»Y otro detalle, puede que obvio: el adulto, debido a su tamaño, crece, vive y muere en un mismo planeta. Ningún Shiva adulto puede viajar a otro mundo.
»Pero cuando alcanzan todo su tamaño, los adultos pueden enviar otro tipo de progenie al espacio. Esto es un misterio…, el mecanismo de propagación no es algo tan simple como la dehiscencia, una proyección explosiva de semillas. No obstante, emplearemos esa analogía y llamaremos a esta etapa semilla de Shiva. La semilla es diminuta y ligera, en nada parecida al guerrero, y una vez en el espacio su movimiento se ve asistido por dos factores: la presión de la radiación, que la impulsa lejos del planeta original, y el campo magnético galáctico. En principio, las semillas podrían haberse propagado tan solo a otras partes de su mundo natal; pero hace miles de millones de años se convirtieron en viajeras interplanetarias e interestelares; con el tiempo, en intergalácticas. No sabemos dónde se originó el Shiva, pero no fue en nuestra galaxia.
»La semilla de Shiva es increíblemente resistente y longeva, capaz de sobrevivir en entornos extremos y a varios millones de años de viaje espacial. Este es otro misterio aún sin explicación: el movimiento de la semilla no es aleatorio, sino que apunta preferentemente hacia otros sistemas estelares. En las etapas finales, eso implica movimiento contra la presión de la radiación.
»Muchas semillas de Shiva deben acabar sus vidas en planetas estériles, o quemarse al caer en estrellas; pero hay un gigantesco número de ellas. Una pequeña fracción encontrará un mundo y traspasará su atmósfera hasta llegar a una superficie donde poder transformarse en la siguiente etapa del ciclo vital.
»Esta fase es la que llamamos obrero, aunque la analogía con los insectos gregarios de la Tierra no debería ir demasiado lejos. Lo mismo podríamos llamarlo cambiador o preparador. El obrero, igual que el adulto, es una forma sésil incapaz de moverse. Es la entidad parecida a una planta que vimos hace tiempo en Lukoris. Al igual que las semillas, es resistente y robusta. Los obreros medran en mundos que acabarían rápidamente con un adulto. También se propagan como las plantas, y lo hacen muy deprisa.
»Hemos discutido sobre si debería considerarse que la forma madura del Shiva es el obrero o el adulto, para decidir al final que la cuestión es irrelevante. Como ocurre con los criptógamos, los helechos de la Tierra, estas dos formas, son fases maduras alternas de un complejo ciclo vital.
»Mucho más importante, desde el punto de vista humano, es la otra función del obrero. Es capaz, mediante una combinación de campos generados y difusión química, de afectar a la conducta de los animales nativos de un planeta. Según tú, solo los seres inteligentes podían verse afectados por el Shiva, puesto que solo ellos pueden considerar una realidad alternativa. Por consiguiente, era natural concluir que la forma obrera del Shiva debía de ser inteligente.
»Ahora creemos que esas deducciones son falsas. En nuestra galaxia, antes de la difusión de la humanidad, se desarrolló la vida en mil millones de mundos. Solo cinco de esa inmensa multitud de formas alcanzaron conciencia de sí mismas. Una forma de vida que dependiera de la presencia de inteligencia en cada planeta al que llegara estaría sin duda condenada al fracaso. Es más, el obrero no es inteligente de por sí, de modo que desconoce el concepto de inteligencia. Incapaz de moverse, debe lograr su objetivo como sea sin abandonar su sitio. Dicho objetivo es sencillo: el planeta debe cambiar de su estado inicial a uno en el que se pueda desarrollar un Shiva adulto. Entonces, y no antes, avanzará el obrero a su segunda forma de reproducción para generar, no más obreros, sino nuevos adultos. Estos, a su vez crecerán, madurarán y permitirán que el Shiva llegue a nuevos mundos.
»Los obreros utilizan las formas de vida nativas de un mundo como agentes inconscientes del cambio planetario. Su reproducción, su número y sus pautas de conducta se alteran bajo el control de los obreros, para adecuar el mundo al Shiva adulto. Algunas especies nativas se extinguirán. Otras medrarán, otras evolucionarán a otras formas. Cuando el planeta esté preparado, los adultos empezarán a crecer. Los obreros desaparecen. El ciclo vital comienza de nuevo.
Milton se quedó callado. La cabeza de alambre empezó a temblar más violentamente que nunca.
—Eso es estupendo. —Drake se preguntó qué era lo que no le habían contado—. Una vez se comprende algo, resulta mucho más fácil detenerlo. Los Shiva son vulnerables. Podemos destruir sus semillas cuando lleguen a un planeta, o eliminar a los obreros en cuanto aparezcan las plantas. Si te he entendido bien, los humanos no sufren ningún cambio en su percepción de la realidad hasta que comienzan a actuar los obreros.
—Correcto.
—Entonces, en marcha. Tenemos mucho trabajo por delante.
Milton siguió callado. Por fin, fue Tom Lambert el que dijo:
—Un montón de trabajo. Pero antes tenemos que tratar otros asuntos. Para empezar, hemos pensado siempre que el Shiva era malvado… un destructor premeditado y calculador. Eso no es cierto. En sus actos no hay malicia implícita, ningún plan orientado hacia la destrucción. El cambio de las percepciones humanas, incluso hacer que las colonias emplearan contra nosotros las defensas que instalamos, fue un accidente. Creemos que la forma adulta del Shiva posee algún tipo de inteligencia y conciencia de sí, pero los obreros no. Simplemente hacían lo que hacen todas las formas de vida, intentar asegurar su propia supervivencia y propagación. En el caso de los humanos, la propagación del Shiva requería la aceptación de una realidad falsa que justificara nuestras acciones.
—Y que, tarde o temprano, condujera a la muerte de la humanidad.
—Cierto. Pero ahora que sabemos lo que ocurre, podríamos encontrar muchas maneras de detener al Shiva. Me refiero a formas pacíficas. Nada de destrucción masiva de nuestro planeta o el suyo; nada de cortafuegos que devasten arcos enteros de la galaxia; nada de cesuras que proyecten naves e inteligencias y mundos más allá de los límites del espacio y el tiempo. Y no habrá necesidad de determinadas otras cosas.
Y Drake, por fin, comprendió lo que se resistían a decirle directamente.
—Te refieres a que ya no habrá más necesidad de mí.
—Sí. El servicio que nos has prestado es inconmensurable. Estamos eternamente en deuda contigo. Cuando pensábamos que el Shiva era malvado y que intentaba destruirnos deliberadamente, tu presencia, tu coraje y tu forma de pensar eran absolutamente esenciales. Ahora no. Naturalmente, no quisiéramos sugerir que debas, o debamos, hacer nada de inmediato. Aún quedan muchas, muchísimas incógnitas y dificultades en potencia. Esperamos que nos ayudes a resolverlas. Pero en última instancia pensamos que eres un obstáculo en el camino que nos lleve a encontrar respuestas pacíficas. Estás demasiado imbuido de guerra, demasiado a favor de los rigores del combate. —Tom Lambert agachó la cabeza—. Lo siento, Drake.
—No pasa nada. —No tenía sentido explicar que él no era agresivo, que sus instintos siempre habían sido pacíficos. No lo comprenderían. Había ejercido de comandante en jefe durante muchos cientos de millones de años. Por lo que a los compuestos respectaba, se había conjurado un Drake militante de la nada electrónica para librar una batalla, para librar al universo de la amenaza del Shiva. Y una vez superada la crisis, la utilidad de Drake quedaba en entredicho. Peor que eso; era una lacra, un foco de violencia, un recordatorio de la antigua y cruel historia de la humanidad.
»No me necesitáis ahora que el problema se ha resuelto y la guerra toca a su fin, ¿verdad? Lo entiendo, Tom. Todo esto ya ha pasado antes.