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En diez minutos la temperatura corporal de Ana disminuyó treinta grados. Todos los signos vitales habían desaparecido. Ahora Ana estaba legalmente muerta. Para una generación anterior, Drake Merlin y Tom Lambert serían dos asesinos. Resultaba difícil no sentirse como tales sentados en el silencio del cuarto, aguardando la llegada del equipo de preparación de Segunda Oportunidad. Tom sentía lástima, por Drake. Ana estaba ya por encima de la lástima.

Los pensamientos y planes de Drake estaban, afortunadamente, por encima de la imaginación de su amigo.

Tuvo problemas con Tom Lambert y las tres mujeres que llegaron enviadas por Segunda Oportunidad. A ninguno le parecía lógico que Drake quisiera acompañar al cadáver de Ana hasta las instalaciones de Segunda Oportunidad.

Tom pensó que Drake se resistía a hacerse a la idea de que todo había terminado. Instó a su amigo a ir a su casa para tomar un trago. Drake rehusó. El equipo de preparación no sabía cómo reaccionar ante su presencia. Parecía un vampiro o una especie de necrófilo, aunque la expresión de su rostro indicaba claramente que estaba sufriendo. Le explicaron pacientemente que los procedimientos eran muy desagradables de presenciar, sobre todo para alguien tan implicado personalmente. Convinieron con el doctor Lambert en que Drake haría mucho mejor en dejarlo todo en sus manos expertas e ir a casa de su amigo. Ellas se ocuparían de que todo estuviera en orden. Si estaba preocupado, se asegurarían de llamarlo en cuanto hubiera terminado la operación.

Drake no podía contarles cuál era el verdadero motivo por el que quería presenciar todo el procedimiento de preparación, hasta el último y truculento detalle. Pero, negándose simplemente a no aceptar un no por respuesta, por fin se salió con la suya.

La directora del equipo decidió entonces que Drake quería acompañarlos porque tenía miedo de que fallara algún paso de la operación. Le explicó todo el proceso, despacio y con amabilidad, durante la hora de trayecto hasta las instalaciones. Estaban sentados juntos en la parte posterior de la furgoneta, al lado del arcón de temperatura controlada.

—La mayoría de los revivibles…, preferimos ese término al de criocadáveres…, se almacenan a temperaturas de nitrógeno líquido. Eso es, aproximadamente, doscientos grados Celsius bajo cero. No cabe duda de que es lo bastante frío. Pero sigue siendo unos setenta y cinco grados por encima del cero absoluto. Todos los procesos biológicos mensurables se vuelven imperceptibles mucho antes de eso. Sin embargo, siguen produciéndose algunas reacciones químicas. Las leyes de la estadística garantizan que unos cuantos átomos retendrán la energía necesaria para inducir cambios biológicos. Y la mente y la memoria son dos cosas muy delicadas. De modo que para aquellas personas a las que eso les preocupe, ponemos a su disposición una versión deluxe. Esa es la que usted ha contratado. Su esposa será restaurada en temperaturas de helio líquido, tan solo unos pocos grados por encima del cero absoluto. Eso es extremadamente seguro. Con ese frío, las posibilidades de cambio, tanto físico como mental, se reducen al máximo.

Y el precio, aunque pasó por alto ese detalle, se disparaba. Pero el precio ni siquiera era una variable a tener en cuenta desde el punto de vista de Drake. Cuando llegaron a las instalaciones de Segunda Oportunidad se quedó en las inmediaciones de la sala de preparación, haciendo caso omiso de todas las sugerencias para que esperara fuera; y observó con mucha atención.

Los miembros del equipo se volvieron más comprensivos. Ahora estaban convencidos de que, sencillamente, le aterraba que se pudiera cometer algún error. Le permitieron presenciarlo todo y respondieron a todas sus preguntas. Tuvo cuidado de no preguntar nada que pudiera parecer demasiado clínico y desapasionado. Lo que más quería era ver, saber de primera mano qué era lo que se hacía, y en qué orden.

Transcurridos los primeros minutos, de todos modos, no había gran cosa que ver. Sabía que todas las cavidades respiratorias del cuerpo de Ana se habían llenado de una solución neutra, y que habían reemplazado su sangre por anticristaloides. Pero luego la trasladaron a la cámara de presurización sin fisuras. Allí mantuvieron el cuerpo tres grados por encima del punto de congelación, en tanto se aumentaba lentamente la presión hasta las cinco mil atmósferas. Una vez hecho esto, comenzó el descenso de la temperatura.

—Allá por los ochenta y los noventa, no tenían ni idea de esta técnica. —La directora del equipo seguía hablando con Drake, quizá con la idea de que podría ayudarle a sentirse más relajado—. Practicaban la congelación a presión atmosférica. Se formaban cristales de hielo dentro de las células al descender la temperatura, y la descongelación era un verdadero estropicio. Así era imposible recuperar la consciencia.

Dedicó una sonrisa tranquilizadora a Drake, que no se sintió tranquilizado en absoluto. Así que allá por los ochenta y los noventa no tenían ni idea de lo que hacían. ¿Dirían dentro de veinte años que la gente no sabía lo que se hacía ahora? Pero no tenía otra alternativa. No podía esperar veinte años, ni siquiera otras veinte horas.

—El método moderno difiere bastante —prosiguió la mujer—. Aprovechamos el hecho de que el hielo puede existir en muchas formas sólidas distintas. El hielo es un asunto delicado, mucho más de lo que se piensa la gente. Si se eleva la presión hasta las tres mil atmósferas, y se baja la temperatura a continuación, el agua permanecerá en estado líquido hasta los veinte grados Celsius bajo cero, aproximadamente. Y cuando cambie finalmente a estado sólido, no lo hará en la familiar forma de hielo, lo que generalmente se llama la fase 1. Se convertirá, en cambio, en algo llamado fase 3. A partir de ahí se reduce la temperatura, manteniendo constante la presión, y alrededor de los veinticinco grados bajo cero cambiará a otra forma, la fase 2. Y permanecerá así mientras se disminuye todavía más la temperatura. Si se alcanzan las cinco mil atmósferas de presión…, eso es lo que estamos haciendo aquí…, antes de disminuir la temperatura, el agua se congela alrededor de los cinco grados bajo cero y adopta otra forma, la fase 5. El truco para evitar problemas de ruptura celular, llegado el punto de congelación, consiste en inyectar anticristaloides, que ayudan a inhibir la formación de cristales, y luego mediante la correcta combinación de temperaturas y presiones se alcanza el cero absoluto, pasando por las fases 5, 3 y 2.

»Eso es lo que estamos haciendo ahora. Pero no espere usted ver gran cosa aparte de las lecturas de los diales. Por razones obvias, la cámara de presión se construye sin juntas ni puertos de observación. No se obtienen presiones de cinco mil atmósferas, ni siquiera en las simas oceánicas más profundas. Afortunadamente, una vez establecida la temperatura por debajo de un cien absoluto, se puede reducir la presión a una atmósfera; de lo contrario, el almacenamiento de revivibles sería impracticable. Así las cosas, tenemos varios miles almacenados en las matrices de Segunda Oportunidad. Cada uno de ellos está pulcramente etiquetado y a la espera de la resurrección. Esta se producirá en cuanto alguien descubra cómo practicar el deshielo.

Miró a Drake de soslayo, consciente de que su último comentario quizá no hubiera sido muy afortunado. La postura oficial de Segunda Oportunidad era que todo el mundo era revivible, y que la organización controlaba plenamente toda la tecnología necesaria. A su debido tiempo todo el mundo sería revivido.

Drake asintió sin expresión. Había estudiado el asunto con todo detalle, y nada de lo que acababa de decirle la mujer era nuevo para él. En su opinión, sería igual de complicado revivir los primeros criocadáveres que conseguir que la momia de Tutankamon se levantara y volviera a caminar. Los habían congelado siguiendo un procedimiento equivocado, y los tenían almacenados a una temperatura demasiado alta.