– Eh, Rook, no quiero pecar de exceso de formalidad, pero todavía no me has dicho que sí.
Se la quedó mirando con expresión tímida y ella notó que todavía estaba un poco nervioso. Le pareció muy buena señal.
No podían solucionarlo todo en una sola conversación, pero aquella noche no le importaba. Todavía se querían. No podían saber qué les depararían los meses y los años venideros, o si sus planes tendrían éxito, pero Brooke estaba segura (completamente segura, por primera vez en muchísimo tiempo) de que quería intentarlo.
– Te quiero, Julian Alter -dijo, con las manos de él entre las suyas-. Y sí, quiero volver a casarme contigo. Sí, sí, sí…
Agradecimientos
Ante todo, quiero dar las gracias a mi agente, Sloan Harris. Tengo una deuda eterna con él, por su apoyo incansable, sus valiosos consejos y la calma y sensatez con que maneja todas las situaciones que le planteo. Cada día me despierto y me siento agradecida por tener a Sloan de mi parte. También admiro profundamente la habilidad que tiene para intercalar la palabra kabuki en casi todas las conversaciones.
También quiero dar las gracias a mi particular dream team editorial. Por orden de aparición: Marysue Rucci, Lynne Drew y Greer Hendricks. Todos los autores deberían saber lo que significa beneficiarse de los consejos y opiniones de personas tan brillantes y competentes. Le mando un abrazo especial a Lynne, por su viaje al otro lado del Atlántico y siempre más allá (¿tradición anual?).
Doy las gracias a Judith Curr, que contagia energía y entusiasmo, y a David Rosenthal, por creer siempre en mí (seguramente detesta la frase «por creer siempre en mí»). También agradezco muchísimo a todo el personal de Atria, en particular a Carolyn Reidy, Chris Lloreda, Jeanne Lee, Lisa Sciambra, Mellony Torres, Sarah Cantin, Lisa Keim, Nancy Inglis, Kimberly Goldstein, Aja Pollock, Rachel Bostic, Natalie White, Craig Dean y todo el departamento de ventas. ¡Me encanta formar parte de la familia!
Betsy Robbins, Vivienne Schuster, Alice Moss, Kate Burke, Cathy Gleason, Sophie Baker, Kyle White y Ludmilla Suvorova: ¡gracias! Os adoro a todas. Agradezco especialmente a Kristyn Keene por asesorarme en todo, desde el desarrollo de la trama hasta los zapatos de tacón. ¡Siempre tienes razón, Kristyn! Un abrazo a Cara Weisberger, por las fantásticas sesiones de devanarnos los sesos buscando ideas. Gracias a Damian Benders, por iluminarme sobre la industria discográfica, y a Victoria Stein, por educarme en todo lo relacionado con la nutrición. Todos los errores que se hayan colado son enteramente míos.
Quiero dar las gracias también a mi increíble familia: mamá, papá, Dana, Seth, abuela, abuelo, Bernie, Judy, Jonathan, Brian, Lindsey, Dave, Allison, Jackie y Mel, por aguantar interminables horas de cháchara sobre este libro, y por hacerlo con tanto amor y espíritu de apoyo. Nanny, sé que estás leyendo esto en algún lugar y quiero decirte que te echo mucho de menos.
Por último, siento un agradecimiento enorme para Mike, mi marido. Sin él, no existiría esta novela (ni tampoco mi cordura). Hablábamos de los personajes en el desayuno, de la trama en el almuerzo y de la estructura en la cena, y no sólo se abstuvo de amenazarme con el divorcio, sino que me hizo reír a cada paso del camino. MC, te quiero.
Lauren Weisberger
Lauren nació el 28 de marzo de 1977, en Scranton, Pennsylvania. Cuatro años más tarde nació su hermana Dana. Su familia se transladó a Allentown, Pennsylvania, cuando tenía once años. En la escuela secundaria de Parkland, Lauren participó en todo tipo de proyectos, actividades, y organizaciones con el único propósito de rellenar su solicitud de la universidad, aunque solamente disfrutó jugando al tenis. Una vez matriculada en la Universidad de Cornell, terminó con todos los proyectos extracurriculares y enfocó su energía en afianzar su personalidad y salir con chicos de las hermandades. Después de graduarse en 1999, Lauren viajó por toda Europa, Israel, Egipto, Jordan, Thailandia, India, Nepal, y Hong Kong. Llevaba sólo una mochila pequeña y se movía por diversos lugares enriquecienddo sus experiencias culturales.
Cuando regresó a EE.UU. se mudó a Manhattan y trabajó como ayudante del Editor-jefe de Vogue, Anna Wintour. Llegó a ser muy eficiente con el lenguaje y se transladó a la revista Departures donde escribía una reseña de 100 palabras y tomaba clases nocturas de escritura.
Su primera novela El diablo viste de Prada, que inicialmente se llamó Writer's Voice, fue publicada en Abril de 2003, y se mantuvo seis meses en las listas de bestsellers de New York Times; ha sido vendida en 31 paises. Fox realizó una película interpretada por Meryl Streep y Anne Hathaway. Laurel intervino durante medio segundo en la película, incluso a ella misma le cuesta localizarse despues de verla varias veces.
Su segunda novela Everyone Worth Knowing, fue publicada en Octubre del 2005 y también estuvo en las listas del New York Times.
Actualmente vive en Nueva York y trabaja en su tercera novela (o al menos así piensa su editor).
Acepta cualquier pensamiento, sugerencia, títulos o caracteres y promete utilizar esas ideas como si fuesen suyas propias.