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Salustiano Balado Abeijón es también maestro ínfimo de la Escuela de Albores Gamma-Delta-Pi (Comunidad del Amanecer de Jesucristo), Matty se desnuda y se tiende en el suelo para que Salustiano la fecunde con la semilla del bien, Matty queda de nuevo embarazada y al niño que viene de camino quiere ponerle O'Hara, Jaime Vilaseiro se niega y al final consigue que le llamen con un nombre corriente, Matty le puso Rafael en honor de Rafa Abeleira, aquel medio novio al que le picó una avispa en los testículos, bueno, en el escroto, en las leiras de Nostián, más allá de la punta Maxillosa, que da a la mar abierta. No hace falta que pase mucho tiempo para que el mundo se hunda; se trata de contar un cuento al amor de la lumbre, lo que pasa es que no sé porque para contar cuentos al amor de la lumbre mientras la tormenta descarga sobre la costa hay que ser medio memo: érase una vez, hace ya muchos años, un enano que estaba enamorado de una giganta… A Matty las cosas empiezan a rodarle de mal en peor, viste con faldas muy largas y de mucho vuelo, se hace vegetariana y ecologista y está obsesionada con la macrobiótica, y su relación con el marido llega a ser insostenible, esto se veía venir, la verdad es que eran bazas cantadas. Jaime Vilaseiro la desloma a palizas, pero esto tampoco resuelve nada, cuando un hombre le pega a una mujer no ca para arreglar las cosas sino para dar rienda suelta al gusto.

– ¿A los instintos?

– También, pero más al gusto.

El matrimonio decide separarse y ella no consigue que el juez le dé la custodia de los niños, los ve sólo una hora al día, Matty vive con otras chicas de parecidas aficiones y frustraciones y se dedica a hacer figuritas de barro como su hermano Fran, el que se coló en el chalet de San Pedro de Nos cuando murió su abuela; después las vende los domingos por la mañana, las pone en la acera sobre una mantelito y ella se sienta al lado mirando para el suelo, la verdad es que no vende casi ninguna. A veces me llama por teléfono para pedirme dinero, al principio le daba algo, nunca más de mil pesetas, después, no; me parece que con mi hermana hace lo mismo, la pobre llama a todas las puertas, pero cada vez con menos resultado, mi hermana no me lo dijo, pero yo estoy segura. La última vez que la vi estaba hecha una ruina, la encontré hundida, sin dientes, encorvada, delgada, triste, daba verdadera pena ver aquella Matty que tan poco tiempo atrás era una belleza y ahora es la viva imagen de la derrota, no tiene todavía cuarenta años, debe andar por los treinta y ocho quizá no cumplidos.

El violín es un instrumento que nunca se llega a dominar del todo, en Salzburgo te pueden enseñar la técnica pero nada más, eso es poco, la técnica es siempre poco, el alma del violín hay que descubrirla o que adivinarla, bien mirado es lo mismo, también se puede inventar el alma de cada violín o de cada concierto de violín según la estación del año, la fase de la luna o la abyecta e inoportuna menstruación de las princesas nórdicas, el sentimiento jamás se deja dominar por los estatutos, Matilde Verdú supone que todos nacemos platónicos, lo cual es una aberración estrepitosa. Miluca, la hermana de Xeliña, está muy bien casada en Irixoa, estas cosas conviene que se sepan, a Carmiña, la casada en Mabegondo, tampoco le van mal las cosas, la verdad es que ninguna de las tres puede quejarse porque Xeliña, cuando se harta del marido, coge la furgoneta y se va de romería, en el colegio de subnormales de Sigüeiro, donde las truchas, tratan muy bien a Curriño, el chiquillo va muy contento y lleva una tortilla de patatas grandecita de merienda envuelta en papel de plata.

– ¿El niño está acatarrado?

– No, es que todavía no le lavé la cara.

La Pichona se pasa la vida barnizando sillas y mesas y tocadores en el Campo de la Leña, cuando el tiempo lo permite trabaja al aire libre y a la vista de los clientes, los mirones y los municipales, la Pichona es una chambona de mucha responsabilidad y su palabra va a misa, cuando la Pichona cierra el trato su palabra es sagrada y nunca se vuelve atrás.

– ¿Y el niño adelanta?

– Mujer, no mucho porque el pobriño es inocente, pero ya sabe las letras.

La gente se alarmó porque corrió la especie de que a la paloma torcaz del demonio Belcebú Seteventos la había matado un guardia civil borracho, después se supo que no y todo el mundo se fue tranquilizando.

– ¿Y el niño va a hacer la primera comunión?

– De momento no, después ya veremos.

El que nace ciego, como el que nace príncipe, tarda muchos años en enterarse de que lo es, el condenado a muerte tampoco se lo cree del todo hasta que le ponen el corbatín de hierro, siempre piensa que pueden firmarle el indulto en el último instante.

– ¿Llegó el telegrama?

– No, ya sólo te queda cerrar los ojos y tragar saliva, yo procuraré no regodearme.

– Gracias.

Andrés, pescador de Bethsaida sobre el lago de Genesareth, se interesaba tanto por las cuestiones religiosas como por las carpas y los boquerones, esto la aprendí de fray Justo Pérez de Urbel, al final lo clavaron en la cruz y su nombre lo apuntaron en el santoral; pues bien, a mi marido y a mí nos pasó lo mismo, quiero decir que también nos crucificaron, nos van a crucificar, aunque por razones diferentes, de nada vale el mote heráldico de los Velasco de Zárate, a nadie ofendo, de todos me defiendo, cuando las cosas vienen mal dadas; mi marido y yo hemos sufrido mucho en nuestras vidas y no se nos ha hecho justicia, nosotros creemos que no se nos ha hecho la más mínima justicia, la idea va tomando cuerpo en el ánimo de todos y esto me reconforta, nos reconforta a los dos, me gustaría tener el alma serena y bañada en el néctar de la justicia, a Epicuro le pasaba lo mismo y a la postre ganó la batalla de la fama. Entró el buque liberiano Rosa, procedente de Zuguinchor, Senegal, con mil doscientas cincuenta y cuatro toneladas de cacahuete. Ofelita Barcia era amiga de Matty, tenía poco que ver con ella y con su manera de ser y de vivir, pero era amiga de Matty, los amigos no siempre son los cómplices, aunque debieran serlo, cuando don Jacobo se separó de Eva y se trasladó a Vigo, antes se pasó un año entero en La Coruña, un año muy duro y desorientador, conoció a Ofelita Barcia y se la llevó a vivir con él, puede que para probar la convivencia, los caracteres y los acoplamientos se fueron quince o veinte días a las Bahamas. Ofelita era menuda y muy graciosa, con la nariz respingona, las tetas no grandes pero sí descaradas y el culo saltarín y apetitoso, nadie debe creer que soy lesbiana, estoy harta de las apreciaciones aproximadas, Ofelita tenía el pelo castaño oscuro y se pintaba poco, como era de aspecto aniñado quedaba muy bien; Ofelita había heredado de su padre, muerto en accidente de automóvil en el norte de Portugal, se mató en Montedor yendo por la carretera de la costa camino de Viana do Castelo, Ofelita había heredado de su padre una colección de sellos de España muy buena y completa que iba malvendiendo poco a poco, cuando quería comprarse un vestido vendía un par de sellos y en paz, mientras dura, vida y dulzura, y después Dios dirá, Ofelita había vivido más de un año con un conservero de Bouzas al que llamaban Roquiño de Xiabre, que se paseaba a caballo por la avenida de Beiramar, Roquiño era muy tosco y ordinario, muy basto, y a Ofelita tampoco le gustaba demasiado, los domingos se ponía una corbata verde brillante muy aparatosa y llevaba reloj de bolsillo de oro con leontina y una onza colgando, Roquiño de Xiabre se mató en un accidente de moto también en Portugal, poco después de salir de Vilaseca por el camino de Necessidades, chocó de frente contra un camión y murió en el acto, Ofelita corrió con todos los gastos del traslado del cadáver y lo enterró en el cementerio de Pereiro, más allá del campo de fútbol de Balaídos y de la factoría de Citroén Hispania, yo no sé para qué cuento todo esto, a Ofelita le gustaba mucho el pipermín frappé, otros dicen pipermín pilé, y esto a don Jacobo le daba mucha risa.