La casa encantada
Ésta es una fotografía de la casa que mi familia alquilaba en Borgslagen cuando yo era pequeño, una vieja finca repleta de recuerdos, suelos fríos y crujidos de escaleras. No me gustan las grandes casas deshabitadas: si uno duerme solo en ellas quedan demasiadas habitaciones en la oscuridad donde puede suceder cualquier cosa.
La iglesia y el cementerio
Ni el pueblo de Marnäs, donde se encuentra la residencia de ancianos de Gerlof, ni Stenvik, existen en realidad. La población septentrional más importante de Öland se llama Löttorp y queda más al norte. En cambio, la iglesia de Marnäs está inspirada en la iglesia de Föra, donde están enterrados varios miembros de mi familia. La primera iglesia de piedra se construyó en el siglo XII, y el cementerio lleva más de mil años en el mismo lugar.
Viajes a Sudamérica
Egon, el hermano de mi abuelo, nunca tuvo barco propio, pero le encantaba viajar lejos, entre otros lugares a Sudamérica. Cuando estaba en casa, en Öland, trabajaba como peluquero y como buzo en Borgholm, aunque no al mismo tiempo. Si un barco se enredaba con cables o redes de pesca, Egon dejaba de cortar el pelo y bajaba al puerto para bucear y limpiar las hélices. Egon también era un magnífico narrador de historias. Cuando yo era pequeño me encantaba escuchar sus exóticos cuentos chinos. Creía que todo lo que oía era cierto.
Pescadores y canteros
Algunos de mis familiares se hicieron a la mar, otros prefirieron quedarse en el norte de Öland. Ésta es una fotografía del tío de mi abuelo, Axel Gerlofsson, delante de su cobertizo. Axel trabajaba como pescador y cantero, y se cuenta que salió de Öland dos veces en su vida, una de joven para hacer el servicio militar en Småland, y otra, ya adulto, para probar qué se sentía al cruzar el puente de Öland. «Es como una carretera cualquiera», dijo más tarde.
La hora de las sombras
Ésta es mi fotografía de la hora de las sombras: una noche de verano, el sol se pone en el estrecho de Kalmar y la playa rocosa ölandesa queda en penumbra. «La hora de las sombras» es el localismo con el que antiguamente se referían al crepúsculo en Öland y Småland. «Sentarse a la hora de las sombras» significa sentarse a contar historias al caer la noche.
Johan Theorin