Выбрать главу

– «Más allá de tus labios, del sol y las estrellas, contigo en la distancia, amada mía, estoy…»

Su Habana moribunda, habitada por tantos fantasmas dispersos por el mundo.

«Uno aprende a amar el lugar donde ha amado», repitió para sí.

Alzó la vista para contemplar a Miguel; y recordó los rostros de esos muertos amados que seguían en su memoria. Su corazón estaba a mitad de camino entre La Habana y Miami. ¿En cuál de sus extremos respiraba su alma?

«Mi alma late en el centro de mi corazón», se dijo.

Y su corazón pertenecía a los vivos -cercanos o ausentes-, pero también a los muertos que seguían junto a ella.

– «Contigo en la distancia, amada mía, estoy» -canturreó Cecilia, contemplando la imagen de su ciudad en la pantalla.

Habana, amada mía.

Y cuando apoyó su cabeza sobre el pecho de Miguel, el fantasma de Amalia se volvió a mirarla y le sonrió.

Agradecimientos

Esta novela es un homenaje a muchas personas y hechos; también a ciertos lugares; y por supuesto, a una ciudad… o, tal vez, a dos. Mi gratitud va a todas esas fuentes que la inspiraron, en especial a los compositores de boleros cuyas letras aparecen como título de cada capítulo. Sin embargo, hubo un factor esencial que motivó su trama: el deseo de contar una historia que recreara la unión simbólica de las tres etnias que componen la nación cubana, especialmente la china, cuya incidencia sociológica en la isla es mayor de lo que muchos suponen. De mi afán por rendir homenaje a esas tres raíces, nace esta novela.

Muchos libros me proporcionaron datos valiosos sobre las diversas épocas y costumbres recreadas aquí, pero no puedo dejar de mencionar tres que resultaron imprescindibles para comprender los patrones de inmigración y adaptación de los chinos que llegaron a Cuba en la segunda mitad del siglo XIX: La colonia china de Cuba (1930-1960), de Napoleón Seuc; Los chinos de Cuba: apuntes etnográficos, de José Baltar Rodríguez; y Los chinos en la historia de Cuba (1847-1930), de Juan Jiménez Pastrana.

Entre las fuentes vivas de información fue vital la ayuda de la familia Pong, especialmente de Alfredo Pong Eng y de su madre Matilde Eng, quienes compartieron conmigo anécdotas y recuerdos personales de ese gigantesco periplo migratorio que fuera historia común entre los chinos que emigraron de Cantón a La Habana hace más de ciento cincuenta años. Sin su ayuda, no hubiera logrado reproducir la atmósfera familiar que aparece en estas páginas.

La investigación del universo musical de la época no hubiera podido completarse sin los datos históricos y anecdóticos del libro Música cubana: del areíto a la nueva trova, de Cristóbal Díaz Ayala.

Incorporé a la trama algunas figuras históricas de la música cubana, tratando de respetar sus personalidades y biografías. Los diálogos y hechos que se narran aquí son ficticios, y sólo están inspirados en mi admiración por el patrimonio musical que nos legaron. Sin embargo, tengo la sospecha que, de haberse visto en esas circunstancias, habrían actuado de manera muy parecida.

También quiero dar las gracias -de este mundo al otro- al desaparecido Aldo Martínez-Malo, albacea de las pertenencias de la cantante y actriz Rita Montaner (1900-1958), quien un día lejano, en un gesto que amigos presentes calificaron de insólito, colocó sobre mis hombros el manto de plata de la legendaria diva; una reliquia que siempre le gustaba mostrar, pero que nunca dejaba tocar a nadie… ¿Conservaba aquel manto alguna conexión con el alma de esa artista única o fue sólo mi fantasía, arrobada ante el contacto de tan insólita prenda, la que me provocó extrañas visiones del pasado? ¡Quién sabe! Lo importante es que, de algún modo, la experiencia dejó en mí una señal tan persistente que acabó por mezclarse con esta novela.

Miami, 1998-2003

Daina Chaviano

Residente desde 1991 en Estados Unidos, Daína Chaviano nació en La Habana y es licenciada en lengua inglesa por la universidad de su ciudad natal. Considerada la escritora más vendida de obras de ciencia ficción y fantasía de su país, ha cultivado con el mismo éxito la narrativa tradicional desde que salió de Cuba.

Entre sus títulos -traducidos a varios idiomas- se cuentan Los mundos que amo, Fábulas de una abuela extraterrestre, País de dragones, El abrevadero de los dinosaurios y La isla de los amores infinitos, obra que cierra el ciclo novelístico que lleva por nombre «La Habana oculta» y que completan El hombre, la hembra y el hambre (1998), Casa de juegos (1999) y Gata encerrada (2001).

Chaviano ha recibido numerosos galardones que reconocen su labor en el campo de la narrativa: el premio Anna Seghers 1990, el Azorín de Novela 1998 y el premio Internacional de Fantasía Goliardos 2003. Ese mismo año fue Invitada de Honor en el XXV Congreso Internacional del Arte Fantástico, que se celebra cada año en Estados Unidos.

***