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Toto, no vengas, que tengo que ir con la Paquita sola, nada de novios, no, no vamos a buscar novios, anda a practicar con la bicicleta que todavía no aprendiste, hace tres meses que tenés la bicicleta. Siempre se nos quiere pegar, cuando no estoy yo la Paquita le hace caso todo el día, a cada rato se le aparece el Toto. Él junta los anuncios de los estrenos de cintas y los tiene colocados por orden y el día que el compañero de banco se vengó porque el Toto no quería decirle dónde estaba escondido el revólver, le tiró todos los papeles que son como mil, que los colecciona desde primer grado, y se los revolvió todos. Y yo creía que el Toto iba a agarrar la botella rota del agua para la acuarela y se la clavaba al otro, pero no íe importó porque se acordaba de cuál venía primero y segundo y tercero de los papeles y así los ordenó todos de nuevo. Y papi dijo que el Toto tenía mucha memoria, más que yo, y no voy a estar jugando con esos papeles y pintando las caras de las artistas que salen en el diario sin color. Pero no aprende a andar en bicicleta, Berto se la compró y no alcanza a subir sin caerse porque es muy alta para él, pero el compañero de banco no tiene ni un juguete, alguno viejo del Toto viene desde la casa a media legua, toma el envión y sube a la bicicleta. Papi dice que yo no tengo facilidad para el dibujo pero me aburro dibujando toda la tarde. La Paquita también se aburre, y va todos los días lejísimo a pedirle los deberes hasta casi cerca de las vías del tren a la de Pardo, porque tiene que caminar como siete cuadras largas pero la de Pardo lo llama por el patio al de Cataldi, y viene y les cuenta todo lo que hace con la sirvienta y la Paquita me quiere llevar pero yo no lo quiero ver porque después tengo que confesarme y si mami sabe le hace mal y ese día no se levanta y se queda en cama y no puede salir a tomar el solcito que le gusta tanto. Y desde la cama me dice que haga los deberes y quiere que haga los dibujos como el Toto. El de Cataldi está en sexto. A la Paquita le gusta el instructor de natación que está siempre a la tarde en el bar, donde están los viajantes y los empleados de Banco y me mira con cara de besar, pero yo soy chica. Una sirvienta de abuelita tuvo un nene a los catorce años, yo tengo doce y cuando tenga trece si me dejo hacer eso y tengo un chico al cumplir catorce papi me da una paliza y me manda al colegio de Lincoln y la Hermana Anta me va a poner en penitencia todo el día, de mala y rabia que me tiene. La Paquita se dio un beso con el de Cataldi. Pero a la hora de la siesta es de día. A mí no me gusta, no es más alto que yo, con pantalones cortos todavía y ya tiene las piernas todas peludas. Pero la Paquita no esperó para confesarse porque había mucha gente y se fue al paseo y pasó por el bar a ver al instructor que me tiene cansada con que él también la quiere, un hombre grande. La Paqui reza por los pobres y los muertos de la guerra, y nada más. El de Cataldi le pidió un beso a la Paqui y ella dijo que sí, sí estaban delante de la Pardo. Y están ahí hablando un rato siempre, y el de Cataldi les cuenta de los muchachos grandes, qué es lo que hacen con las sirvientas, y les cuenta todo si la Paqui le muestra la cola, la de Pardo se la muestra siempre y quiere que el Cataldi le muestre a la Paqui lo que tienen los varones para que vea como sale agua cuando él se refriega. Ya lo vieron muchas veces; yo no quiero ir, después de comer vamos con papi a la plaza un rato a hacerlo practicar con la bicicleta al Toto. Y después volvemos a dormir la siesta, el Toto no se acuesta y pinta las artistas. Y si ahora lo ve el padre lo reta, pero se esconde y Mita tampoco lo ve, a lo mejor se lo contaba a Berto. Papi lo ve porque tampoco duerme la siesta y le toma examen del orden de los papelitos de los estrenos, y mientras pasa la siesta, que papi si mami no quiere ir a pasear hasta el parque no sabe qué hacer, y no va a la confitería porque si mami lo necesita para algo él está ahí cerca, mami le habla despacito desde la pieza, para que Berto no se despierte que está durmiendo con Mita pieza por medio, y si necesita una aspirina papi se la lleva y mientras no lo llama le toma examen al Toto de cuál película se estrenó primero que la otra. Y en lo de abuelita en el campo nunca duermo siesta porque no voy al colegio y me levanto tarde y a la siesta los peones me llevan con el Kuki a dar vueltas a caballo en el patio de atrás. Porque ia casa de abuelita tiene un patio que es como toda la plaza de Vallejos. Y tenemos el pesebre de las vacas y terneritos y los caballitos recién nacidos, los potrillitos del Kuki y uno mío que abuelita dice que lo vayamos a ver que está grande. Pero papi no quiere ir porque pelea con abuelito. Papi trabajaba en una imprenta en este pueblo y sacaba un diario y escribía los artículos largos y a veces versos con otro nombre, y a veces le compraban parte de esas páginas para otros diarios de pueblos grandes porque decían que escribía mejor que todos. Cuando papi era soltero. Y el Toto nunca va a misa «tu papá vendió la imprenta por culpa de tu mamá» ¿qué sabe él? yo en misa rezo mucho, todos los domingos y Mita lo deja que falte a misa, es muy chico para saber cosas de grandes «tu abuelo no quería que tu mamá se casara con tu papá, porque era pobre» y hace dos años abuelito quedó paralítico. Abuelito no puede hablar porque tiene parálisis y habla despacio, y camina con un bastón, mami dice que antes domaba los potros, antes de que tuviera el ataque. Lo hicieron enojar mucho los peones y le dio el ataque. Y mami reza siempre por abuelito y por ella no reza, para ella no pide nada, todo para que se cure abuelito. ¿Por qué lo hicieron enojar los peones? Y yo tengo que rezar por mami, que mami no se muera, que todas las mañanas al levantarse está mal, no se siente bien, y con papi llora que se va a morir y deja una criaturita sola, que soy yo. Y el Toto tendría que ir a rezar por el niño Jesús en el pesebre, para que no tenga frío, pobrecito, que los padres eran pobres y no tenían casa y no le podían comprar nada para taparlo. Yo recé un padre nuestro para el niño pero más tengo que rezar para mami, y si el Toto rezara para el niño, no haría tanto frío esa noche hasta que llegan los Reyes Magos; son doce días que el niño Jesús pasa en el frío sin nada que abrigarse. «Peor es ser lorita» me dijo el Toto, desobediente. Las loritas, les dicen loritas que son verdes como los loros, pero más chicas que un mosquito, como un mosquito recién nacido verde, que anoche yo estaba con el velador prendido a repasar las tablas y se llenó de loritas, los bichitos de la luz que viven una noche sola. Y tac-toc me golpeaban contra el cuaderno y a veces pic-pac que golpean contra la pared, que vuelan sin mirar. El Toto «viven una sola noche», y yo no podía creer, y después se tienen que morir a la fuerza, mientras está la luz prendida dan vueltas. Alrededor del velador, y cuando yo apago que empiezo a rezar y el Toto «me pongo a pensar en el fin del mundo» ¿él no reza? Cuando apago la luz las loritas se suben al cielo raso y ahí se quedan juntas y después a la mañana están todas muertas en el piso, y después la Felisa las barre y la pala está llena de loritas verdes. Yo no las espanté, que se diviertan un poco pobrecitas, que mañana están muertas, el Toto «viste pic-pac las loritas contra la pared, porque no ven, son como ciegas» y no bé cómo hacen para saber cuál es la mamá, y el Toto «deben volar juntas y no se separan, así saben cuál es la mamá y el nene» mientras dura la luz y después ya se van al techo y se quedan juntas hasta que se caen muertas, pero por suerte todas al mismo tiempo, no se mueren un día la madre y al otro día el nene que se queda solo, ¿ves que lo peor no es ser lorita? ¡mocoso! peor Jesús que sufre los clavos y ve sufrir a la Virgen María al pie de la cruz llorando por él, qué sonso sos, porque todos los días son loritas nuevas, a la noche ponen los huevos y mueren todas, y al otro día de los huevos salen las loritas nuevas… pero entonces la que pone el huevo es la madre, y se murió, «ves, Teté, quedan las loritas chiquitas solas, sin nadie que las cuide». ¿Será por eso que son tan tontas, que se dejan agarrar enseguida? no son como los mosquitos que se escapan tan bien, y el Toto «¿viste que lo peor es ser lorita…» y no saben volar, se chocan contra mi cuaderno, pero son animales, el Toto animal, que no le importa nada del niño Jesús helado en el establo y al Toto lo único que le viene es miedo del diablo en el fin del mundo. Quién sabe qué grandes estarán las perras en casa de abuelita y los cachorritos deben estar grandes. Pero anoche me porté mal y volví ajpedir una naranja. Abuelito se levantaba cuando salía el sol, y a veces cuando todavía era de noche y veía salir el sol. A mí papi me hizo un verso que decía que yo era el sol, ahora no escribe más para la imprenta, pero escribe a veces un verso para mí. Papi me quiere tanto, cuando mami se muera y después yo, pobre papi se va a quedar solo, y dijo que cuando vaya de viajante de los vinos y no me vea por muchos días se va a disfrazar de santo, como en la tapa del libro San Francisco de Asís, y así Dios se cree que es bueno. Papi no lo dice en serio porque Dios se da cuenta de todo pero disfrazado le habla a los otros santos y les pregunta cuál es