La doctora Duncan pasó a la página siguiente del informe y leyó las razones oficiales. Una era la incertidumbre sobre la reacción pública ante la emisión de aquella información, un tema que el doctor Slayden trataría en la reunión informativa.
Una segunda razón fue que, en cuanto se logró dominar el vuelo con los agitadores, a mediados de los cincuenta, las naves se incorporaron a la Comandancia Estratégica del Aire para ser empleadas sólo en caso de emergencia. Todos los agitadores estaban equipados con soportes externos para cargas nucleares que se emplearían en caso de emergencia nacional. Se creía que, merced a su velocidad, su agilidad y la imposibilidad de ser detectados por radar, los agitadores podrían constituir un último recurso para entrar en el corazón de la Unión Soviética y suministrar un golpe fatal en caso de guerra total.
Otro motivo, derivado de la guerra fría, fue simplemente, la seguridad. Los rusos habían sido capaces de desarrollar sus propias armas atómicas a partir de planos robados a los Estados Unidos. Aunque los científicos norteamericanos no habían descubierto el sistema de propulsión de los agitadores ni tampoco cómo entrar en la nave nodriza, temían que los rusos tuvieran más suerte. Ese temor se incrementó especialmente después de que los rusos lanzaran el Sputnik al espacio, lo cual constituyó un gran golpe para los Estados Unidos.
No obstante, una cosa que el informe no indicaba y que la doctora Duncan sabía, era la existencia de la operación Paperclip y su efecto en el proyecto Majic12. Oficialmente, Paperclip se había creado en 1944, cuando la guerra en Europa tocaba a su fin. Para la doctora Duncan, Paperclip había comenzado realmente el día en que Von Seeckt fue enviado en barco desde Inglaterra a los Estados Unidos.
Paperclip era un nombre inocente para una operación fraudulenta. Cuando la guerra en Europa estaba terminando, el gobierno de los Estados Unidos ya miraba hacia adelante. Había un tesoro de científicos alemanes esperando ser rescatados de entre las cenizas del Tercer Reich. El hecho de que la mayoría de los científicos fueran nazis importaba muy poco a los que idearon Paperclip.
La primera vez que la doctora Duncan leyó algo sobre Paperclip quedó asombrada por la incongruencia aplastante de la situación. La idea de que el fin justificaba los medios había movido a quienes se encargaron de reclutar y permitieron la entrada de científicos en los Estados Unidos de forma ilegal. Simultáneamente, algunos colegas de esos científicos eran juzgados por crímenes de guerra allí donde se consideraba inmoral que la defensa de un fin justificara los medios. En muchos casos, una unidad especial de espionaje secuestró científicos nazis a las unidades del ejército para crímenes de guerra. Ambos grupos iban a la caza de los mismos hombres si bien con objetivos muy dispares.
A pesar de que el presidente Truman firmó una orden que prohibía la inmigración de nazis a los Estados Unidos, esta práctica no disminuyó, pues se hacía en nombre de la seguridad nacional.
Majestic12 comenzó con Werner von Seeckt, un nazi indiscutible, y prosiguió durante años, utilizando para ello todo tipo de sistemas. Varios científicos empleados para los primeros trabajos en los agitadores y la nave nodriza eran nazis reclutados por Paperclip. Si bien los nombres de varios antiguos nazis que trabajaban en el proyecto espacial de la NASA se difundieron ampliamente, la mayor parte del trabajo llevado a cabo por Paperclip pasó inadvertido. Cuando surgieron noticias sobre ese proyecto, se adujo que Paperclip se había cancelado en 1947. Sin embargo, la doctora Duncan tenía declaraciones juradas procedentes de la oficina de un senador interesado de que el proyecto se prolongó durante varias décadas tras esa fecha.
Una de las cosas que más inquietaban a la doctora Duncan sobre el estado de las cosas en ese momento no era tanto el trabajo que se llevaba a cabo en el Área 51 con la nave nodriza y los agitadores, sino saber qué era lo que el general Gullick estaba ocultando. Estaba convencida de que se guardaba algo para sí. Tenía la impresión de que eso estaba relacionado con algunos aspectos del programa Majic12 de los que no había sido informada.
El senador que había facilitado a la doctora Duncan la información sobre Paperclip estaba presionado por varios grupos judíos empeñados en hacer pública la historia del proyecto y en perseguir a algunos de los implicados. A la doctora Duncan le preocupaba el pasado, pero más le inquietaba el futuro.
Mientras que los físicos alemanes habían ido a parar a Majic12, y los científicos alemanes expertos en cohetes a la NASA, todavía no se había descubierto el mayor grupo de científicos nazis involucrado en Paperclip: los especialistas en armas biológicas y químicas. Por muy avanzada que estuviera la industria alemana de cohetes al final de la guerra con el V2 y el avión a reacción, sus avances en el ámbito de las armas químicas y biológicas habían sido escalofriantes.
Con la cantidad de seres humanos de que los alemanes disponían para experimentar, habían avanzado mucho más de lo que los Aliados podían imaginar. Mientras que los norteamericanos todavía acumulaban gas mostaza como primera arma química, al final de la guerra los alemanes disponían de tres mucho más eficaces y mortíferas: el tabún, el somán y el sarín; del último de ellos, al acabar la guerra, los militares norteamericanos inmediatamente hicieron acopio para su uso.
¿Dónde estaban todos aquellos científicos expertos en biología y química a los que Paperclip salvó de ser perseguidos por la justicia?, se preguntaba la doctora Duncan. ¿Qué habían estado haciendo durante todos esos años?
Irritada, dejó la carpeta a un lado. Había demasiadas preguntas y todo iba demasiado rápido. El problema no sólo era la cuestión de Paperclip, también se interrogaba sobre la prueba de la nave nodriza. ¿Acaso Gullick iba tan rápido con aquel vuelo por razones que no eran evidentes y, al hacerlo, dejaba de ver los problemas de la nave nodriza y su sistema de propulsión? Recordó además la sensación de mareo que la invadió en el hangar durante la prueba.
Había sido enviada a esa misión por los asesores del Presidente para comprobar la situación y analizar las posibles consecuencias de dar a conocer a la opinión pública la existencia del proyecto Majic12. Al fin y al cabo, el Presidente llevaba ya tres años en el cargo y su administración podría verse afectada por cualquier encubrimiento.
Desplegó la pantalla de su ordenador portátil y se dispuso a informar de sus descubrimientos hasta el momento.
«Clasificación: confidencial «Acreditación Q, sólo destinatario»A: Jefe de Personal, Casa Blanca»DE: Lisa Duncan, Observadora Presidencial en Majic12.
»TEMA: Investigación Área 51.
»He estudiado la información oficial, me han conducido por las instalaciones del Área 51 y he asistido a una reunión de Majic12. Según estos precedentes, mi impresiones son las siguientes:
»1. La tecnología que se encuentra en el Área 51, en particular, la nave nodriza, va más allá de lo imaginable a través de la documentación y el informe en vídeo.
»2. La seguridad del recinto es excesiva dada la actual situación mundial.
»3. La preocupación del Presidente por los efectos psicológicos y sociológicos de la revelación del proyecto se tratará en una reunión mañana por la mañana.
»4. Ante la prueba de vuelo de la nave nodriza prevista, aconsejo que el Presidente retire su autorización y se efectúen más investigaciones. En el consejo de Majic12 existe cierta disensión ante la prueba y, aunque es posible que no tenga importancia, me inclino a pensar que hace falta más tiempo.
»5. Como era previsible, el general Gullick y los demás miembros de la plantilla se muestran muy evasivos con respecto a los primeros tiempos del programa y a cualquier relación con la operación Paperclip. Quien más sabe es Werner von Seeckt, pero no he vuelto a verlo desde la reunión de presentación y tampoco ha contestado a mis llamadas. Intentaré hablar con él mañana, después de la reunión sobre psicología.