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Rodolfito y Benjamín Carlos, los nietos de Clara, los hijos de Mary Carmen, se cayeron de la moto que les prestó su primo Braulio y los llevaron al hospital Juan Canalejo, en Las Jubias, con la cabeza y varios huesos rotos, a Mary Carmen la dejaron ir a verlos, el marido era bastante razonable; Rodolfito y Benjamín Carlos se pusieron buenos en seguida pero Mary Carmen empeoró, se conoce que de la impresión, y tuvieron que encerrarla otra vez en Conjo, en el hospital donde llevaron a los hijos se metía en el retrete con un celador que había sido legionario y llevaba patilla de boca de hacha, todas nos imaginamos a qué, no hace falta ser muy listas; Evaristo, el jardinero de la madre, fue el encargado de devolverla al manicomio de Conjo, la llevó en un furgón de la funeraria El Crisantemo, era buen amigo de Lisardo, el conductor, solían tomarse unos vasos a la caída de la tarde en el bar de Xestoso, el pulpo de Xestoso tenía muy justa fama.

Narciso Torres, madrileño y controlador de vuelos, también tuvo amores con Matty, ella estaba loquita por él e iba a verlo a Madrid de vez en cuando, pero él, al final, se casó con su novia de siempre que era más sosa y aburrida, sí, pero más decente y cómoda, esto suele pasar. También era de Madrid, bueno, de León, pero vivía en Madrid, un jovencito muy espiritual que se llamaba José Luis Zabala, no sé si sería Zavala, con uve, creo que no, que componía poesías y bailaba muy bien el tango cuando ya se había perdido la afición, Carlos Gardel quedaba ya muy lejos; los amores de Matty y José Luis fueron muy efímeros, no duraron ni siquiera un verano. Don Severino Fontenla, el cura castrense que sabía tocar el arpa, decía que don Nicolás Iglesias Blázquez, le llamaban Julio Verne, el práctico del puerto, también había tenido algo con Matty, parece ser que se vieron algunas veces en el invernadero de su abuela Clara, en San Pedro de Nos, los metía Evaristo por la puerta de la cochera, en el invernadero se estaba bien, a don Nicolás le gustaba adornarle las tetas a su amor con hojas y flores, no las arrancaba de la mata, se las ponía encima y después las dejaba otra vez a su ser. Matty conoció un día a un alemán que se llamaba Rückert, Hans Rückert, y que llegó a La Coruña a bordo de un tres palos modesto, el Gorch Fock, que era el buque escuela que tenían entonces; se gustaron y empezaron a salir juntos y yo tenía que hacer de intérprete porque ella no hablaba inglés y menos alemán, sólo un poco de francés, casi nada, y él no sabía más que alemán e inglés, aunque aprendió pronto español. Matty fue dos o tres veces a Alemania a ver a Hans y él venía con cierta frecuencia por La Coruña, siempre que le era posible; Hans estaba muy enamorado de Matty y en uno de sus viajes le propuso el matrimonio, Hans era médico, no marino, en el Gorch Fock estaba de marinero, Matty rechazó casarse con él porque hubiera tenido que irse a vivir a los Estados Unidos, a Denver, Colorado, le dio miedo irse tan lejos, y entonces Hans se esfumó, se buscó otra y no volvió a saberse nada más de él. El Tigre de Mugardos, campeón de Galicia de todos los pesos, grupo amateur, queda finalista del Campeonato Nacional de Aficionados que se celebra en Barcelona al vencer por K.O. a sus dos rivales; el Tigre de Mugardos era algo pariente de Evaristo y a veces también iba por el bar de Xestoso. Mi marido tuvo una lesión tuberculosa en cada pulmón, eso es algo que les pasa a todos los maridos, una se la contagió Íñiga la Sibarita, que era de Guecho, la otra tuvo un origen más misterioso y confuso del que preferiría no hablar.

Cada vez que se me acaba un rollo de papel de retrete me da la risa, es muy emocionante esto de escribir la historia de un derrumbamiento en rollos de papel de retrete, también da mucha risa, ya digo, yo aguanto todo lo que puedo, yo puedo aguantar mucho, soy capaz de aguantar lo indecible, nadie me agradecería nunca lo bastante el buen ejemplo que doy a los jóvenes, yo creo que no hay mujer en toda España capaz de aguantar lo que yo aguanto, no me da ninguna vergüenza proclamarlo con soberbia y con ira, también sin recato alguno.

– ¿Por qué te ajustas tanto al guión que te marcó la policía?

– Tengo mis motivos para hacer lo que hago, también te advierto que por ahora hago lo que quiero y que nadie me marca el guión de lo que tengo que decir, de lo que me conviene decir.

– ¿Por qué tu marido se pinta la boca en forma de corazón y se da rímel en las pestañas?

– No es cierto, mi marido no se pinta la boca ni las pestañas, no lo necesita para nada, la única concesión que hace mi marido es bañarse todos los sábados con jabón La Toja.

Las mujeres vulgares tenemos tanta historia como las que no lo son, lo que sucede es que solemos olvidarla o confundirla, hay gente que disfruta olvidando y confundiendo, suelen acabar ardiendo en el infierno porque a Dios Nuestro Señor le ofende tanto el olvido como la confusión.

– No pierda el tiempo porque nadie la escucha, proceda usted sin perder la ilación debida y recuerde que el limbo está lleno de pájaros muertos y de miserables alimañas muertas, el hombre mata a las raposas, las garduñas y las comadrejas con arsénico, las envenena con arsénico, con los lobos ya acabó, los pájaros mueren de ver y oler la muerte, usted no pierda el tiempo porque nadie la escucha.