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A Gailet le resultó fácil zambullirse en aquel fluido de información y beber de la fuente de la sabiduría. Su receptáculo de datos personal se llenó de notas y referencias. Rápidamente perdió la noción del paso del tiempo.

Sobre el escritorio apareció comida sin que Gailet se diese cuenta de cómo había llegado hasta allí. También podía utilizar un recinto cercano para sus otras necesidades, cuando la llamada de la naturaleza se hacía demasiado insistente para ignorarla.

Durante ciertos períodos de la historia galáctica, las Ceremonias de Elevación fueron puramente rituales. Las especies tutoras se hacían responsables declarando que sus pupilos eran adecuados, y su palabra era simplemente aceptada. Ha habido otras épocas, sin embargo, en las que el papel del Instituto de Elevación ha sido más importante. Así fue, por ejemplo, durante la meritocracia sumubulum, en que el proceso completo estuvo en todos los casos bajo la supervisión del Instituto.

La presente era está a mitad de camino entre esos dos extremos; con la responsabilidad de los tutores pero con una intermediación que implica al Instituto. La participación de este último se ha incrementado al producirse una serie de fracasos en la Elevación, hace cuarenta o sesenta mil UAG[5] que tuvieron como consecuencia unos graves y vergonzosos holocaustos (Ref.: gl’kahest, bururalli, sstienn, MuhurnS). Hoy en día, el tutor de un pupilo no puede responsabilizarse por sí solo de la evolución de éste. Debe permitir una constante observación por parte del Consorte de Etapa y el Instituto de Elevación.

Las Ceremonias de Elevación son en la actualidad algo más que celebraciones rutinarias. Tienen dos objetivos principales. Primero, permiten que los representantes de la raza pupila sean examinados, bajo rigurosas y difíciles circunstancias, para que el Instituto compruebe si la raza está preparada para asumir los derechos y deberes correspondientes a la siguiente etapa. Además, la ceremonia permite a la raza pupila escoger un nuevo consorte para la etapa siguiente, con el fin de que lo controle y, si es necesario, intervenga en su favor.

Los criterios utilizados en los exámenes dependen del nivel de evolución que ha alcanzado la raza pupila. Entre otros factores importantes destacan el tipo de fagocidad (vg. carnívoro, herbívoro, autofágico o ergogénico), la modalidad de movimiento (vg. bípedo o cuadrúpedo, anfibio, reptador o sésil), la técnica mental (vg. asociativa, extrapolativa, intuitiva, holográfica o nulitaíiva)…

Despacio, Gailet fue abriéndose camino entre aquella visión general. Era una tarea ardua y laboriosa. Aquella sección de la Biblioteca iba a necesitar algunos dispositivos de traducción para que cualquier chimp común de Puerto Helenia pudiese tener acceso a aquel vasto almacén de conocimientos. Eso en el caso de que los chimps Fulano y Mengano llegasen a tener tal oportunidad.

Y sin embargo, era un edificio maravilloso; mucho, mucho más grande que la pequeña sección que habían tenido antes. Y, a diferencia de lo que sucedía en La Paz, no había constantes empellones ni las prisas de cientos o miles de fanáticos estudiantes que agitaran en el aire papeletas de prioridad y se pelearan por tener acceso a la información. Gailet se sentía como si pudiera quedarse en aquel lugar durante meses y años, sin dejar de beber de las fuentes del conocimiento hasta que éste rezumase por sus mismísimos poros.

Por ejemplo, había una referencia de las disposiciones especiales que se habían adoptado para permitir el proceso de Elevación entre las culturas mecánicas. Y había también un breve y tentador párrafo sobre una raza de respiradores de hidrógeno que se había separado de esa misteriosa civilización paralela y había solicitado su admisión en la sociedad galáctica. Deseó haber podido seguir en aquellas y otras fascinantes direcciones, pero Gailet sabía que, simplemente, no tenía tiempo. Hubo de concentrarse en las normas que regían las ceremonias de los pupilos de segunda etapa, bípedos, omnívoros, de sangre caliente y con facultades mentales diversas, y aún así le supuso una lista de lectura larguísima.

Limítala, pensó. Así que intentó centrarse en las ceremonias que tenían lugar bajo situaciones delicadas o en tiempo de guerra. Incluso con estas limitaciones le pareció una cantidad de información apabullante. ¡Todo era tan complicado! Se desesperaba al comprobar cuan ignorantes podían llegar a ser su raza y su clan.

tanto si anticipadamente se llega o no a un acuerdo de coparticipación, puede y debe ser verificado por los Institutos de un modo que tenga en cuenta los métodos de adjudicación considerados tradicionales por los dos o más grupos implicados…

Gailet no recordaba haberse dormido en su asiento, pero durante un rato éste se convirtió en una balsa que flotaba sobre un mar opaco y que se balanceaba al ritmo de su respiración. Al cabo de poco, pareció estar envuelta en brumas que se aglutinaban en un paisaje de sueño en blanco y negro, lleno de formas vagamente amenazadoras. Vio imágenes contorsionadas de seres muertos: sus padres y el pobre Max.

—Mmm, mmm, no —murmuró. Y luego, de pronto, se agitó convulsivamente—. ¡No! —gritó.

Empezó a despertarse, a salir de su estado de somnolencia. Sus ojos parpadeaban, con pedazos de sueño adheridos aún a los párpados. Un gubru parecía flotar sobre su cabeza, sosteniendo un misterioso aparato como los que habían utilizado para examinarla junto con Fiben; pero cuando el pajaroide pulsó un botón de su máquina, la imagen ondeó y desapareció. Ella se echó hacia atrás y la figura del gubru se unió a las demás de su inquieto sueño.

El estado de ensoñación terminó, y su respiración se hizo más lenta a medida que pasaba a la fase de sueño profundo.

Se despertó poco después, cuando notó una mano que le acariciaba la pierna suavemente. Luego la agarró por el tobillo y empezó a tirar con fuerza.

A Gailet se le aceleró la respiración mientras se incorporaba, antes incluso de poder abrir los ojos y enfocarlos. Su corazón también latía más deprisa. Su visión se hizo más clara y pudo ver a un chimp muy grande agachado junto a ella. Tenía la mano puesta sobre su pierna y pudo reconocer al instante su sonrisa. El bigote engominado en forma de manillar de bicicleta era sólo uno de los muchos atributos que ella había llegado a detestar.

Como había sido despertada de una forma tan repentina, necesitó unos segundos para recuperar el habla.

—¿Qué… qué estás haciendo aquí? —le preguntó con aspereza, apartando la pierna.

—¿Ésta es tu forma de saludar a alguien como yo, tan importante para ti? —Puño de Hierro parecía divertido.

—Tú sirves muy bien a tu propósito —admitió ella—. ¡Como mal ejemplo! —Gailet se restregó los ojos y se sentó—. No has contestado a mi pregunta. ¿Por qué me molestas? Tus incompetentes margis ya no están encargados de custodiar a nadie.

La expresión del chimp se agrió sólo ligeramente. Era obvio que estaba satisfecho por algo.

—Oh, es que pensé que tenía que venir a la Biblioteca a estudiar un poco, igual que tú.

—¿Tu, estudiar? ¿Aquí? —Gailet rió—. He tenido incluso que pedir un permiso especial al Suzerano para que me lo permita. Se supone que tú….

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5

UAG = Unidad de Años Galácticos (aprox. catorce meses terrestres)