primus pilus. Véase centurión.
príncipe del Senado. En latín, princeps senatus. Era el líder de la Cámara. Lo nombraban los censores de acuerdo a las normas de la mos maiorum: tenía que ser patricio, líder de su decuria, haber sido interrex más veces que nadie, poseer una moral e integridad intachables y tener la mayor auctoritas y dignitas. El título de príncipe del Senado no se concedía de por vida, sino que estaba sujeto a revisión por cada nuevo par de censores. Sila despojó al líder de la Cámara de una considerable cantidad de su auctoritas, pero continuó teniendo mucho prestigio.
privatus. Plural, privati. En las páginas de este libro se emplea para describir a un hombre que era senador y no ocupaba en la actualidad ninguna magistratura.
procónsul. Quien servía al Estado con el imperium de un cónsul pero no en el cargo de cónsul. El imperium proconsular normalmente se otorgaba a un hombre cuando terminaba su año de cónsul y se iba a gobernar una provincia proconsule. La permanencia de un hombre en el cargo de procónsul duraba normalmente un año, pero era frecuente que fuera prorrogada (véase prórroga), a veces durante varios años; Metelo Pío fue procónsul en Hispania Ulterior desde el año 79 al 71 a. J.C. El imperium proconsular estaba limitado a la provincia del procónsul, y éste lo perdía en el momento en que cruzaba el pomerium y entraba en Roma.
procuestor. El que servía al Estado como cuestor pero no ocupaba el cargo. Este cargo no comportaba imperium, pero bajo circunstancias normales un hombre elegido cuestor podía permanecer en la provincia como procuestor, si cl gobernador que hubiese permanecido en su provincia más de un año se lo pedía personalmente y el cuestor se volvía a Roma cuando volviera su superior.
proletariado. El capite censi o proletarii. Eran los humildes de Roma. Llamados así en latín porque cuando se realizaba un censo lo único que los censores hacían era «contar cabezas». Demasiado pobres para pertenecer a ninguna de las cinco clases, el proletariado urbano solía pertenecer a una tribu urbana, por lo que no poseía votos útiles. Esto los hacía inútiles desde el punto de vista político y sólo había que asegurarse de que estuvieran alimentados y entretenidos lo suficiente para no provocar disturbios. El proletariado rural, aunque normalmente poseía un valioso voto tribal, rara vez podía permitirse acudir a Roma en época de elecciones. El proletariado ni entendía de política, ni tenía ningún interés en cómo estuviera gobernada Roma y no estaban oprimidos como en el contexto de la Revolución Industrial. He evitado asiduamente el término de«las masas» para no aplicar conceptos posmarxistas a las clases humildes de la antigüedad. En realidad parece que estaban atareados y contentos, en gente descarada y nada servil que tenía una excelente idea de su propia valía, y a los que los grandes de Roma les inspiraban escaso respeto. Sin embargo tenían sus héroes públicos; el principal de ellos parece que fue Cayo Mario… hasta el advenimiento de César, a quien adoraban. Esto, a su vez, podría sugerir que no eran insensibles al poderío militar y al concepto de que Roma fuera la Más Grande.
proletarii. Ciudadanos romanos que eran demasiado pobres para pagar impuestos al Estado, tener obligaciones o prestar sus servicios. Lo único que podían darle al Estado era proles: hijos (véase proletariado).
promagistrado. El que servía al Estado desempeñando un papel de magistrado sin serlo realmente. Los cargos de cuestor, pretor y cónsul (las tres magistraturas del cursos honorum formal) eran los únicos importantes.
pronuba. Matrona de honor en una boda. Tenía que ser una mujer que sólo se hubiera casado una vez.
propretor. El que servía al Estado con el imperium de pretor pero no ocupaba dicho cargo. El imperium propretoriano normalmente se le otorgaba a un hombre cuando terminaba su año como pretor y se iba a gobernar una provincia propraetore. La permanencia como propretor generalmente duraba un año, pero podía prorrogarse.
prórroga. Significaba prolongar la permanencia de un hombre en un cargo promagisterial más allá del plazo normal de un año. Afectaba a procónsules y propretores, pero también a los cuestores.
provincia. Originariamente significaba la esfera de los deberes de un magistrado o promagistrado que ostentase imperium, y por lo tanto se aplicaba tanto a cónsules y pretores en el cargo dentro de Roma como a los que se encontraban en el extranjero, Luego la palabra vino a significar el lugar donde se ejercía el imperium por aquel que lo ostentaba, y finalmente se aplicó al lugar, y adoptó el significado de que pertenecía a Roma.
publicani. Recaudadores de impuestos o recaudadores contratados para recoger los ingresos públicos de Roma. Tales contratos eran extendidos por los censores cada cinco años aproximadamente. Los publicani se organizaban en compañías y solían ser caballeros poderosos.
pueblo de Roma. Este término comprendía a todos los romanos que no eran miembros del Senado; se aplicaba tanto a patricios como a plebeyos, y tanto al proletariado como a la primera clase. Sin embargo yo lo he utilizado a veces refiriéndome a aquéllos cuyos votos tenían valor.
pulex. Pulga.
púnico. Perteneciente a Cartago y a los cartagineses. Deriva de la tierra de origen de los cartagineses, Fenicia.
quintilis. En origen era el quinto mes, cuando el año nuevo romano empezaba en marzo, pero conservó el nombre cuando el comienzo del año nuevo en el mes de enero lo convirtió en el séptimo mes. Nosotros lo conocemos, naturalmente, como el mes de julio, y también lo conocieron por ese nombre, como conmemoración, los romanos después de la muerte del gran Julio. quiris. Ciudadano romano.
quirites. Ciudadanos romanos. Parece ser que el término se reservaba para los civiles; no se aplicaba a los soldados.
República. La palabra en origen fueron dos -res publica-, las cuales significaban las cosas que constituyen el pueblo como un todo; es decir, el gobierno.
retórica. Arte de la oratoria, algo que griegos y romanos convirtieron en ciencia. Un orador debía hablar de acuerdo con unas normas y disposiciones cuidadosamente establecidas que iban mucho más allá de las meras palabras; el lenguaje corporal y los gestos formaban parte intrínseca de ello. Había diferentes estilos de retórica; el asiánico era florido y dramático, el ático más refrenado y de enfoque más intelectual. Debe tenerse siempre en cuenta que la audiencia que se congregaba para escuchar un discurso público -ya fuera en relación con la vida política o con los tribunales legales- estaba formada por entendidos en retórica. Los hombres que escuchaban y miraban lo hacían con una actitud extraordinariamente crítica; ellos también habían aprendido todas las reglas y técnicas y no resultaban fáciles de complacer.
rex sacrorum. Durante la República era el segundo en categoría de los miembros del Colegio de los Pontífices. Reliquia de la época de los reyes de Roma, el rex sacrorum tenía que ser patricio y estaba rodeado de tantos tabúes como el flamen Dialis.