Jury volvió a guardar la carta en su sobre y la dejó sobre la repisa de la chimenea como un mensaje dirigido a alguien en particular. Al mirar el sobre blanco, con la dirección escrita en caracteres pequeños y negros, recordó grandes extensiones de nieve cristalizada con pequeñas pisadas que las atravesaban. Como había dicho Plant, ya no había más nieve. Miró por la ventana. El día estaba gris y triste: llovía.
Tomó el impermeable del perchero detrás de la puerta y salió.
A Jury también le encantaba la lluvia.
MARTHA GRIMES
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