Выбрать главу

Y lo mismo con respecto a la riqueza. Todo el mundo tiene una acción sobre esta vida, pero nadie es dueño de la hipoteca. Y por eso estamos capacitados para tomar más ligeramente la vida; en lugar de ser terratenientes perpetuos en esta tierra, somos sus huéspedes transeúntes, porque todos somos huéspedes en esta tierra, los dueños de los campos tanto como los que levantan la cosecha. Se priva así de cierto significado a la palabra "terrateniente". Nadie es dueño en realidad de una casa, nadie es dueño en realidad de un campo. Ya lo dice el poeta chino:

Junto a la colina, ¡qué hermosos campos dorados!Otros labraron lo que cosecha el recién llegado.No os dé goce, recién llegados, vuestra cosecha,Que otro recién llegado detrás espera.

La democracia de la muerte es rara vez apreciada. Sin la muerte, ni Santa Elena habría significado nada para Napoleón, y no sé qué sería de Europa. No habría biografías de héroes o conquistadores, y aunque las hubiera, los biógrafos, a buen seguro, perdonarían menos, simpatizarían menos. Perdonamos a los grandes del mundo porque han muerto. Por estar muertos, sentimos que hemos quedado a mano con ellos. Todo cortejo fúnebre lleva un estandarte en que están escritas las palabras: "Igualdad de la Humanidad". Cuánta alegría de vivir se ve en la siguiente balada que el pueblo oprimido de China compuso a la muerte de Ch'in Shih-huang, el constructor de la Gran Muralla y el tirano que, cuando vivo, hizo castigar con la muerte los "pensamientos calumniosos en el vientre", quemó los libros de Confucío y enterró en vida a centenares de estudiosos de Confucio:

¡lCh'in Shih-huang va a morir! ( [9])Abrió mí puertaY se tendió en mi piso;Comió mi cena,Y quiso más.Sin decir por qué eraPaladeó mi vino.Con mi arco y mis flechasLe mataré en la muralla.Mi arco le esperaj Y le hará caer en Schach'iu!

De esto, pues, surgen un sentido de la comedia humana y el material mismo de la poesía y la filosofía humanas. El que percibe la muerte percibe un sentido de la comedia humana, y se hace rápidamente poeta. Shakespeare llegó a ser un poeta profundo cuando hizo que Hamiet siguiera el noble polvo de Alejandro "hasta que lo encuentre un agujero de tarugo"; "Alejandro murió. Alejandro fue enterrado. Alejandro vuelve al polvo; el polvo es tierra; de tierra hacemos barro, y ¿por qué con ese barro, en que quedó convertido, no podrán tapar un barril de cerveza?" Al fin y al cabo, no hay en Shakespeare un sentido de la comedia más espléndido que cuando hace que el Rey Ricardo II hable de tumbas, de gusanos y epitafios y del bufón que tiene su corte dentro de la hueca corona que contornea las sienes mortales de un rey, o cuando habla de "un gran comprador de tierras, con sus estatuas, sus reconocimientos, sus multas, sus dobles vales, sus cobranzas", y que con todas sus multas termina siendo "un bello cráneo lleno de tierra". Ornar Khayyam y su contraparte china. Chia Fuhsi (alias Mup'itsé, un oscuro poeta chino), derivaron todo su espíritu cómico y su cómica interpretación de la historia, del mismo sentido de la muerte, porque señalaron los zorros que formaban sus hogares en tumbas de reyes. Y la filosofía china adquirió profundidad y humorismo, por vez primera, con Tschuangtsé, que basó también toda su filosofía en un comentario sobre la vista de un cráneo:

Tschuangtsé fue a Ch'u y vio un cráneo vacío, con su contorno seco y vacío. Lo golpeó con un látigo y le preguntó: "¿Has llegado a esto porque amabas los placeres y vivías desordenadamente? ¿Eras un fugitivo que huía de la ley? ¿Hiciste algo malo que avergonzara a tus padres y tu familia? ¿O padeciste hambre hasta morir? ¿O llegaste a la ancianidad y moriste de una muerte natural?" Después de decir así, Tschuangtsé tomó el cráneo y durmió con él como almohada…

Cuando murió la esposa de Tschuangtsé, Hueítsé fue a expresar sus condolencias, pero encontró a Tschuangtsé sentado en el suelo y cantando una canción, cuyo ritmo marcaba golpeando un cuenco de barro. "¡Qué! Esta mujer ha vivido contigo y te ha dado hijos. Por lo menos, no debieras abstenerse de llorar cuando muere su anciano cuerpo. ¿No es demasiado, acaso, que golpees ese cuenco y cantes?"

Tschuangtsé respondió: "Estás en error. Cuando murió, no pude dejar de sentirme triste y emocionado, pero reflexioné que en un comienzo 'ella no tuvo vida, y no solamente vida, que tampoco tuvo forma corpórea; y no solamente forma corpórea, que tampoco tuvo espíritu. Tomada por esta afluencia siempre cambiante de las cosas, llegó a ser espíritu, el espíritu se^-o cuerpo, y el cuerpo tuvo vida. Ahora ha cambiado otra vez y ha muerto, y al hacerlo se ha sumado a la eterna procesión de primavera, verano, otoño e invierno. ¿Por qué he de hacer yo tanto ruido, y llorar, y lamentarme por ella, cuando su cuerpo está allí quieto, en la casa grande? Eso sería no poder comprender el curso de las cosas. Por eso es que dejé de llorar."

Así veo que la poesía y la filosofía comenzaron con el reconocimiento de nuestra mortalidad y un sentido de cómo es pasajero el tiempo. Este sentido de lo pasajero del tiempo respalda a toda la poesía china, así como a buena parte de la poesía occidentaclass="underline" el sentimiento de que la vida es esencialmente sólo un sueño, mientras remamos, remamos en nuestro bote, río abajo, al atardecer de un hermoso día; que las flores no pueden florecer siempre, que la luna crece y disminuye, y que la vida humana misma se une a la eterna procesión de los mundos de las plantas y los anímales, por cuanto nace, crece hasta la madurez y muere para dejar lugar a otros. El hombre empezó a ser filosófico sólo cuando vio la vanidad de esta existencia terrena. Tschuangtsé dijo que una vez soñó que era una mariposa, y mientras estaba en este sueño sentía que podía agitar sus alas, y que todo era real, pero al despertar comprendió que era Tschuangtsé, y que Tschuangtsé era real. Entonces pensó y ponderó qué era lo verdaderamente real, si en verdad era Tschuangtsé que soñaba ser una mariposa, o en verdad una mariposa que soñaba ser Tschuangtsé. La vida, pues. es en verdad un sueño, y los seres humanos somos como viajeros que flotamos por el eterno río del tiempo, que embarcamos en cierto punto y desembarcamos en otro, a fin de dejar lugar a quienes, río abajo, esperan subir a bordo. La mitad de la poesía del mundo se habría perdido si no sintiéramos que la vida es un sueño, o un viaje con pasajeros transitorios, o simplemente un escenario en que los actores rara vez comprenden que están representando sus papeles. Así escribía un estudioso chino, Liu Tasheng, a su amigo:

De todas las cosas del mundo, aquella en que somos más serios es la de ser un funcionario, y la que llamamos más frivola es la de ser un actor en una pieza teatral. Pero creo que esto es una tontería. He visto a menudo en el escenario cómo los actores cantan y lloran y se enojan y hacen bromas, creyendo que son personas reales. Pero lo real en una obra no son los viejos caracteres que asi se representan, sino los actores que los representan. Todos tienen padres, esposas e hijos, todos quieren alimentar a sus padres, esposas e hijos, y lo hacen cantando, llorando y riendo y enojándose y dirigiéndose bromas. Son los verdaderos personajes antiguos que tratan de retratar. También he visto cómo algunos de estos actores, que llevan una gorra y una capa de funcionario, y por estar en sus papeles creen ser verdaderos funcionarios, lo creen tanto que piensan que nadie en el mundo sospechará jamás que están representando. No comprenden que mientras se saludan y reverencian uno al otro, y se sientan y hablan y miran a su alrededor, y hasta cuando son los dignos funcionarios ante quienes tiemblan los prisioneros, son solamente actores que con sus cantos y sus llantos y sus risas y sus enojos y sus bromas tratan de alimentar a sus padres, esposas e hijos. ¡Gran desgracia es que haya gentes que se apeguen a cierta obra, a cierto papel, a cierto texto y cierto acento o estilo de enunciación, hasta que todo el don-de sus intestinos y órganos internos (vale decir, instintos y emociones) esté dominado por la obra, sin comprender una sola vez que son realmente actores!

вернуться

[9] Por inversión, estas baladas fueron señaladas por los historiadores chinos como oráculos, como que daban expresión a la voz de Dios a través de la voz del pueblo. Esto explica el tiempo futuro. El Emperador murió en Shach'iu.