerte por inanición, yo no quiero ni pensar siquiera en la sangre de Felipa poniéndolo todo dulcemente perdido. Contra lo que se piensa, no es cierto que los demonios sean machos y sirvan de correo a las mujeres, ni los ángeles ni los demonios tienen sexo, aunque a veces se les represente con atributos masculinos, minúsculos y débiles pero masculinos, Jaime Vilaseiro, el marido de Matty, es un pobre piernas que se defiende porque no lo sabe, que se va defendiendo amparado por la coraza de la ignorancia.
– Escucha lo que te voy a preguntar, Norah Jefferson la Pálida, ¿por qué sonríes a quien te da de comer?, ¿por qué te pliegas con tan manso y administrativo acatamiento a las monsergas de los poderosos de ambas especies, los efímeros, presidentes, ministros, alcaldes, y los permanentes, obispos, generales, banqueros?
– Lo ignoro, Beltrán Bonaparte el Inquieto, a mí también me defiende el estado de angélica ignorancia.
La Orensana, doscientas y la cama, se pasa las horas muertas trasegando ginebra en el bar Cartagena, el cuartel de Manolita Matueca es el bar Yenka, Manolita Matueca le da al vermú, es incansable, don Valentín el de correos practica más el tapadillo, a él no se le ve nunca por estos bares de mala nota, no tengo más remedio que mentir para que se callen Paula Fields y los ejecutivos de Gardner Publisher Co., en esto de mentir cuenta mucho el entrenamiento, hay mentiras hermosísimas y nobles y verdades herméticas y desagradables.
– ¿Me crees tan miserable como para no tener más medicina que la esperanza, como dice el inglés?
– ¡Otra vez el inglés! ¿Qué inglés?
– Eso carece de importancia, repara en que es lo de menos y procura responder mi pregunta.
– ¡Yo qué sé!
Pichi López intentó violar a la chica de la droguería, a Luisa la de la sombrerería, a Merceditas la del estanco, a Olvido la de los cruasanes y a María Juana la telefonista de los taxis, era incansable, no llegó a violar a ninguna porque todas gritaron y se le escurrieron, pero probó suerte con las cinco y quizá con alguna más, hasta que la ferrolana Matilde lo metió en vereda fue un evidente peligro para el vecindario, si cualquier padre o hermano o novio lo hubiera deslomado a bastonazos él se habría estado quietecito, ¡vaya que sí!, ni lo dude siquiera, ése es un lenguaje que se entiende muy bien, lo que pasa es que ahora la gente ya no gasta bastón y además habla de los derechos humanos.
– Tengo en la punta de la lengua lo que dijo doña Leocadia cuando falleció tu tía Marianita, vo creo que puede venirme a la cabeza en cualquier momento.
– Ya me alegraría, era como un juego de palabras muy chistoso.
Lo más probable es que a Guillermina le gusten las mujeres, pero yo en eso ni entro ni salgo, Guillermina me regaló tres rollos de papel de retrete del bueno y yo le estoy muy agradecida, cada cual es como quiere y tiene las aficiones que quiere y eso no le importa a nadie, además debo decir que las lesbianas no perfeccionan sus naturales inclinaciones hasta que persiguen mujeres bellas y tontas, sólo entonces podrán darle la vuelta al sexo de su cabeza como a un calcetín. Isolino Cospindo, el cojo del Gobierno Civil, trata muy bien a su señora, le compró una cafetera de peltre con su primer sueldo, la lleva al cine de vez en cuando, los domingos del verano la saca de paseo y la obsequia con un cucurucho de vainilla o de coco en La Ibense, la ayuda a lavar los platos, le baja la basura a la calle, la verdad es que Isolino es un cojo muy apañado, muy respetuoso y cariñoso con Remedios, su señora, la de la mercería del Campo de la Leña, que también presta a usura para ayudarse.
– Lo veo muy meditativo, ¿usted cree que los grandes crímenes se preparan siempre en silencio?
– Sí, se preparan y se perpetran, el alboroto distrae a los criminales, les puede restar concentración, repare usted en que un criminal necesita mucha paz.
– Sí, eso sí, ahora que me lo dice me doy cuenta, yo siempre lo había pensado, pero nunca acerté a expresarlo.
Matty se equivocó no casándose con Hans Rückert, aunque hubiera tenido que irse a Denver, Colorado, tampoco es cl fin del mundo, Jaime Vilaseiro es un pobre hombre al lado de Hans Rückert, las bodas con estos mierdecillas de escalafón suelen salir mal casi siempre, las mujeres acaban despreciándolos y se refugian en un amante que es por el estilo, así no mejora nadie su situación, más bien empeora lo que tiene ya muy difícil arreglo, cuando la vida se convierte en un callejón sin salida, ¡mala cosa! Julito Hermoso tiene los ojos azules y le da grasa de caballo al garrote para que no se oxide y resbale con suavidad, Matty es muy aficionada a la poesía, se sabe muchos versos de memoria, los hombres no valoran la sensibilidad, esto no es cierto, pero sí es costumbre decirlo, Jaime Vilaseiro es muy ordinario y desconsiderado, una no tiene por qué enumerar los defectos de nadie, pero Jaime Vilaseiro es muy soez y hortera, Matty no pega nada a su lado, Salustiano Balado Abeijón es maestro ínfimo de la Escuela de Albores, Matty le obedece con los ojos cerrados, Matty se desnuda y Salustiano la fecunda con la semilla del bien y la verdad, ya se dijo que Matty y Jaime Vilaseiro acabaron separándose y que el juez le dio la custodia de los niños al marido, Matty está hecha una ruina, esto también se dijo, no ha cumplido los cuarenta años y ya parece una anciana y además sucia.