Se sabe o se supone que la fortaleza tiene barracones para albergar a los caballeros; en edificios levantados fuera del complejo viven sirvientes, esclavos y también trabajadores; hay almacenes, un baluarte donde se guardan las riquezas de la Orden, establos para los caballos, un gran patio, una enfermería, varios bastiones con atalayas, y, en el centro de la construcción principal, el Templo de Takhisis. Una enorme muralla, que parece haber sido construida de la misma roca del islote sobre el que se alza la fortaleza, rodea y protege ésta.
Además, el Cónclave de Hechiceros especula que los Caballeros de la Espina tienen su propia Torre de la Alta Hechicería localizada en esa isla. Allí estarían almacenados todos los libros, pergaminos y demás artefactos mágicos, muchos de los cuales son sin duda creaciones nuevas de los Caballeros de la Espina. El Cónclave sospecha que los caballeros han empleado muchas horas de investigación para el desarrollo de armas mágicas de inmenso y destructivo poder.
Los Caballeros de Takhisis no están confinados en esta fortaleza. Ya hay grupos destacados en Ansalon. En secreto —ocultándose incluso de otras fuerzas de la Oscuridad de Krynn— los caballeros y su temible soberana se preparan discretamente para conquistar el mundo.
Lo que actualmente se sabe en Ansalon sobre los Caballeros
Veinte años después de la Guerra de la Lanza, muy pocas personas en Ansalon tienen conocimiento de la existencia de los Caballeros de Takhisis. Entre quienes tienen noticia, la mayoría se niega a creer lo que les han contado (los Caballeros de Solamnia) o simplemente están demasiado involucrados en sus propios conflictos políticos (los elfos) como para que les importe.
Resulta muy sorprendente que esa falta de información se extienda incluso a quienes podrían ser considerados leales súbditos de la diosa Takhisis (clérigos oscuros, draconianos y minotauros). Los caballeros sólo entran en contacto con alguien a quien se considere un posible candidato para el reclutamiento, y en tal caso lo hacen únicamente después de un largo período de vigilancia y evaluación. El supuesto recluta que decide unirse a la Orden desaparece, simplemente, sin que familia ni amigos vuelvan a saber de él. O ningún recluta ha rechazado jamás semejante honor o no ha sobrevivido para contarlo.
Los únicos a quienes preocupa realmente y son conscientes de la terrible amenaza que representa esta nueva fuerza emergente, son los hechiceros de Krynn, pero hasta ese conocimiento está exclusivamente limitado a los miembros del Cónclave. Todos los magos, Túnicas Blancas, Negras y Rojas, contemplan la existencia de esos hechiceros renegados con alarma.
Se especula que, de hecho, el Cónclave intentó penetrar mágicamente los confines secretos de la Torre de la Alta Hechicería de los Caballeros de la Espina. Corre el rumor de que ese intento no sólo se repelió fácilmente, sino que tuvo consecuencias casi desastrosas para los miembros del Cónclave.
Todos los miembros del Cónclave, y en particular Dalamar el Oscuro, Señor de la Torre de la Alta Hechicería de Palanthas, buscan ávidamente información sobre los Caballeros de Takhisis en general y de los Túnicas Grises o Caballeros de la Espina en particular.
El resto de los pueblos de Ansalon se encuentran demasiado ocupados peleando y luchando los unos contra los otros para prestar atención a los mortíferos lirios que se han plantado y que ahora empiezan a crecer en sus propios jardines.