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Una aldea muerta, cubierta de nieve; detrás, unas altas montañas silenciosas, también nevadas. Los trazos grises y negros son las ramas de los árboles curvados, los matojos negros son sin duda agujas de pino, y las sombras no pueden ser más que rocas que surgen de la nieve; nada de color, no se sabe si es de noche o de día, la oscuridad difunde cierta luz, la nieve parece seguir cayendo, borrando las huellas de las pisadas.
Una aldea de leprosos.
Tal vez.
¿Y ningún ladrido de perro?
Han muerto todos.
Llama.
Inútil, hubo gente que vivió aquí, hay una pared en ruinas que la nieve ha recubierto, una nieve pesada que se ha tragado su sueño.
¿Murieron mientras dormían?
Mejor hubiera sido, pero mucho me temo que haya habido una matanza, un exterminio total, todo el mundo fue ajusticiado, primero mataron a los perros con panecillos llenos de arsénico.
¿No gimen los perros durante la agonía?
Los golpeaban con una palanca, justo en el hocico, un medio excelente.
¿Por qué?
Es el único medio de matarlos en el acto.
¿Ninguno de ellos sobrevivió?
Los mataron en el interior de las casas, ninguno pudo huir.
¿Los niños tampoco?
Los remataron a hachazos.
¿Ni siquiera las mujeres se libraron?
Cuando ellos las violaron y masacraron, fue aún más atroz…
Cállate.
¿Tienes miedo?
¿Había más de una familia en esta aldea?
Una familia de tres hermanos.
¿Murieron también?
Dicen que fueron víctimas de una venganza familiar, o de una epidemia, o bien también que se dedicaban a trapichear buscando oro en el lecho del río.
¿Habrían muerto a manos de unos desconocidos?
No dejaban que vinieran a buscar oro en su territorio.
¿Dónde se encuentra el lecho de este río?
Bajo nuestros pies.
¿Cómo es que no se ve?
No se ve más que el vapor que se alza de los infiernos, no es sino una impresión, en realidad es un río muerto.
¿Y nosotros estamos encima de él?