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be qué siervas, me cago en ellas! Y que hay que renunciar a toda ambición personal para pensar en el bien colectivo, todos tendrán el mismo sueldo y River señores está peligrando, señores, que Boca Juniors al son de miles de pesos moneda nacional que ofrece a Moreno, al ala-media Labruna y al win de wines Loustau trata de quitar al equipo millonario sus tres luminarias en una maniobra sin precedentes en la historia del fútbol argentino, pero el trío no se mueve, señores radioyentes y espectadores de este encuentro sensacional en la bombonera boquense, con los hinchas del equipo millonario fuertemente alarmados por la repentina enfermedad del centrojá, sustituido a último momento por un jugador desconocido para el público, y descubierto esta mañana en un potrero de la capital, sin experiencia profesional salvo pocas apariciones ante el público en un torneo infantil… y es él, es él que entrara en la cancha seguro de la victoria, con la esperanza invencible de sus escasos diecisiete abriles, y ya empieza el partido, y la pelota pasa al campo millonario, está en peligro el arco de River Plate, señores, está en peligro, y sí, señores, a apenas dos minutos de iniciado el primer tiempo… ¡goool de Boca! ¡goooool de Boca Juniors, braman las tribunas locales! Y se reinician las jugadas, con la pelota siempre en el campo millonario, y sí, señores, a apenas cuatro minutos de iniciado el segundo tiempo ¡goool de Boca Juniors, señores! cinco a cero se lee en el marcador de este clásico ya evidentemente perdido por el equipo de Núñez… Pero ¿qué ocurre? en violenta jugada Moreno pasa a Labruna, Labruna pasa a Loustau y Loustau pierde la pelota una enésima vez, ignorando la presencia del nuevo centrojá, quien ahora por primera vez en posesión de la pelota la pasa a Moreno, Moreno la devuelve al centrojá quien gambetea brillantemente al zaguero boquense y goool, ¡gooool de River Píate! gol del centrojá nuevo en una de las jugadas relámpago más emocionantes de la temporada y ya Labruna toma nuevamente la pelota, la pasa a Loustau, Loustau pasa hábilmente al centrojá y ¡gooool, gooool de River Plate! que ya empatan los dos equipos rivales, y estamos sobre la hora: en estos dos últimos minutos todo puede pasar… todo puede pasar en este campo dominado por el cuarteto más brillante de la historia del fútbol argentino… pero un jugador ha caído, Moreno ha caído lesionado, y ahora son sólo diez hombres, diez hombres cubiertos de polvo y sudor los del equipo millonario: ¿peligrará nuevamente el marcador? pero no, no señores, en brillante jugada, gambeteando a la entera delantera boquense se acerca al arco y ¡gol! gol de palomita brillantemente marcado por la revelación de todos los tiempos… ¡el centrojá jamás igualado en los anales del fútbol argentino! y seis a cinco gana el equipo, son seis goles, seis ¿quién se saca un seis? ni cinco, con cuatro me conformo, aprobado y gracias, tres cuatros me salvarían la vida y con una vez que iba al bar y le contaba cualquier cosa, que había leído El capital. Un tarrilete que se escapa, que nunca la iba a poder alcanzar a la Ñata, ¿quién tiene un cerebro como la Ñata?, y sin joda ese verano había gente que no me reconocía que ya no era más un pendejo y la Ñata me la crucé por el paseo y me miró, y ahí fue que me pareció y le pregunté al Toto y me dijo que el padre se había ido con otra mujer en el invierno y después la madre supo que estaba jodido de la presión en Buenos Aires y lo fueron a buscar y está en la cama pero con la Ñata no se hablan, la vieja se la perdonó pero la Ñata no, los franchutes son todos babosos por las mujeres dijo Mita, y me miraba la Ñata y si no me hubiesen mirado los que pasaban le habría acariciado el lomo, al pomerania entre la pelambre de la cabeza le hago una sobadita y se queda quieto, quietito conmigo y después se queda mirándome, y ladea un poco la cabeza hhji-hhji que quiere algo, ¿un poco de morfi? por cinco guitas en la carnicería le tiro un hueso fenómeno y me sigue todo el día si yo quiero. El pomerania se vendría conmigo que el dueño ni lo mira y la Ñata «¿no vas al baile?», me pregunta y ese domingo en el club la saqué a bailar que ya en la plaza me la había franeleado bien y ni mus de Dostoievsky y «qué mujer fina es Mita», y «qué suerte de tener de tía a una mujer así» lo única que se animó a decir, «déjame que te mire» me decía y «si vos quisieras podrías tener todo en la vida, vos no tenés miedo a nadie me parece», y no le dije nada de entrar en la Reserva de River, y me largó todo el rollo del viejo y de tanto leer hizo lo que hizo, le dije, y me miró, una gata hija de puta, me fulminó con una mirada hija de puta, que el gato es el animal más turro, una gata peor, que te la juran, y no hay pendeja a la que no le guste la franela, poco a poco, primero la mano, después los limones sobre la pilcha, después debajo de la pilcha, debajo del corpino los pezones saltan como un resorte, y de la rodilla para arriba, hasta el punto estratégico número uno decía en el Kama Sutra que bastaba poner un dedo adentro que la fortaleza caía, un dedo, nada más, déjame, ¿qué te hace?… pero dura como la Ñata no hay, con los ojos cerrados y sin decir una palabra, entre las piernas un mes, y podrido estaba ya que no había caso de dedo y una noche ¿cuándo fue? ah, que Mita me había cagado a retos porque metí la pata en la mesa delante del especialista de garganta ¡qué papelón! que los rusos habían traicionado a Hitler se me había dado por decir después del postre y era al revés, ¿y la Ñata se impresionó? me apretaba la mano, terminé de contarle y se quedó callada como nunca en el oscuro, venía un poco de luz de la ventana de la madre. El padre duerme al fondo, y enseguida se apagó la luz de la madre, pero la vieja no dormía que de la ventana abierta se sentía la radio, el noticioso con Normandía y que los rusos también atacaban hacia Berlín y me hizo acordar del papelón, la radio de mierda, y la aprieto un poco a la Ñata y estaba toda floja, la primera vez que no arisqueaba, le meto la mano debajo de la pilcha y tenía las dos gambas sin cerrar fuertes, medio separadas y acariciándole llegué a destino por primera vez y sin poder respirar que la madre oía me la hice y no se lo conté a nadie, ni al Toto, y no nos separamos enseguida bien trincados que de boludo se me empezaron a caer las lágrimas y no se avivó me parece. Y dos virgos más este año, la Rulo y la Mari para la colección de un servidor, torpedero de profesión. Nada más que el Toto lo sabe, este año después de lo que le pasó ya sabe, y de la Ñata también y la Ñata después se sale con que yo era un burro, que no sabía más que hablar de fóbal y que no pensaba en nada para seguir la carrera sin ninguna ambición y tierra trágame si le llegaba a decir de la Reserva de River. Que el Toto sí, el Toto sí tenía ambición y más chico que yo, nada más que once años tiene y el Toto un tornillo flojo tiene, «¿vos querías que se muriera tu mamá?» me viene a preguntar el pendejo y «tu mamá estaba siempre despeinada y no te hablaba ¿y vos no quisiste matarla con el pensamiento? yo con el pensamiento hice fuerza para que se muriera y vos te quedabas en casa para siempre, como los otros que tienen hermanos», y eso cuando era más chico pero ahora las va de zorro y no dice nada pero ¿quién sabe lo que piensa? y a quién se le ocurre que alguien quiera matar a la madre con el pensamiento, yo estaba bien con Mita pero hay que ser un criminal y mamá estaba enferma en otra casa ¿por qué iba a querer uno que no es criminal que se muriera una persona? si estaba enferma y la veía los domingos cuando Mita me arreglaba para la salida de misa y se sabía que siempre iba a estar en esa otra casa y la enfermera la atendía bien a mi mamá pobre, todo por el cambio de clima en Buenos Aires, que una vez Mita me dijo que había sido el cambio de clima al volver a Vallejos y el viejo dijo que el cambio al ir a Buenos Aires, qué sé yo, y Mita cuando se murió mamá me dijo que mi mamá se había ido al cielo y desde ahí iba a seguir queriéndome pero en la tierra también tenía a ella y Berto que me querían como al Toto, igual, y que la casa era para mí y nunca más nos íbamos a separar, en quinto grado estaba yo, y después que terminé sexto, «no podes conformarte con ser mecánico, no tenés ambición», sí, a la peña quería que fuera la Ñata, «en Buenos Aires anda a la peña de los amigos de mi cufiado» ¡la peña! de los boludos con la victrola a escuchar música clásica, y la Ñata con que fuera desde la primera reunión que ponían los primeros clásicos de todos y después seguían con Mozart y Mongo Aurelio que no se podían entender bien si no se escuchaban los que venían antes, y después cada uno preparaba un tema y hablaba a los demás para enriquecerse la cultura y si no está el profe de Química le pasa raspando, bolas de humo tarareando el Concierto N° 1 de Tchaikovsky me le hizo tomar bronca que en la música que más me gustaba y la sonata esa de Beethoven que no sé qué tiene que me tiraría en un rincón y no me levanto más, que es más triste que la puta que la parió, y no me levanto más del diván roto de la pensión al que se tira lo tienen que levantar con una grúa, el pobre tipo se queda hundido entre los resortes, pero quién sabe si el tipo lo que quiere no es quedarse hundido ahí, así no le tiene que ver la cara a los demás, a esa manga de hijos de puta y «alguna escapada a Buenos Aires me voy a hacer para verte, querido, tu papá dice que tiene un diván para mí en la pensión, un diván viejo pero qué importa, que es más que un diván, es como una cama, y así cuando menos te lo esperes me aparezco por unos días» que no tenés ambición, sí, pero con el Toto no podían dormir los dos en el diván chico y fueron al hotel, que sin ambición no se hace nada, sí, a la peña, y es más que un diván, es una cama, es más que una tía, sabés Chicho, es una madre, es más que una tía, créetelo, y tirate en el diván de mierda a escuchar la marcha fúnebre quiere la Ñata, y no te levantes más, que porque te quiero es que te mando a la pensión, y no faltaba más que un mes para empezar el segundo campeonato, en abril, del seleccionado infantil, y qué carajo, le falsifico la firma al viejo y me anoto, que se vayan todos a cagar que no me para nadie de anotarme en la Reserva de River, aunque sean un montón de tipos el que tiene pierna tiene pierna ¿y quién me para? los boludos un sábado a la tarde se meten a escuchar música clásica, en vez de cogerse a Mongo, se meten a escuchar esa lata, de pompas fúnebres, que si se hubiesen borrado del mapa todas las minas del mundo y que acaban de cerrar la inscripción a la Reserva de River y no hubiera nada que hacer para no podrirse el alma… ni así me iba a encerrar un sábado a la peña, que me pego un balazo en el mate antes, que si me viene la cascarria al alma es porque me viene y no hay remedio que valga, pero írmela a buscar yo escuchando la marcha fúnebre NO, y dale a yirar que yirando siempre algún rebusque se encuentra y siempre para adelante que el que se sentó en la retranca se jodio y va muerto y en la vida está lo bueno que son las minas y dos o tres cosas más y lo otro es todo una joda y el que no le espanta queda jodido, y le voy a decir lo que pienso a la Ñata si me la llego a topar antes de irme, que no leí ni uno de los novelones que me dio, «quedemos amigos no importa todo lo que pasó» la hincha-huevos y como despedida me encaja los libros y «prométeme que me vas a escribir de vez en cuando» y si me la topo le voy a decir lo que piensan de ella en Vallejos, que si el viejo se entaró de tanto leer a Schopenhauer y el del Superhombre, a ella le va a pasar peor que se está liquidando la Biblioteca Municipal después de liquidarse todos los brolis del viejo y le digo lo que pienso yo y me gustaría saber qué es lo que piensa el Toto cuando está escuchando todo de los grandes, largaba cualquier cosa antes, lo primero que le venía a la cabeza, y se quedó mudo, «la Teté lo echó a perder a este chico ese año» la tiene Mita y «se le pegó todo de la Teté» y si me lo agarro un día solo al Noziglia sin hacerle ademán de nada le saco la conversación mirándolo serio, bien fijo, y en pedo tendría que estar uno para confesar que se lo hizo a un pibito a la fuerza, pero yo me iba a dar cuenta si se ponía nervioso y mirándolo bien fijo me iba a dar cuenta si había conseguido hacérselo o no, que antes de salir al recreo el Toto ya había olido algo, que se miraban entre ellos, el Noziglia y los dos pendejos chupamedias, y no quería ir al patio en el recreo el Toto y le dijo a la maestra que unos chicos le querían pegar y ¿qué chicos? y no dijo y le pidió a la hermana de la Rulo, que a esa chabona tiene de maestra, de quedarse en el banco y la maestra le dijo que si pasaba algo la llamara y el Toto pensó que con el griterío de los chicos y si le conseguían tapar la boca no lo oía y salió por el corredor al patio a ver si había alguna maestra para ponérsele al lado y no había nadie y fue hasta cerca del patio y pasaba frente a la puerta del baño de los varones y la puerta de repente se abre y como tres flechazos salen el Noziglia y los otros dos y uno de cada lado y el Toto de un salto del susto se saltó de uno y corriendo al pasar por la Dirección atropello a una maestra, la petisa Catedrio, y salió espantado a los gritos del colegio rajando hasta la casa y eso fue lo que contó y Berto lo agarró y le empezó a preguntar qué había pasado, y que contara todo, que contara todo, que si le habían hecho algo lo mataba al Noziglia y al padre del Noziglia, y lo agarró al Toto y a zamarrearlo que jurara que no le habían hecho nada que si no los mataba a esos dos, y el Toto desde que llegó que no paraba de llorar a los gritos que no, que no, que se había escapado a tiempo y Mita hizo la denuncia al colegio y Berto no se conformó con eso, que quería hacerlo bosta al Noziglia, pero en realidad si no pasó nada no se puede hacer nada. Y de pantalón corto el grandote ese, y si la tiene como el pelado López no sé cómo hace para cogerse a los pibes y al Toto mucho caso no se le puede hacer que le pregunté si se la había visto al Noziglia y me dijo que «el Noziglia siempre la tenía afuera, sentado en el último banco, que se la mostraba a los más chicos y un día se había puesto un engrudo en la punta y la tenía grande como un grande y los pelos, y salpicando engrudo en el piso» ¡engrudo! ¿y qué hace la hermana de la Rulo sentada en la tarima que no ve un corno? Para ser maestra hay que ser un poco menos chabona, y la Rulo va a ser igual, no se va a caer de la pichonera, el embale que tiene ésa no se lo he visto a ninguna otra, que la mejor de la clase, que la más linda del pueblo, que todos se mean por ella, y nadie se le había animado a arrimarle el carro como se debe, porque al final una mina pillada es la más fácil de todas porque si se llega a calentar no hay nada que hacer: se deja, porque está convencida de que ningún punto la puede largar, y con el embale de pilladura de la Rulo no vi ninguna y meta cuerearla a la Ñata, que cómo yo había perdido tiempo con la comelibro de la Ñata y ella que es la traga peor del colegio, coraje hay que tener, y todo el trabajo con la Rulo era hacerla calentar, y después seguro que se dejaba, la costumbre de que todos se van a tirar al suelo a hacer lo que ella quiera, y «después de esto que estamos haciendo tengo más derecho sobre vos» me empezó a joder, que ella se eximió de todas y me puede explicar mejor los teoremas, y que vaya a la casa, ¿delante de la javie me va a venir con eso? y que se joda, ¿que cuándo se iba a esperar ella que uno la largara? y ahora hace dos semanas que no pisa la calle me batió la hermana, sepultada en vida, y que aprenda lo que es la vida, y a reírse de la Mari, que era una pajarona, que estaba loca por mí, y gracias por el dato y que ya empezaba a hinchar con que si le escribía o no y de eso no hay salvatoria que ya empezó a joder ahora la Mari, y bueno, total faltan diez días y me cago en la pensión hija de puta, y el cole, y comer mierda, y aguantar al viejo que le da siempre la razón al pulastro en la mesa y después cuando se viene a joder sentado una hora en el diván charlando, y un día no voy a aguantar más, no voy a aguantar más y le voy a decir cuando empieza el pulastro «su hijo tendría que leer buena literatura» y mi viejo «este es un bagual» y el pulastro «pero tiene ojos inteligentes, me parece que es más sensible de lo que parece», sí, haceme el laburito, que joda más y un día le digo al viejo del Kama Sutra y la mar en coche. Y el profesor de Química que no me haga una indirecta más de que el pueblo ignorante que no tiene conciencia política es la ruina de la Argentina y viva la Santa Federación y los boludos unidos del Río de la Plata, reunidos en solemne paja el sábado a la noche después de la peña porque el domingo pueden descansar, y hasta el sábado siguiente cierre obligatorio de braguetas y boludos!!! yo si tengo ganas de hacerme una paja me la hago, así sea lunes a la mañana, pero va a ser difícil mientras quede la última sierva guerrera sobre la superficie de la tierra, claro que si se enteran donde vivís estás perdido, que las pobres negras solas en Buenos Aires perdidas sin conocer un alma se te pegan y te joden un mes seguido, y hay que contar macanas, y nunca yirar en el barrio, y no confiarte nunca de nadie, sólo de la madre, el que la tiene, y al viejo le digo cualquier boleto y todas las tardes me voy al entrenamiento, que de la Reserva han salido todos, la gloriosa Reserva de River Píate, que no son los salames de un campeonato de pueblo: qué saben ésos de fóbal, qué saben lo que es salir a un estadio con cinco mil personas mirándote, y que miren no más, que así van a saber lo que es un centrojá.