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Quentin Clark es un personaje de ficción, pero en él vive algo de los puntos de vista y las palabras de unos pocos lectores que fueron devotos de Poe cuando la cotización literaria de este autor estaba infravalorada y su moral y carácter a menudo eran vilipendiados. Las principales fuentes para Quentin y su relación con Poe son George Evelet y Phillip Pendleton Cooke: ambos intercambiaron cartas con Poe. Muchos de los personajes que tienen que ver con Poe y su muerte, incluidos el guardián George Spence, Neilson Poe, Henry Herring, Henry Reynolds, el doctor John Moran, Benson, de los Shockoe HUÍ Sons of Temperance, y el doctor Snodgrass son reales, y sus descripciones están basadas en sus figuras históricas. Reflejan las diferentes tendencias morales y literarias que siguen configurando hasta nuestros días los acontecimientos en torno a la muerte de Poe.

Durante más de un siglo ha habido intentos de identificar al Dupin «real» que inspiró los cuentos de misterio de Poe. Auguste Duponte y el barón Dupin son ficticios, pero toman forma a partir de la amplia variedad de candidatos a ser «Dupin» que han sido descubiertos. Esta larga lista incluye a un tutor francés llamado C. Auguste Dubouchet y a un prominente abogado, André-Marie-Jean-Jacques Dupin.

Aunque muchas personas han investigado obsesivamente la muerte de Poe intentando resolver sus misterios, la que lleva a cabo Quentin es ficticia. No obstante, sus acciones y algunos descubrimientos concretos recogen los de los primeros investigadores aficionados, que precedieron en décadas a los eruditos y teóricos que más tarde se ocuparon del tema. Maria Clemm, Neilson Poe y el señor Benson se dedicaron calladamente a reunir información inmediatamente después de la muerte de Poe, cuando las huellas de sus días finales aún podían hallarse por doquier.

Agradecimientos

Este libro debe mucho a cuatro personas: en primer lugar a mi agente literaria y amiga, Suzanne Gluck, brillante e inspiradora en cada etapa; y a Gina Centrello, de Random House, y a mis editores Jon Karp y Jennifer Hershey por su visión, su pasión y su fe.

Colaboraron en todas las facetas del proceso unos excelentes profesionales de la edición en mi agencia literaria y en las editoriales. En la agencia William Morris, Jon Baker, Georgia Cool, Raffaella De Angelis, Alice Ellerby, Michelle Feehan, Tracy Fisher, Candace Finn, Eugenie Furniss, Alicia Gordon, Yael Katz, Shana Kelly, Rowan Lawton, Erin Malone, Andy McNicol, Emily Nurkin y Bari Zibrack. En Random House, Avideh Bashirrad, Kate Blum, Sanyu Dillon, Benjamin Dreyer, Richard Elman, Megan Fishmann, Laura Ford, Jonathan Jao, Jennifer Jones, Vincent La Scala, Libby McGuire, Gene Mydlowski, Grant Neumann, Jack Perry, Tom Perry, Jillian Quint, Carol Schneider, Judy Sternlight (en la Modern Library), Beck Stvan, Simón Sullivan, Bonnie Thompson y Jane von Mehren. Me han brindado apoyo y observaciones perspicaces Chris Lynch de Simón & Schuster Audio, Stuart Williams y Jason Arthur de Harvill Secker UK, Elena Ramírez de Seix Barral y Francesca Cristoffanini de Rizzoli.

Gracias a los que han contribuido a que este libro avanzara, mediante lecturas y refuerzo. Incluyen, como siempre, a mi familia; mis padres, Susan y Warren Pearl, y mi hermano, Ian Pearl; así como a Benjamin Cavell, Joseph Gangemi, Julia Green, Anna Guillemin, Gene Koo, Julie Park, Cynthia Posillico, Gustavo Turner y Scott Weinger; y Tobey Wiggins, que me infundió un increíble estímulo y apoyo.

Gracias adicionales: a los archiveros y bibliotecarios de la Boston Public Library, Harvard University, Iowa University, Duke University, Maryland Historical Society, Enoch Pratt Public Library de Baltimore, Johns Hopkins University, New York Public Library, Library of Virginia y University of Virginia. También por la generosa ayuda en relación con Poe y con áreas concretas de la vida y la cultura del siglo XIX: Ralph Clayton, doctor John Emsley, Allan Holtzman, Jeffrey Meyers, Scott Peeples, Edward Papenfuse, Jeff Savoye, Kenneth Silverman y la doctora Katherine Watson.

Debo reconocimiento a las generaciones de eruditos que han reunido nuestro actual conocimiento sobre la vida de Poe, incluido el excepcional Burton Pollin (el primero que anunció la aparición, mencionada en esta novela, de las iniciales «E. S. T. G.» en The Broadway Journal). Una nota de elogio para la página web de la Edgar Allan Poe Society de Baltimore (eapoe.org), creada por Jeff Savoye, que debería marcar la pauta para todos los recursos literarios en internet. Finalmente, gracias a los responsables y socios de las casas y museos de Poe en Baltimore, Fordham, Filadelfia y Richmond, así como del cementerio de Westminster, en Baltimore, por mantener la historia de Poe como una experiencia viva y brindarnos la oportunidad de visitarla.

Matthew Pearl

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