¡Oh!, ¡oh!, ¡oh!, ¡lo que daría por un croissant de verdad! Pero el pan francés se hace con harina francesa. ¿La tienen ustedes en su lado del mundo? Anoche cenamos carne en conserva y judías; ojalá no me gustara tanto la comida. A veces sueño con albaricoques. Los de este país no se pueden comprar, saben a hilachas de algodón untadas con zumo de naranja. Después de la
Usted escribe que no tiene miedo de morir con tal de que el resultado no sea la muerte. Esto me suena casuístico. Al fin y al cabo, quizá no note la transición. Mi amiga Daphne Charteris tardó mucho tiempo en morirse. «¿Ya estoy muerta?», preguntaba, y a veces: «¿Cuánto hace que estoy muerta?» Sus últimas palabras fueron: «Llevo un rato muerta y no noto la diferencia.»
Aquí nadie habla de la muerte. Es morboso, ya sabe, y nada
¿Qué guardo yo en mi nevera, me pregunta? El bolso, si quiere saberlo, mi libreta de direcciones, mi correspondencia y una copia de mi testamento. (Incendio.)
¿La familia sigue unida? ¿La suya? ¿Algún hijo más? Veo que desempeña muy bien su papel de padre moderno. Jorge V bañaba a sus hijos, la reina Mary no.
Mis mejores deseos y un succés fou para usted.
Sylvia
14 de octubre de 1987
Merci, charmant Monsieur, por el paquete de comida. Ay, la combinación del servicio de correos y el sargento mayor ha hecho que los croissants no llegaran tan tiernos como los mandó usted. He insistido en que se lleve a cabo un reparto general de este envío en usufructo, para que todas las locas y sordas recibieran medio croissant cada una. «¿Cómo? ¿Cómo? ¿Qué? ¿Qué?» Prefieren los triángulos blandos de tostada de pan blanco con hebras doradas. Si metiera las sobras en el buzón para Dominic -que sigue en la ventana-, ¿cree que la guardiana me castigaría sin salir? Perdón, sólo una postal, no tengo bien el brazo. Cordiales saludos,
Sylvia
10 de diciembre de 1987
Barnes está como a la altura del pecho, Brookner te obliga a agacharte hasta el suelo. Creo que su Mírame es una hermosa muestra de texto trágico, a diferencia de Rey Lear, que acabo de leer por primera vez. Aparte de algunos remiendos púrpura, la trama y los personajes son una paparrucha absoluta. Como paradigma (palabra que acabo de aprender en un crucigrama), el traje del emperador. Sólo una postal. Brazo… Un cordial saludo, Sylvia
14 de enero de 1989
Querido Julián:
(¡Sí! La vieja Winstanley) Por favor, perdone más verborrea senil. También el estado de la letra, que avergonzaría a la niñera.
Fascinante historia en la tele sobre unos cachorros de león que intentan comer a un porc-épic (¿por qué épic? El Larousse dice que es una corrupción de porcospino, lo cual es obvio, pero ¿por qué no épine en vez de épic?). La verdad es que no me atraen los erizos; en mi casa de campo tenía una rejilla para impedir el paso del ganado en la que siempre caían erizos. Descubrí que la manera más fácil de sacarlos de allí era con la mano, pero están infestados de parásitos y tienen ojos inexpresivos, más bien ruines.
Idiota y senil por mi parte hablarle otra vez de sus hijos cuando usted dice que no tiene ninguno. Perdone, por favor. Por supuesto, inventa cosas en sus relatos.
Como tengo ochenta y cuatro años y conservo una memoria excelente, sé que es inevitable que se den coincidencias como, por ejemplo, loros, académicos franceses, etc. ¿Y aquella celebridad artística? Y hace un mes me enteré de que mi sobrina nieta Hortense Barret va a entrar en la universidad para estudiar ingeniería agrónoma. (En nuestra época se llamaba silvicultura. ¿Tenían ustedes guardas forestales? Jóvenes serios, con parches de cuero en los codos, que vivían en colonias cerca de Parks Road y salían juntos a hacer trabajo de campo?) Total, que la misma semana en que estoy leyendo un libro sobre las hidrangeas me entero de que la Hortensia puede haber tomado su nombre de una joven llamada Hortense Barret que fue en la expedición de Bougainville con el botánico Commerson. Las investigaciones revelan que aunque les separan muchas generaciones, dentro y fuera del matrimonio, con cambios de nombres, la línea era directa. ¿Qué le sugiere esto? ¿Y por qué me dio por leer un libro sobre las hidrangeas? Ya no tengo plantas ni tiestos en el alféizar. Así que ya ve, no se puede atribuir todo esto a la edad avanzada o a la buena memoria. Es como si una mente exterior -no la mía, inconsciente- estuviese diciendo: «Toma nota: no te perdemos de vista.» Puedo decir que soy agnóstica, aunque podría aceptar la hipótesis de un «guía» o «sourveillant», y hasta un ángel de la guarda.
Y, en tal caso, ¿qué pasa? Lo único que le estoy diciendo es que tengo esta impresión de un constante codazo en las costillas. «¡Cuidado!», y a mí me parece que me sirve de señal. Quizá a usted no le concierna en absoluto. Para mí constituye la prueba de un propósito didáctico de una mente superior. ¿Cómo se explica? ¡Que me registren!
Como estoy en el cinturón psíquico advierto cómo la comprensión de la mente evoluciona casi a la velocidad de la tecnología: el ectoplasma está tan anticuado como las velas de junco.
La señora Galloway, la del candado en el frigorífico y los duendes verdes, «pasó a mejor vida», como le gusta decir a la guardiana. Todo pasa aquí. Pasa la mermelada, pasó tal noticia, «¿ha pasado?», le dice una a otra, hablando de sus penosos movimientos intestinales. ¿Qué creen que ocurrirá con los destellos verdes?, pregunté en una cena. Las locas y sordas cavilaron sobre el particular y al final llegaron a la conclusión de que es probable que también se «hayan pasado». Amitiés, sentiments distingués, etc.,
Sylvia W.
17 de enero de 1989
Supongo que si estás loco y te mueres, habrá una Explicación esperando, y antes tienen que volverte cuerdo para que la entiendas. ¿O cree usted que estar loco es sólo otro velo de conciencia alrededor de nuestro mundo actual, que no tiene nada que ver con ningún otro?
No deduzca de la postal de la catedral que he dejado de pensar por mí misma. «Sobre la influencia de las lombrices en la formación de la tierra vegetal», con toda probabilidad. Pero quizá no.
S.W.
19 de enero de 1989
Señor novelista Barnes:
Si le preguntase «¿Qué es la vida?», posiblemente me respondería, con muchas palabras, que es sólo una coincidencia.