Aquí me detengo. Si no quieres seguirme, lector, no puedo culparte. El camino no es fácil.
Apéndice — Nota sobre la traducción
Al traducir este libro —originalmente compuesto en una lengua que no ha cobrado todavía existencia— al inglés, podría haberme ahorrado no poco trabajo recurriendo a términos inventados; en ningún caso lo he hecho. Por tanto, en muchas ocasiones me he visto forzado a reemplazar conceptos todavía no descubiertos por sus equivalentes más próximos del siglo veinte. Palabras como peltasta, andrógino y exultante son sustituciones de esta especie. Metal se emplea de ordinario, pero no siempre, para designar una sustancia de la clase que la palabra sugiere a las mentes contemporáneas.
Cuando el manuscrito se refiere a especies animales que resultan de la manipulación biogenética o la importación de ejemplares extrasolares, el nombre ha sido reemplazado por el de especies similares extinguidas. (A decir verdad, Severian parece pensar a veces que una especie extinguida ha sido recuperada.) La naturaleza de los animales de montura y de tiro no está siempre clara en el original. Siento escrúpulos de llamar a estas criaturas caballos, pues estoy seguro de que la palabra no es estrictamente correcta. Los «caballos de guerra» de El libro del Sol Nuevo, son sin duda mucho más veloces y resistentes que los animales que conocemos, y la rapidez de los utilizados con fines militares parece permitir ataques de caballería contra enemigos provistos de armamento de alta energía.
El latín se emplea una o dos veces para indicar que las inscripciones, y otras cosas por el estilo, están en una lengua que Severian parece considerar anticuada. Cuál puede haber sido la verdadera lengua, no lo sé. A todos los que me han precedido en el estudio del mundo posthistórico, y particularmente a los coleccionistas —demasiado numerosos para nombrarlos aquí— que me han permitido examinar los artefactos que han sobrevivido a tantos siglos de futuridad, en especial a los que me han permitido visitar y fotografiar los edificios todavía en pie, les estoy sinceramente agradecido.
Gene Wolfe