la Choli no se la podía llevar en el tren, que se fue para siempre a Buenos Aires. «La única amiga que tengo en Vallejos» y se fue. Mamá no tiene otra amiga, yo estoy cerca y la paloma come, duerme de noche en el jardín en una casita alta sin puerta. Los pajaritos se bajan a comer el pan con leche que les prepara la Felisa y muchos juntos se suben al techo y las plantas y vuelven a bajar, y cada vez se llevan un poco de pancho, pero yo tengo que mirar de lejos. Felisa, no es cierto que los gatos no van a llegar hasta la casita de la paloma? «a esta paloma no la alcanza nadie, ni los gatos ios caranchos» que mami me jure que no ¿qué son los caranchos, Felisa? «son pajarracos» ¿cómo son? «grandes, negros, coa pico de gancho» ¿grandes como qué? no, no son grandes como un gato «más o menos como un gato». ¡Mami! ¡la palomita tiene que dormir conmigo! en el jardín a la noche la casita que no tiene puerta un carancho negro, con el pico largo de gancho porque los gatos tienen la boca grande ¿le arranca las plumas con el pico de gancho antes de comerse a la palomita? No, las palomas no se dejan alcanzar, vuelan ligero, mucho más ligero que los pájaros malos que son pesados, con la barriga hinchada de comer… canarios? Cuando mami se levante de la siesta me tiene que jurar que a la palomita no la alcanza nadie, da una vuelta por acá y por allá, las serpentinas mami las tira mejor que nadie van desenroscándose y dan más vueltas que un pajarito hasta tocar el suelo, y la Ginger Rogers da una vuelta entera y por una casa grande con piso de mosaico de dibujos grandes, que todos los muebles hubo que sacarlos para que la Ginger bailara sin chocar con nada, sabe zapatear sin rayar el piso. Antes todas las cintas con ella eran cómicas el sábado vimos la más linda de la Ginger Rogers porque es de bailes y termina mal, que Fred Astaire se muere en la guerra en el avión estrellado y ella lo está esperando pero él no llega. Y hay un lío porque lo están esperando que tienen que bailar juntos en un Beneficio, y entonces ella ve que el amigo gordo le viene a anunciar una noticia mala y la mira muy triste casi llorando y ella se da cuenta, entonces se le caen las lágrimas y mira para el escenario donde no hay nadie por que Fred Astaire ya no viene porque se murió, y ella ve aparecer a ella y él transparentes, que se imagina que después de muerto siguen bailando y se van cada vez más lejos y se van naciendo chiquitos y por ahí dan vuelta detrás de unas plantas y ya no se ven más ¿dónde van, mami? «quiere decir que ella siempre lo sigue queriendo como cuando bailaban juntos, aunque ahora él esté muerto» ¿ la Ginger está triste? «no, porque es como si estuvieran juntos, ya nada los puede separar, ni la guerra, ni nada». El Héctor no es mi hermano, mamá dice que el Héctor es primo pero la madre está enferma y el Héctor vive en casa pero no juega conmigo a los cartoncitos. Yo tengo Romeo y Julieta toda dibujada en los cartoncitos, el lápiz negro para dibujar primero y después los otros de todos colores para pintar las cintas que mamá dibujó en un cartón a Romeo, en otro a Julieta, después el balcón y Romeo, que se va subiendo por la escalenta de soga y Julieta que lo está esperando, y ayer quedó dibujada toda otra cinta, la de Ginger Rogers y él que se muere, y mami me dijo que si me portaba bien y no hacía ruido a la siesta me va a hacer otra cinta, la dan este jueves y es la cinta más linda de bailes que dice mamá que vio unas fotos y es de más lujo que todas las otras. Se llama El gran Ziegfeld y por suerte este jueves mamá puede ir al cine, no va a estar de turno en la farmacia. El Héctor no quiere jugar conmigo, se sienta adelante, en las tres primeras filas del cine se sientan los chicos, y juegan que le pegan al que está sentado más adelante y el de adelante no sabe quién le pegó porque no estaba mirando y se desquita con ei otro que está atrás pero no le pegó, era el del costado: el Héctor y todos los chicos se ríen cuando los artistas cantan, uno de los chicos cuando se murió la artista con la boca se tiró un pedo. Papá no quiere que mamá esté sola, me siento con mamá que cuesta más caro en las filas de atrás. Uno de los chicos de Jardín de Infantes estaba sentado en las filas de adelante. Doce años tiene la Pocha Pérez «vení a la hora de la siesta que te dejo jugar con el pesebre» a la salida de Romeo y Julieta la Pocha, la madre y la tía estaban en la fila de atrás y mami «yo vi Romeo y Julieta en teatro en Buenos Aires» y voy a poder volver un día a la siesta solo a jugar con la Poncha porque vive en la esquina de casa y no tengo que cruzar la calle «Pocha, entretenelo al nene así podemos hablar un rato con Mita» y a la salida de Romeo y Julieta la Pocha me mostró el pesebre que lo tiene armado en el comedor «¡no se toca!» ¿no puedo tocar la vaquita? y como no tengo que cruzar la calle fui a la casa de la Pocha un día a la siesta: tiene los rulos negros atados y el vestido a florcitas verdes, tiene dos iguales, uno a florcitas verdes y otro a florcitas azules, la tía está sentada en la máquina de coser» «¿sabes una cosa, Pocha? en el cine había en la fila de adelante una viejita que lloraba» y la Pocha se ríe ¡ la Pocha es mala! «pobre la viejita, cómo llora» porque yo lloré cuando se mueren Romeo y Julieta y fui a jugar al pesebre: en el comedor está todo armado y en el jol tiene el piano y me deja tocar «no podemos jugar al pesebre ni tocar el piano porque están durmiendo la siesta, vamos a jugar que vos sos el chico y yo la maestra» ¡no! «así aprendes a contar», no Pocha, ¿cuándo me vas a prestar el pesebre? «no se desarma» después de la siesta es tarde y tengo que ir al cine con mamá «sos muy chico, no podemos jugar, a nada porque no sabés» sí, yo sé todos los juegos «sos muy chico» no, con mamá jugamos a dibujar cintas «juguemos a dormir la siesta» ¿qué hacemos? «juguemos a que yo estoy durmiendo en la azotea y estoy durmiendo tapada con una frazada pero sin bombachas puestas, Entonces vos sos un muchacho grande, y venís… y me haces una cosa» ¿qué cosa? «ese es el juego, tenés que adivinar» si adivino después vamos a jugar ial pesebre pero qué te hace el muchacho que se aparece en la azotea? Mamá bajó la vista, la cinta de asesinatos es impresionante y uno entra en una pieza oscura y detrás de la puerta está el asesino y con mami bajamos la vista porque es una cinta de miedo y antes tje la cinta larga una vez dieron una cinta corta del fondo del mar y mamá bajó la vista porque hay una planta que se mueve en el agua clarita del fondo del mar y tiene todos los pelos que flotan como serpentinas pero «¡bajá la vista!» y yo miré, fui desobediente cuando se acercaban los pescados chiquitos de todos colores y pasaban al lado de las plantas carnívoras del fondo del mar. «Jura por tu mamá que no sabés lo que hacen los muchachos grandes» te lo juro «si un muchacho se subía a la azotea mientras yo estaba dormida, me sacaba ia frazada y me cogía». ¿Qué quiere decir cogía? «es una cosa mala que no se puede hacer, se puede jugar nomás, porque si una chica lo hace está perdida, está terminada para siempre». Yo en vez de bajar la vista miré porque en el agua clarita del fondo del mar esos pelos como serpentinas que flotan se juntan de golpe y los pescaditos que van pasando por entre esos pelos quedan agarrados. «No me preguntes más porque no te lo voy a decir» la Pocha mala no me quiere decir qué le hacía el muchacho con los pelos «si no lo sabés lo que quiere decir no podemos jugar, sos muy chico» Pocha decime qué quiere decir cogía «no podemos jugar a eso, tiene que ser un muchacho grande, con pelos en el pito» y no le dije a la Pocha que yo había visto una cinta del fondo del mar con la planta llena de pelos que se come a los pescaditos de colores, Pocha, entonces podemos jugar a que yo soy la chica y vos sos el muchacho, porque yo no sé cómo se hace y así aprendo, y la Pocha «sí»: me acuesto en la alfombra como que estoy durmiendo en la azotea y la Pocha ese día tenía puesto el vestido de florcitas verdes, viene de atrás caminando despacito y quién está espiando por la puerta un poquito abierta? ¡la tía de la Pocha se está riendo de mí! con los rulos atados también y le pregunté qué quiere decir cogía. «Pocha, sos una puerca» y la tía se volvió a la cocina. «Sos muy chico para jugar conmigo» y a la Pocha no le puedo pegar porque soy más chico, que si no le cortaba los rulos con la tijera de recortar artistas y después le hacía meter en la boca los rulos duros que se los comiera. Y después le decía «Pocha, come este bombón» y lo que le dada era caca dura de perro que encontré por la calle. Porque por culpa de ella la Felisa me pegó. Si ahora no fuera la hora de la siesta podría ir a jugar al pesebre pero está la Pocha, no me quiso decir qué era «cogía». ¿Qué le hacía con los pelos? «el muchacho me mete el pito en el agujerito de la cola y no me deja ir, yo ya no me podía mover y él se aprovechaba y me "cogía".» Y que la «cogía» no me quiere decir qué es. Los pelos son los que se comen a los pescaditos en la cinta del fondo del mar. Los pelos largos primero se mueven blanditos en el agua y los pescaditos que se habían acercado? «Toto, ¡bajá la vista!» ¡ya no se ven más! porque la planta de pelos se los tragó. La chica que lo hace está perdida, está terminada para siempre, el muchacho grande viene, se acerca, ve que la Pocha duerme, le levanta despacio el vestido a florcitas verdes, ¡y la Pocha se olvidó de ponerse bombachas! y para que no se mueva el muchacho le mete el pito en el agujerito de la cola y le va pasando los pelos, que si la Pocha se queda quieta como un pescadito los pelos del chico le van comiendo todo el traste, y después la barriga, y el corazón, y las orejas, y poco a poco se la come toda. La cadenita de oro, los moños del pelo, los zapatos y las medias, el vestido a florcitas verdes y la camiseta quedan tirados en el suelo sin nada dentro. La Pocha está perdida, está terminada para siempre, no se ve nunca más. El otro vestido a florcitas azules queda colgado en el ropero. ¡Paf! la cachetada que me dio la Felisa, que nunca me pega. La lefia se está quemando en la hornalla de la cocina envuelta en papel le acerco un fósforo y se prendió fuego enseguida y se va cortando sola en pedazos de dulce de zapallo que tengo ganas de comerlos y son de fuego al revolverlos con un cuchillo los carbones de dulce se parten en pedazos más chicos y salen chispas «¡te vas a quemar!» la Felisa no quiere que revuelva la leña en la hornalla «¡te dije que te quedes quieto!» que mami estaba de turno en la farmacia y papi hacía cuentas en el escritorio y la Felisa me quitó el cuchillo «¡Felisa cara de cogía!» y la Felisa me dio una cachetada. ¡Mamá! «¿quién te enseñó esa palabra?» «señora, este chico se porta cada vez peor», «a la madre de la Pocha no le quiero decir nada, pero a la Pocha le voy a dar un buen reto», «este chico está muy desobediente, Berto», «sí, el domingo a la mañana empieza el Baby-Fútbol» ¡no quiero ir! «este chico está muy desobediente, lo voy a anotar en el Baby-Fútbol así se entretiene con los otros chicos», «todo el día acá nos saca de quicio», «no hace caso cuando se le dice algo» porque se murió tío Perico. Yo no quise ir más a Jardín de Infantes y me pust a jugar con los cartoncitos, pero no estaba jugando a la cinta del fondo del mar que se morían los pescaditos el día que se murió tío Perico «Toto, deja de jugar, hace un rato murió tío Perico» con los cartoncitos más lindos de Romeo y Julieta todos puestos en fila sobre el mosaico del jol pero papá «pobre tío Perico se murió, vení a vestirte y tenés que estar callado y no hablar fuerte ni cantar» porque mamá no puede dibujar la cinta del fondo del mar cuando bajó la vista. Tío Perico, siempre en el bar con los del campo, después de la feria de los novillos van a jugar al truco, no van nunca al cine y las plantas del fondo del mar es una lástima que se coman a los pescaditos lindos de todos colores, se tendrían que comer a los pescados malos y a los pescados viejos con cara de pulpos y de tiburones pero en los cartoncitos mamá dice que la cinta que más lujosa va a quedar es El gran Ziegfeld que por fin la van a dar el jueves. «¡Te dije que dejaras de jugar! ¿no estás triste que se murió tío Perico? sos desobediente y caprichoso, y lo peor es que veo que no querés a nadie!» No me dieron una cachetada, papá si me pone la mano encima me deshace y al chico de enfrente la madre le baja el pantalón y le da chirlos en el traste pero no lloré cuando murió tío Perico. Shirley Temple es chiquita pero es artista y es siempre buena, que la quieren todos mucho y tiene un abuelo malo de pelo largo blanco, en una cinta, y fuma en una pipa que al principio ni la mira y después la empieza a querer porque es buena. Y no dijo mentiras. Al que es desobediente no le crecen las orejas de burro, la colita crece de decir mentiras. Si al chico de enfrente se le muere el tío me parece que no le van a crecer orejas. Pero al que lo agarran los gitanos la madre no lo conoce más porque lo pintan de carbón. En el colegio está la maestra con el puntero, al que no sabe contar hasta cien le da un punterazo en cada oreja y el chico se mira al espejo para verse las orejas que crecen hasta que son orejas de burro y si le digo «maestra, cara de cogía» agarra otra vez el puntero pero ahora es para matarme y salto por la ventana que estoy enredado, a la pierna de la maestra ¡la colita larga me creció cuando dije que había ido al baño de los varones en la Intendencia! Ahora la colita está más larga que nunca y no puedo saltar ¡y ya se acerca la maestra con el puntero en la mano! Si la Felisa viene en la cocina a darme otra cachetada salto y me escapo porque no tiene puntero y yo hago tanta fuerza al dar un salto muy grande por la ventana, para no caer a la laguna del Parque Municipal y hay que tener cuidado que en el fondo puede haber plantas de cogía. Y salto… y voy casi volando… ¿detrás de la laguna está el corral del gitano y me caigo adentro? Entonces digo que soy un pescadito y me voy a caer a la pecera, glu, glu, glu grito fuerte y mamá me está buscando porque ya es la hora de ir al cine? mamá me busca y no me encuentra y va a buscarme al baño del cine, pero no estoy en el baño de las mujeres y al baño de los varones no puede entrar! pero dan una cinta linda y se queda a verla y se oyen gritos de pescaditos que llegan lejos y mamá «qué mal se porta ese pescadito, no quiere a nadie, que se murió el tío y el pescadito no lloró, se volvió a jugar». Y no grito porque se abre una puerta: el gitano entra, viene caminando despacio, agarra a una nena robada, y le pega una cachetada? le baja las bombachas y le da unos chirlos en el traste? no, el gitano es malo, se baja los pantalones y los calzoncillos, le mete el pito en la cola a la nena y cuando la pobre nena ya no se puede mover se la pasa por los pelos y poco a poco se la va comiendo toda, primero una pierna, después una mano y la otra pierna y el culito gordo. Y atada a un carro cerca de los caballos está la Shirley Temple. Pero yo no soy un pescadito malo, yo soy un pgscadito bueno y le desato la soga y la Shirley Temple se escapa. Porque yo voy a ser bueno como la Shirley. Las ventanas del colegio son muy altas pero le voy a decir a mamá que cuando salga de compras se ponga en puntas de pie y va a alcanzar a verme en la clase, tiene que pasar todos los días, se lo voy a hacer jurar a mamá, y yo le prometo que me porto bien, y a la salida me viene a buscar. El día de mi cumpleaños nos compramos una torta y después vamos al cine a ver una cinta de bailes y si me vienen ganas de hacer pis me lleva al baño de las mujeres ¡y ya dije una mentira! que fui al baño de los varones, entonces no puedo ir al baño de las mujeres, porque entonces me crece la colita y por suerte los chicos en el patio del cine pueden hacer pis y nadie les dice nada, aunque el chorrito de pis hace un hoyito en la tierra y queda el patio con algunos charcos de barro y mamá mira donde va pisando y no pone el pie en el barro y yo me pongo a hacer pis… si no está la nena grande del vestido duro que pincha… y es mala… y puede agarrar barro de los charquitos y me pinta la cara de negro… pero yo me escondo en el baño de las mujeres y la nena me alcanza y de penitencia me pone una pollerita por haberme metido en el baño de las muje